Se despide el invierno, y la reconocida cantante para las infancias Magdalena Fleitas se prepara para celebrar una Fiesta de primavera, una propuesta pensada para compartir en familia. La cita será este domingo 22 de septiembre a las 15.30, en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131). Será un “concierto multicolor”, para todo público, que contará con la presentación de la Gran Banda y el Ballet Folklórico. Magdalena Fleitas estará acompañada por Fabio Pérez (guitarra y coros), Ximena Antonio (charango y coros), Santiago “Cuchi” Martínez (violín y coros), Kiki Gaggino (batería y percusión) y Daniel Bissio, el director del Ballet. Y habrá algunos artistas invitados, como Lucrecia Pinto y Clara Terán. Junto con los grandes hits de la artista, el evento sumará juegos participativos, show de luces, efectos especiales, burbujas y más sorpresas.

Además, el encuentro será la plataforma de lanzamiento del nuevo disco de Fleitas, Risas del alma, que continúa con la impronta de su cancionero que se nutre del folklore argentino y latinoamericano. A modo de anticipo, la cantante se encargó de publicar algunas canciones en sus redes sociales y en todas las plataformas digitales ya pueden escucharse “Corazón ábrete”, “Agüita Florida”, “Tanta Vida de Aquí en Más”, “Soy la Montaña” y “Ofrenda Madre Tierra”. En los próximos días, con la llegada de la primavera, estará disponible el álbum completo.

“Hace un tiempo que no me presento en un teatro en Buenos Aires, entonces estoy muy entusiasmada con lo que se viene en el Konex. Será el show del año”, asegura Fleitas. “La primera expectativa es volver a encontrarme con chicos, chicas y familias y compartir la música, que es lo que más alegría me da. Y en ese marco, cantaremos algunas canciones del nuevo álbum”, anticipa la compositora en relación al trabajo, del cual participaron artistas como Marta Gómez, La Bruja Salguero, Lucrecia Pinto, Clara Terán, Raly Barrionuevo y Rafa Doorish, entre otros.

-¿Cómo fue el proceso de trabajo de este nuevo disco?

-Risas del alma es un álbum que implicó un desafío para mí porque está compuesto por canciones que no están necesariamente destinadas a las infancias, aunque pueden ser cantadas por todo tipo de público, porque abarcan la vida misma. Este es un disco muy querido que refleja mis procesos personales, con sus luces y sus sombras, y las búsquedas espirituales. Entonces también fue muy importante armar un equipo nuevo para hacer arreglos diferentes. Y hay importantes invitados que se sumaron a este hermoso trabajo para crear una sonoridad colectiva que caracteriza a Risas del alma, un disco que celebra la grupalidad y la suma de las voces al servicio de la música.

-Le hiciste un homenaje a la Pachamama en este nuevo trabajo. ¿Creés que hoy hay más conciencia acerca del cuidado de la tierra o todavía falta trabajar en eso?

-Siempre hace falta tomar conciencia del cuidado de la tierra y eso empieza también por tomar conciencia del cuidado de uno mismo. Entonces, este tipo de canciones vienen a cumplir un servicio para traer a la luz las cosas que nos pasan y que a veces son complejas, como el sentido de la muerte y la posibilidad de trascendencia. El objetivo es contar lo difícil desde una mirada positiva, amorosa y resignificadora.

-¿Qué canción de este disco te moviliza especialmente?

-Todas me movilizan, porque cada una expresa algo diferente. Por ejemplo, “Postales de la cascada”, en la que canta Marta Gómez, la compuse en la montaña, en la Patagonia, al lado de un arroyito. En silencio, tranquila, estando con la naturaleza, empecé a sentir que el agua tenía una voz, y empecé a reconocer en todo ese paisaje las voces del viento y de las ovejas que estaban allí; pero no sólo como un paisaje sonoro o un ruido de fondo sino como un mensaje. Y entonces me propuse traer ese mensaje en forma de canción. Hay también algunas canciones que tienen un matiz meditativo y hay otras como “Acuarela del Sol” que se inspiran en la vida misma. Tengo una querida amiga que tiene a su hijo enfermo, en proceso de curación, y en las largas horas de hospital ella se puso a pintar con acuarelas. Así surgió este tema, que es como un himno para reconocer cuál es el sentido de la vida y para entender que el dolor se puede transformar en libertad si lo acompañamos amorosamente. Por eso creo que, si bien el camino es siempre el sentido artístico, este disco tiene además una impronta terapéutica.

-Trabajás hace mucho tiempo para las infancias. ¿Qué desafíos te sigue generando esta actividad?

-Trabajar para las infancias implica renovarse continuamente y permanecer cerca de esa parte fresca, espontánea y lúdica que hay dentro mío. El desafío es mantenerme cerca de los niños y las niñas y no volverme perezosa ni rígida. Las infancias se caracterizan por su fuerza vital, por su necesidad de salir a descubrir el mundo y explorar. Y en esa exploración pasan un montón de cosas, entonces es una gran invitación para mí seguir -aun en mi vida adulta- viviendo de esa manera, despertando preguntas, y mantener viva la curiosidad, tener ganas de hacer nuevos amigos y amigas y pasarla bien a pesar de lo que suceda alrededor. Y todo esto es un regalo que me da este trabajo con las infancias. Nos nutrimos mutuamente.