Fernando Ponce de León, flautista de la banda española Mägo de Oz, murió a los 59 años tras sufrir un fallo multiorgánico. La noticia fue confirmada por sus compañeros de banda.
Una trayectoria brillante en la música folk-rock
Fernando Ponce de León dejó una marca indeleble en la música folk-rock, particularmente en la escena española. Desde su incorporación a Mägo de Oz en 1998, Ponce de León contribuyó a la producción de ocho álbumes de estudio hasta 2010. Entre sus trabajos más destacados se encuentran “La Leyenda de la Mancha”, “Finisterra” y “Gaia”, discos que no solo definieron su carrera, sino que también llevaron a la banda a recibir un disco de diamante por más de un millón de copias vendidas en España.
La pasión de Ponce de León por la música celta barroca fue evidente desde sus inicios, cuando formó parte del grupo Labanda. Aunque su amor inicial era por la batería, pronto se especializó en instrumentos de viento, como la flauta travesera, el whistle y la gaita. Este enfoque le permitió explorar una gama de sonidos que enriquecerían su música y la de Mägo de Oz.
Recordando a un amigo y músico
Tras conocerse la noticia de su muerte, la banda se despidió de él con un sentido mensaje en sus redes sociales, donde afirmaron: "A los músicos no nos gusta el silencio, nos gustan los aplausos. No vamos a pedir un minuto de silencio, sino un minuto de aplausos en su honor". La declaración refleja el espíritu festivo y la camaradería que caracterizaba al artista, un compañero de "mil batallas", como lo describieron sus colegas.
El impacto de un legado duradero
Fernando Ponce de León no solo dejó un legado musical en los discos que grabó, sino también en las memorias de quienes lo conocieron. A lo largo de su carrera, colaboró con numerosos artistas, como Judith Mateo y Lujuria, aportando su talento a diversas producciones.
En 2010, decidió abandonar Mägo de Oz para dedicar más tiempo a su familia, pero nunca se alejó de la música, participando más tarde en el proyecto “Bienvenidos al Medievo” junto a José Andrëa.