Ecuador se quedó parcialmente a oscuras en la noche de este miércoles con el inicio de un nuevo periodo de apagones programados para enfrentar la crisis energética que arrastra, debida a la intensa sequía que afecta el funcionamiento de sus principales centrales hidroeléctricas, lo que impide abastecer la demanda nacional de electricidad.
El Servicio Nacional de Transmisión de Energía realizó interrupciones programadas sobre la matriz eléctrica del país, lo que causó apagones parciales y sectorizados en una franja de ocho horas entre las 22 del miércoles y las 6 del jueves en el horario local.
Cortes programados
Estos cortes del suministro eléctrico fueron programados por áreas y oscilaron su duración desde dos hasta cinco horas. Áreas estratégicas como hospitales y el servicio de seguridad están excluidos del racionamiento.
Los apagones volverán a repetirse al menos cuatro noches más, del lunes al jueves de la próxima semana, según anunció el Gobierno de Ecuador. La Cámara de Industrias y Producción (CIP) sostiene que cada una de estas noches de cortes implicará pérdidas por valor de 20 millones de dólares.
A diferencia de esos periodos anteriores de racionamientos de electricidad donde los cortes del servicio se dieron durante el día, esta vez se realizaron durante la noche, ya que el Gobierno considera que esto supone una menor afectación.
Este es el tercer periodo de apagones en el país en menos de un año, tras uno producido a finales de 2023 y otro en abril de este año. Las medidas fueron tomadas para enfrentar la crisis energética ante lo que las autoridades llamaron "la peor sequía de los últimos 61 años" que causa un déficit del sistema hidroeléctrico del país, lo cual le impide atender la demanda interna de electricidad.
En la zona sur del país se han registrado 68 días continuos sin lluvias. El verano intenso en todo el territorio también ha causado incendios forestales, que dejan unas 35.000 hectáreas de vegetación quemadas, once personas heridas y unos 45.000 animales de granja muertos.
Solo las Islas Galápagos, ubicadas a mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, estuvieron exentas de los cortes programados en el suministro eléctrico a nivel nacional. El archipiélago se abastece de manera independiente al sistema eléctrico nacional de Ecuador mediante generadores a combustión.
Toque de queda
Durante el horario programado para los cortes, el Gobierno ecuatoriano decretó un toque de queda a aplicarse sobre las seis provincias y un municipio de una séptima provincia donde sigue vigente el estado de excepción declarado por el presidente, Daniel Noboa.
La medida extraordinaria, implementada por el gobierno para enfrentar a las bandas del crimen organizado, es parte de la lucha que el mandatario elevó a inicios de año a la categoría de "conflicto armado interno", pasando a catalogar a los carteles como grupos terroristas en su referéndum, emitido después del asalto narco a una emisora de televisión.
Entre los territorios bajo el toque de queda se encuentran varias de las principales ciudades de Ecuador, como Guayaquil, la urbe más poblada del país y la costera ciudad de Manta. También fueron alcanzados las provincias de Guayas, Los Rios, Manabi, Orellana, Santa Elena, El Oro y el cantón Camilo Ponce Enriquez de la provincia de Azuay.
En el resto de jurisdicciones, no afectadas por el toque de fuerza, las fuerzas de seguridad desplegaron a policías y militares en las calles, para realizar patrullas enfocadas en vigilar entidades bancarias, estaciones de servicio y cárceles. También se instalaron puntos de control en los accesos y salidas de las mayores ciudades.
Como parte de estas maniobras, en la primera noche se movilizaron más de 46.000 efectivos policiales y 31.000 militares, según informan las entidades gubernamentales.
El problema hidroeléctrico
A inicios de este mes hubo un apagón en once de las veinticuatro provincias de Ecuador que duró varias horas debido a un fallo registrado en la central hidroeléctrica de Paute, según informó el estatal Operador Nacional de Electricidad (Cenace)
La matriz de generación eléctrica de Ecuador está sostenida en gran parte por la red de energía hidroeléctrica, asentada sobre todo en la central Coca Codo Sinclair, la más grande del país, y en el embalse de Mazar, que alimenta un complejo de tres centrales hidroeléctricas que suponen la mayor parte de la producción energética del país.
Desde el miércoles las Fuerzas Armadas han tomado el control de la central Coca Codo Sinclair y del embalse de Mazar por instrucción de Noboa, que teme posibles sabotajes de la operación de estas instalaciones en un momento de crisis máxima.
Cualquier afectación en estas dos infraestructuras deja en vulnerabilidad al sistema eléctrico del país para atender la demanda nacional, lo que en algunos momentos de crisis se ha podido solventar gracias a la importación de electricidad suministrada por Colombia.
En esta ocasión, el Gobierno ecuatoriano ha lanzado procesos de contratación y alquiler de generación energía para buscar una solución permanente. Desde el lunes está en operación una planta eléctrica flotante alquilada a la empresa turca Karpowership, del grupo energético Karadeniz, mientras que en las próximas semanas se espera alquilar un segundo barco de similares características.
La transición energética
La energía hidroeléctrica sigue siendo la dominante en la matriz de generación de electricidad en Ecuador, representando cerca del 70 % de su producción, mientras que otras fuentes renovables como la eólica, fotovoltaica o biomasa aún tienen una participación limitada.
La búsqueda de nuevas formas de solventar los desafíos energéticos del país debe desarrollarse en conjunto con quienes operan fuentes convencionales de energía, como el petróleo, el gas o el sector minero. Así lo destacó este miércoles el director ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Británica, Diego Gordón, durante el Foro de Innovación y Transición Energética, donde se busca fomentar la colaboración y el diálogo al interior del sector energético.
“La transición hacia fuentes energéticas más limpias y sostenibles representa un reto y una oportunidad para trabajar de la mano con industrias nuevas y tradicionales”, declaró Gordón que también señaló que Ecuador va tomando pasos importantes hacia una diversificación de su matriz energética.
Según expresó, la integración regional eléctrica es una de las formas para estabilizar las tarifas a largo plazo y también adaptarse a las consecuencias del cambio climático.