El líder del grupo chiíta libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, alertó este jueves que Israel traspasó todos los límites y "líneas rojas" con la explosión de aparatos de comunicación que, en los últimos dos días, mataron a 37 personas e hirieron a casi 3.000 en el Líbano, cifra que colapsó los hospitales del territorio. Mientras tanto, el ejército israelí y los milicianos libaneses intensificaron el fuego cruzado diario que llevan a cabo desde hace 11 meses, un día después del comienzo de la guerra entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza.
"El martes, el enemigo israelí tuvo como objetivo miles de aparatos buscapersonas que fueron detonados al mismo tiempo. El enemigo superó en esta operación todos los límites, las leyes y las líneas rojas, no le importó nada en absoluto", denunció el clérigo chiíta durante un discurso televisado. "Algunas de las explosiones tuvieron lugar en hospitales, farmacias, mercados, tiendas, casas, coches, calles donde hay miles de civiles, de mujeres y niños. El enemigo quería atacar a los miembros de Hezbolá, pero también tuvo como objetivo a todo el entorno que les rodeaba", agregó.
Nasralá mencionó que la primera oleada de detonaciones del martes afectó a unos 4.000 dispositivos de comunicación, aunque no confirmó que todos explotaran ya que algunos estaban fuera de servicio o no fueron distribuidos, según dio a entender. El miércoles, nuevos aparatos en manos de miembros de la formación explotaron de forma simultánea en varios puntos del país, precisó el secretario general de Hezbolá.
Si bien todavía no hay una explicación oficial sobre cómo fueron infiltrados los dispositivos, el movimiento está investigando todo lo relacionado con estos sucesos sin precedentes, incluidas la fábrica, la empresa y el canal de distribución de los aparatos de comunicación afectados. "Hemos creado varios comités de investigación internos, técnicos, de tecnología para estudiar todas los hipótesis y teorías. Casi hemos llegado a una conclusión, pero necesitamos tiempo para asegurarnos de algunos detalles", reconoció Nasralá.
En respuesta, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, declaró que las operaciones militares israelíes contra Hezbolá en el Líbano van a seguir. "Hezbolá se siente perseguido, nuestra serie de acciones militares va a seguir", declaró Gallant, cuyo país no se pronunció sobre las explosiones de bíperes y talkie-walkies del martes y el miércoles.
"Guerra de genocidio"
Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte una postura firme para detener la agresión israelí contra el Líbano. "La sesión del Consejo de Seguridad que se celebrará este viernes a petición del Gobierno libanés debe presentar una posición disuasoria, que detenga la guerra de genocidio emprendida por Israel", señaló Mikati en un comunicado.
El premier consideró que el problema no concierne solo al Líbano, sino a toda la humanidad, por lo que recordó a la comunidad internacional su responsabilidad a la hora de presionar a Israel para que cese sus ataques.
Firas Abiad, titular del Ministerio de Salud Pública, informó en una conferencia de prensa que las explosiones del miércoles dejaron 25 muertos y 608 heridos, de los cuales 61 siguen en la Unidad de Cuidados Intensivos. Con los 12 fallecidos del martes, el total de víctimas mortales asciende a 37, mientras que los heridos superan los 2.900.
Abiad también aclaró que, en la primera ola, el número de heridos fue de 2.323, en lugar de los 2.800 reportados inicialmente, debido a que algunas víctimas fueron contabilizadas dos veces tras su traslado a diferentes hospitales. De estos, 824 fueron atendidos en emergencias, mientras que unos 1.343 siguen hospitalizados con heridas graves o moderadas. "Esto es considerado un crimen de guerra, porque los mártires murieron en zonas civiles, no en frentes de guerra", denunció Abiad durante la comparecencia, al apuntar que el Gobierno libanés costeará el tratamiento de todas las víctimas.
Hospitales colapsados
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que está colaborando con el Ministerio de Salud del Líbano para apoyar a los hospitales, que están sobrepasados por el número de víctimas causadas por la explosión de los miles de dispositivos electrónicos en este país.
En una videollamada desde Beirut con la prensa internacional en Ginebra, el representante de la OMS en el Líbano, Abdinasir Abubakar, elogió la reacción y los esfuerzos del ministerio y del personal sanitario, que se habían preparado para un eventual incidente que pudiese causar víctimas de forma masiva, como ocurrió en los dos últimos días. Mencionó que incluso se realizaron simulacros en los últimos meses, pero la forma y la magnitud del ataque no tienen precedentes y han hecho difícil la respuesta de un sistema de salud que ya estaba debilitado por años de crisis interna.
El director de Emergencias Sanitarias de la organización, Mike Ryan, sostuvo que el sistema sanitario del Líbano en su totalidad está bajo una inmensa presión, a pesar de la preparación que se había realizado, que incluyó el suministro con anticipación de material médico y la formación de más de 5.000 trabajadores de la sanidad.
Tras los ataques, la OMS distribuyó material de traumatología y cirugía de urgencia para complementar los suministros que tenía como reservas en 23 hospitales. El organismo también indicó que ahora está intentando ayudar a cubrir otras necesidades inmediatas, como los suministros de sangre y los paquetes de análisis de sangre.
Ataques mutuos
En lo que respecta al fuego cruzado, del lado israelí dos soldados murieron en las últimas horas en el norte de Israel por el impacto de varios proyectiles lanzados por el grupo chiíta desde el Líbano, informó un comunicado castrense. Los fallecidos fueron identificados como Nael Fwarsy, de 43 años, y Tomer Keren, de 20 años.
Según el diario The Times of Israel, que cita a responsables médicos, ocho personas fueron trasladadas por la mañana al hospital --dos en estado entre moderado y grave-- después de un ataque con proyectiles antitanque en una zona montañosa pegada a la frontera con Líbano. De acuerdo con el grupo libanés, el ataque tenía como objetivo una base del Ejército israelí. Poco después, un dron cargado de explosivos impactó contra la región de Galilea occidental, lo que causó otros dos heridos, uno de gravedad, según el medio israelí Haaretz.
El Ejército israelí, mientras tanto, bombardeó diferentes objetivos de la milicia chiíta en el sur del Líbano, mientras en el país aumenta la incertidumbre sobre si esto será o no el preludio de una guerra abierta. En un comunicado, el Ejército israelí dijo haber atacado objetivos de Hezbolá en ese territorio para dañar y destruir capacidades e infraestructura de la milicia proiraní.
"El objetivo es llevar seguridad al norte de Israel con el fin de permitir el regreso de los residentes a sus hogares", defendió la nota castrense, en referencia a los cerca de 60.000 israelíes que siguen evacuados de las comunidades fronterizas desde que comenzara el fuego cruzado con Hezbolá, en paralelo a la guerra en la Franja de Gaza.
Israel lleva un intenso intercambio de fuego con el grupo libanés desde el 8 de octubre de 2023, cuando Hezbolá empezó a lanzar ataques en solidaridad con las milicias palestinas de Gaza, tras el ataque que Hamas y otros grupos realizaron contra territorio israelí el día anterior y en el que murieron unas 1.200 personas y otras 200 fueron secuestradas.
En estos 11 meses de intercambio de fuego, más de 650 personas murieron en ambos lados de la frontera, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbolá, que ha confirmado unas 400 bajas. En Israel murieron 52 personas en el norte, 26 militares y 26 civiles, incluidos 12 menores en un ataque en los Altos del Golán sirios.