Desde Río de Janeiro
Al comienzo de la era neoliberal, los partidos que han asumido la ideología neoliberal han tenido victorias generalizadas. El proceso comenzó en Europa y se extendió hacia América Latina y prácticamente hacia todo el mundo.
Nunca se había dado un período de tan intensa lucha ideológica, llevada a cabo por medios tradicionales, pero también por medios nuevos, globalizados, que promovían una visión de mundo renovada.
La critica al Estado se dirigía hacia la apología del mercado, que promovía la mercantilización de las relaciones sociales. Un proceso que promovía, a la vez, la libertad de los individuos, confundida con el acceso individual al consumo.
Esa es la expresión concreta de la hegemonía neoliberal en escala mundial, que hace de la esfera ideológica su factor de mayor fuerza. El llamado “american way of life” tiene en el consumo y en el shopping center, en particular, su eje.
La identificación, tan explorada por la antropología, entre ser y tener, expresa esa visión del mundo. No es el ciudadano – sujeto de derechos – su referencia, sino el consumidor. La exaltación de la libertad individual y su identificación con la libertad de acceso a bienes es característica del neoliberalismo, de su visión del mundo. Un acceso que pasa por el filtro de sociedades extremamente desiguales. No seria libre el que no tiene acceso a bienes fundamentales – situación de la gran mayoría de la población en el Sur del mundo.
Una sociedad que se estructura alrededor de las relaciones de mercado incrementa la desigualdad y hace mas difícil el acceso a bienes para la gran mayoría. No puede ser una sociedad en que los gobernantes sean elegidos por la mayoría consciente de la población. De ahí la importancia de la esfera ideológica, para incrementar la alienación, la falta de conciencia social y politica de la población.
En su libro "Guerras híbridas" – De las revoluciones coloridas a los golpes -, el analista ruso Andrew Korybko afirma que la guerra híbrida es la combinación de las revoluciones de colores y las guerras no convencionales. Las revoluciones de colores – combinando acciones de propaganda y uso de las redes Sociales -, buscan desestabilizar gobiernos por medio de manifestaciones de masa con la manipulación de valores genéricos como democracia y libertad. Se trata de un golpe blando, la nueva estrategia de la derecha: el uso del derecho como arma política.
Se trata del empleo de maniobras jurídico-legales como forma de sustitución de la fuerza armada, buscando llegar a ciertos objetivos políticos. El impeachment de la presidenta brasileña Dilma Rousseff (foto), alegando que ella habría hecho manejos presupuestarios que serian ilegales, justificó el golpe en contra de ella. Lo mismo se hizo en contra de Lula.
En otros países latinoamericanos se hicieron maniobras similares. La judicialización de la política es la nueva forma de acción, de golpe, de la derecha.