Hoy comienza el segundo juicio del encubrimiento del asesinato de Lucas González, el futbolista de Barracas Central de 17 años asesinado en 2021 por policías de la Ciudad de Buenos Aires a la salida del entrenamiento. Mientras que tres efectivos ya han sido condenados por el homicidio y seis más por encubrimiento, en este nuevo proceso se juzgará al oficial Facundo Torres, acusado de haber proporcionado el arma de juguete que fue plantada para intentar sostener la falsa versión de un enfrentamiento armado y justificar el crimen de Lucas. 

En entrevista con Negrx, Héctor “Peca” González, padre de Lucas, y Ricardo Zuñiga, padre de Joaquín, uno de los amigos de Lucas que iba  con él en el auto cuando la policía abrió fuego, analizaron cómo llegan a este segundo juicio, sus expectativas y la lucha por sus hijos.

Héctor “Peca” González recuerda lo que fue el primer juicio por el asesinato de su hijo y por supuesto todavía se emociona al hablar sobre la importancia del mismo ya que fue la primera vez que en la Argentina se incluye como agravante el odio racial en la violencia institucional, “lamentablemente le costó la vida a Lucas para que esto suceda, pero estamos muy conformes porque hay gente que no tiene ni justicia en estos casos y nosotros fuimos privilegiados”. Héctor tiene palabras de agradecimiento para con los jueces y fiscales y por supuesto también reconoce el trabajo realizado por los abogados coordinados por Gregorio Dalbón.

En cuanta entrevista es convocado, Héctor destaca que a su hijo lo mataron, por ser morocho, por ser negro o negro de mierda, como lo estigmatizan hoy en día, para ellos nosotros somos unos negros de mierda, pero somos gente humilde, como cualquier familia trabajadora que nunca tuvo problemas con la justicia, yo no he pisado una comisaría en mi vida y tengo el color que tengo, para ellos es lamentable y para mí es un orgullo, yo estoy orgulloso de lo que soy como persona y criamos un chico deportista, con su gente, sus amigos, chicos que fueron a entrenar; estoy muy orgulloso de ser el padre de Lucas González.

Continua la charla recordando que los compañeros de Lucas buscaban el mismo sueño que buscaba Lucas, de ser profesionales, de sacar a su mamá del barrio, comprarle una casita, ese sueño que tiene cualquier chico que desea sacar a su familia de un barrio jodido, querían cumplir su sueño como Lucas, pero a él le arrebataron la vida, le arrebataron los sueños, nos arrebataron la vida a nosotros, porque estamos muertos en vida”.

Ricardo Zuñiga, padre de Joaquín, recuerda cómo en el anterior juicio el oficial principal Héctor Cuevas, se quebró y pudo mirarnos a los ojos y nos pidió disculpas en medio del juicio y nombró a un tal Torres, que para nosotros era un desconocido hasta ese momento. Torres cerraba la puesta en escena que tenía la policía de CABA para poder inculpar a los chicos y hacerlos pasar como delincuentes, que fue la primer modulación que hacen ellos y la hemos escuchado más de una vez, cuando dicen oficial herido…, oficial herido…, enfrentamiento armado y entonces ya eso es una mentira, la primera falacia que ellos esbozan en ese momento y para hacer que sea una escena creíble para ellos tenía que existir un arma de fuego”. Ricardo además menciona que durante el próximo juicio se podrá conocer si Torres “tiene el decoro de decirlo”, si cumplió una orden o tomó la decisión por su cuenta de plantar el arma en el auto de los jóvenes que salían de un entrenamiento de fútbol y donde en el auto solo había jugo, galletitas y la ropa de futbolistas. Para Ricardo quedó demostrado que “no les dieron la oportunidad ni siquiera de defenderse, le tiraron más de 14 tiros dándole fin a una vida que tenía mucho por delante, intentaron matar a los otros tres chicos, estaba mi hijo dentro del auto, Joaquín Zúñiga, que pudo salir corriendo y evitó que lo maten porque esa fue la intención, matarlos a todos”.

Ricardo Zuñiga, padre de Joaquín. Imagen: Nicolás Parodi.

Ambos padres resaltan que ellos no piden venganza sino justicia ya que Torres está siendo juzgado por querer burlar a la justicia y ponerle un arma de juguete a Lucas y querer incriminar a los amigos como delincuentes.

Ricardo continua explicando que los policías que fueron sentenciados le dijeron a los chicos: “negros de mierda, perdón la expresión, pero fue lo que les dijeron, se merecen un tiro como le pegaron a tu amigo” y reflexiona sobre el daño psicológico que le causaron a jóvenes de tan solo 17 años. Y reafirma que: “Nosotros pretendemos poder vivir en una sociedad más justa, con iguales derechos para todos y hoy estamos atravesando este juicio que tiene que marcar un precedente para la justicia como ya lo marcó el anterior”.

Para Ricardo no es nada fácil que su hijo tenga que volver a pasar por una situación traumatizante como es “volver a pasar por una declaración, volver a pisar un juzgado, cuando él tendría que estar pensando en jugar a la pelota, en compartir algo con la novia o ir con la familia a algún lado y eso lamentablemente no lo puedo evitar, porque nos pusieron en una situación que jamás hubiésemos querido estar, esperamos que sea de la mejor manera posible”.

Héctor “Peca” González, padre de Lucas y Ricardo Zuñiga, padre de Joaquín. Imagen: Nicolás Parodi.

Héctor explica que “queremos cerrar esta faceta triste de nuestras vidas y tratar de sobrevivir como podamos, de darle sentido a la vida, que es lo que estamos haciendo”, para eso están conformando “la asociación civil, social y deportiva Lucas González, que se basa en lo social y en lo deportivo, lo que era un poco Lucas”; la idea es contar con una “escuela de fútbol, un comedor para los chicos, para los que no tengan recursos, en Varela también hay chicos que tienen sueños y le vamos a dar la herramienta para que ellos puedan cumplir un sueño que Lucas no pudo cumplir”.  Héctor “Peca” González nos recuerda que su hijo salvó cuatro vidas cuando decidieron donar sus órganos: “Lucas tenía un motor nuevo, con 17 años salvó cuatro vidas, estoy orgulloso de eso, vamos por más cosas para recordarlo de la mejor manera y con la asociación para cumplir los sueños que él no pudo cumplir”.