“Amor, para quien busca una respuesta, es un poquito más que hacerte bien”. Dice la canción Tu amor de Pedro Aznar y Charly García, la cual me dejó pensando en lo importante que es ese "poquito más" que hace que el amor por sí solo no sea suficiente, que las condiciones se vuelvan compañeras necesarias del amor. La importancia que tienen las condiciones es vital, posibilitan ponerle medida al amor fusional, es decir, a la ilusión de hacer de dos uno. Y esto permite que en un vínculo las personas puedan estar juntas y separadas. Juntas en el sentido de armar un equipo donde exista la posibilidad de compartir cosas, las que ese equipo converse y disfrute. Separadas significa que quienes forman parte de la relación puedan acompañarse sin abandonar los propios proyectos. 

En Psicología de las masas y análisis del yo, Sigmund Freud habla sobre lo difícil que es para los humanos y humanas relacionarnos entre sí. Para explicar estas dificultades hace referencia al símil de Schopenhauer sobre los puercoespines, quienes durante el invierno se acercan mucho para no pasar frío pero tienen que tomar cierta distancia entre sí para no pincharse. Se trata de una distancia moderada que les permita estar cerca sin lastimarse. El amor con condiciones implica lograr esa distancia moderada para poder compartir con otros y otras de la mejor manera posible. El proceso necesario y a la vez difícil es estar con otros sin perderse en los demás, compartir sin vivir por el otro. 

Darle lugar a las condiciones no es igual para varones y mujeres. Hay algo que hace que este proceso sea difícil y es la exigencia moralizante de amar incondicionalmente, de amar sin medida, de hacer todo por el otro, que a las mujeres se nos exige mucho más. Y este amor incondicional, que parece inocente, es el que lleva en muchos casos a quedarse en relaciones a costa de cualquier cosa, sufriendo violencias de todo tipo, de las cuales no es fácil la salida, sobre todo cuando pesan los determinantes económicos. 

Para que existan condiciones tiene que haber palabras y disponibilidad para conversar. Las conversaciones sinceras son muy importantes porque permiten registrar que se quiere y que no se quiere en una relación. Así como también si lo que se espera es posible o no, si es un buen lugar para quedarse o si es más digno retirarse. 

Joaquina Prieto es psicóloga.