Que Milei haya llegado para destruir al deporte argentino ya no es novedad para nadie. Pero si aún faltaba algo más para confirmarlo, basta con leer el proyecto de ley de Presupuesto que presentó días atrás ante el Congreso.

El proyecto presentado incluye valores casi ridículos: para comenzar, ni siquiera se ha preocupado por actualizar los valores por el índice de inflación que en lo que va del año aumentó casi el 100% y que hasta fin de este año seguirá aumentando hasta superar el 120% anual.

Durante este año –de acuerdo con los valores incluidos en una ley de presupuesto que, en realidad, corresponde al año 2023 y que fue prorrogada para 2024– la Subsecretaria de Deporte podrá gastar hasta 65.800 millones de pesos mientras que el proyecto para el año entrante le asigna 42.178 millones; es decir, un 36% menos que lo que el Congreso sancionó hace dos años.

Por otra parte, el nuevo presupuesto enviado por el gobierno disuelve el Programa Federal de Infraestructura Deportiva con lo cual desaparecen, también, los 44.300 millones de pesos asignados. Una parte de esta quita –11.700 millones– irá a parar al presupuesto del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) pero queda claro que esta "mejora" ni compensará la pérdida por efecto de la inflación anual antes mencionada. La maniobra engañosa del Gobierno es la de ponerte en un bolsillo una pequeña parte de la plata que antes te sacó del otro.

Actualmente el ENARD otorga becas a 1.185 deportistas y entrenadores. Lo que debemos destacar es que, por los montos que actualmente se pagan, 828 de las 1.185 becas otorgadas se encuentran por debajo del valor de la canasta básica alimentaria y de acuerdo al presupuesto 2025 para el próximo año serán muchas menos las becas, la compra de equipamiento deportivo y los apoyos a competencias nacionales e internacionales que recibirán nuestras selecciones nacionales.

Recordemos, al respecto, que en mayo de este año, en vísperas de los Juegos Olímpicos de París, Paula Pareto y su entrenadora Laura Martinel decidieron renunciar a sus becas para que otras jóvenes judocas pudieran utilizar esos fondos. Esta situación inédita habla a las claras de una forma de gestión en la que se somete a nuestros deportistas a una deliberada y perversa política de "frazada corta" donde una campeona olímpica debe destaparse para que las promesas deportivas puedan taparse un poco y por lo que vemos el próximo año no podrán taparse nada.

El desmantelamiento vertiginoso del Estado que ha inaugurado este gobierno se verifica en el deporte a partir de su propia degradación institucional: la ex Secretaría de Deporte es hoy una subsecretaría perdida en un Ministerio de Capital Humano que ha puesto lo humano al servicio del capital.

Leemos que Daniel Scioli viene operando sobre el fútbol profesional para torcer la decisión de sus dirigentes que, mediante elecciones transparentes, resolvieron ya cómo será el futuro de las asociaciones deportivas, a partir de reafirmar nuestra historia y nuestro presente de éxitos y desechando fórmulas dudosas y opacas como las que proponen las Sociedades Anónimas Deportivas. Sería más útil para la sociedad si Scioli pudiera explicar de qué manera va a asistir a nuestros clubes barriales que en estos meses se han visto obligados a cerrar actividades por no poder pagar las tarifas de servicios públicos o por no poder afrontar el agujero financiero provocado por sus socios que han dejado de pagar la cuota social por la caída de sus ingresos. Nos gustaría escuchar, también, alguna propuesta sobre cómo piensa evitar la catástrofe que se avecina sobre el deporte amateur, que contara el próximo año con un presupuesto miserable.

Si durante este año el Gobierno redujo la cantidad de participantes en los Juegos Nacionales Evita –quitándole de esta manera las posibilidades a cientos de miles de jóvenes de participar en el deporte organizado– con el proyecto de presupuesto 2025 desaparecerá totalmente la posibilidad de llevarlos adelante.

Como adelanto a lo que pasará el año entrante, la Subsecretaría de Deportes tomó una medida de extrema crueldad que posiciona a este organismo en los primeros puestos del ranking de la infamia, al impedir la participación en los Juegos Nacionales Evita a personas con discapacidad.

Quienes no militamos ni votamos a este gobierno sabíamos que la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada iba a producir un gravísimo daño a las políticas de desarrollo social, en general, y al deporte como instrumento de inclusión, en particular. Ahora, nunca imaginamos que este nivel de crueldad y desatención llegara a tanto.