Los 15 años hablan de lozanía, y en este caso, en una paradoja preciosa. Con 80 años de historia, la sala de cine El Cairo (Santa Fe 1120) evitó su cierre a partir de la iniciativa de un grupo ciudadano autoconvocado, junto al acompañamiento y la decisión del Estado provincial. Aquel 17 de septiembre de 2009, la sala se reconvirtió en El Cairo Cine Público, y hoy es uno de los espacios vitales de la agenda cultural de la provincia y la ciudad. Por estos días, la programación presenta un ciclo curado por su propio personal, a partir de películas que marcaron sus vidas, y prepara también un festejo musical. “De golpe pasaron 15 años, es mucho tiempo, mucha apuesta, y sin embargo siento muy próximo todo lo sucedido”, comenta Ariel Vicente, coordinador y programador de la sala a Rosario/12.

Presente desde los inicios del proyecto, Vicente gestó y acompañó todas y cada una de las iniciativas de El Cairo: “La experiencia inicial era medio un misterio, cuando recién se estaba armando, pero ahora, luego de 15 años, hay muchos objetivos realizados. Al cumplir cuatro años, yo me planteaba la cercanía con públicos más juveniles, y ahora podemos decir, también gracias a una serie de factores, que finalmente esos pibes están yendo a la sala. Como siempre, es una relación a largo plazo, en donde por momentos está todo muy bien y me genera placer; y en otros casos es más complejo, porque con la buena voluntad no es suficiente”.

-Compartir las películas desde una selección a cargo del equipo de trabajo, es una buena manera de celebrar.

-Como parte de un equipo, siempre tratamos de buscar un juego nuevo a lo que hacemos. A veces pueden llegar a ser las mismas películas, pero ordenadas de otro modo, presentadas de otra manera. Y el equipo de trabajo es una parte fundamental, porque trabajan en Cultura y hacen cultura desde el lugar del trabajador, que es siempre el más invisibilizado. Si la sala cumple años, en definitiva se trata de nuestro cumpleaños, y nos propusimos invitar a la ciudad a compartir lo que nos movió a nosotros como sujetos. Aun cuando generalmente invitamos a terceros o a Lxs Amigxs de El Cairo, el equipo de trabajo nunca eligió películas; la recepción del equipo fue inmediata y me encanta la programación que se propone.

-Hablaste de un proyecto a largo plazo, algo que también toda película necesita para lograr un público.

-Tal vez en términos de gestión cultural resulte antipático, si pensamos en consumos culturales y en términos de mercado. Pero en algún punto acá es otra cosa, no solamente es un consumo cultural, se trata de un lugar de encuentro y de diálogo. Ofertas así necesitan de procesos largos, para que sean elegidas por el público. Por ejemplo, hace un año largamos “La Random”, la película sorpresa que va en la última función del último domingo de cada mes. Y anduvo bastante bien, la gente se entera de qué película es cuando se sienta, y para eso paga una entrada. Todo esto desde el tesón de sostener en el tiempo y con paciencia las propuestas; y en un contexto de inmediatez, en donde esperar es complejo, y no solamente para los más jóvenes. Lo mismo pasa con las películas. ¿Cómo construye un estreno independiente una posibilidad de taquilla o de público que la sostenga, si no es a través del tiempo? El factor es el tiempo y el boca en boca; y en estos espacios no está en juego el rédito económico, sino la puesta en valor de lo artístico.

-Fidelizar un público habla también de un espacio ganado por la ciudadanía; sea cual sea el gobierno que toque, va a tener que atender esta demanda.

-Es algo que legitima y me parece que juega a favor de este fenómeno tan especial que es El Cairo. En primer lugar, su génesis de espacio público tiene que ver con un compromiso ciudadano; para mí, eso ha validado nuestro trabajo. Hay un reconocimiento de persona a persona, tanto entre los originarios Amigxs de El Cairo como quienes se han sumado a lo largo de los 15 años. Durante varios años fuimos poco a poco instalando la idea de que hay nuevos amigos, que con su hacer y su decir consolidan el espacio. La reunión que tuvimos el miércoles, de hecho, estuvo dedicada a que se reconozcan los viejos y nuevos amigos de El Cairo.

-Este sábado será una ocasión especial, ¿no?

-Lo que vamos a hacer el sábado es transformar el cine, como me dijo un colega, en “El boliche El Cairo” (risas). Será nuestra fiesta de 15, nuestro espacio de fiesta y abierto al público. Para los amigos y próximos al cine va a haber un corte de la torta, pero luego se abrirán las puertas para festejar, con muchos videoclips, dirigidos por famosos directores.

 

Con entrada libre y gratuita, la programación de hoy incluye la proyección a las 18 de El faro de las orcas (2016), elegida por Nelson Dagostino, responsable de atención al público; a las 20.30: Melody (1971), elegida por Carolina De Sanctis, del equipo de administración; a las 22.30: Cinema Paradiso (1988), seleccionada por el proyectorista Antonio Salvatore. El sábado a las 16: Laberinto (1986), elegida por Valentina Giacosa, del equipo de administración; a las 18: ¿Quieres ser John Malkovich? (1999), seleccionada por Angélica Panozzo, del equipo de atención al público; a las 22.30: Fiesta de 15 años. El domingo a las 18: El ciclo La Gratis proyecta La gran belleza de Paolo Sorrentino (2013); a las 20.30: Blade Runner (1982), elegida por Valentina Arese, del equipo de programación de El Cairo; a las 22.30: El camino de los sueños (2001), seleccionada por Mariangel Vaccaro, de boletería. A estas propuestas, se sumarán instancias de estampado de remeras y tatuajes con el logo de El Cairo.