Fiel a su estilo itinerante, el grupo teatral Esse Est Percipi eligió reeditar una de sus obras paradigmáticas, Vittorino Pacheco, reestrenándola en la localidad entrerriana de Victoria. La propuesta, que debutó ayer en la histórica sala de la Sociedad Italiana de Victoria, volverá a presentarse allí hoy a las 21, recalando en Rosario los días 1 y 2 de diciembre, a las 22, en la sala de El Rayo (Salta 2991).

"Esta idea nuestra de trabajar desde Rosario para todo el territorio nacional, porque siempre nos invitaron a participar de festivales o encuentros teatrales, organizando giras que nos permitan mostrar nuestro trabajo más allá de los límites de nuestra ciudad o provincia, nos llevó con el tiempo a proponernos otro objetivo: producir en otras regiones con la participación de teatristas con otras formaciones y recorridos", dice uno de los creadores del grupo, Gustavo Di Pinto.

- ¿Se trataría de habilitar un corredor cultural hasta ahora inédito?

- Vittorino Pacheco en Victoria vendría a significar una experiencia piloto en este sentido, dada la cercanía entre las dos ciudades y la invitación que en lo personal recibí en varias oportunidades para dar talleres en esa localidad.

Otro de los incentivos para armar esta movida fue la coincidencia entre las declaraciones de Interés Cultural tanto por parte del presidente municipal de Victoria como del Concejo Municipal de Rosario con respecto a una de las obras que consolida una etapa de la búsqueda de la dramaturgia propia de los Percipi. Luego de las funciones en Rosario, el grupo tiene previsto encarar una serie de circuitos provinciales (Entre Ríos y Santa Fe) para llegar luego a participar de circuitos nacionales por las zonas del NEA, NOA y la Patagonia.

- ¿A qué atribuís la vigencia de este texto escrito en 1999?

- Vittorino Pacheco es, de las obras de Percipi, la que más interés despertó en otros hacedores para llevarla a escena, ya sea con alumnos de las escuelas de teatro en trabajos prácticos o para producirlas profesionalmente. Mi interés en revisitar el texto que escribiéramos con David Anica (y estrenáramos en el Teatro El Rayo de calle Buenos Aires) radica en la multiplicidad de lecturas que permite el texto.

Esas relecturas que tiene la obra van a aparecer -‑según Di Pinto-‑ a la hora de corregir el texto, que fue incluido junto con otras obras paradigmáticas en una edición del libro homenaje al grupo: Esse Est Percipi, 20 años en la construcción teatral desde Rosario. El libro fue presentado el año pasado en el marco de los festejos por los 20 años de trayectoria de la compañía, oportunidad en la que Di Pinto destacó a este diario la importancia de la publicación para conocer la historia de este colectivo local.

"Me gustaría destacar que la historia del grupo puede armarse a partir de la lectura de este libro, como si fuese un rompecabezas a partir de las distintas miradas de quienes participaron en su confección", dijo el director en esa oportunidad.

"Vittorino es un tipo extraño, un fabulador con pretensiones de artista, habitando un tiempo que no le pertenece; para él el camino siguió para otro lado; un hecho fortuito produce el desencuentro entre 'El' y  'Ella' su novia: él debía estar allí, esperándola en el altar; ella no se resigna a pasar al olvido y se revela, se hace presente". La propuesta reestrenada plantea algo de esta historia, que sigue abriendo nuevos interrogantes a la hora de una dramaturgia siempre en estado de transformación.

El equipo de trabajo, en esta oportunidad, está integrado por las victorienses María Sol Olarte (actriz), Paula Otegui (asistente de dirección) y Virginia Sosa (diseño de vestuario y escenografía) y por los rosarinos Santiago Pereiro en actuación, Gustavo Di Pinto como director y el grupo Esse Est Percipi en la producción, con el aporte de Inés Linares y María Victoria Toloza en el trabajo audiovisual.

- ¿Qué resonancias puede tener en el público actual esta versión escrita por vos y David Anica hace más de 15 años?

- En esta oportunidad me interesó la idea, sin contradecirme en mi concepción general de la obra, de hacer una propuesta diferente que se convierte, gracias a uno de los nuevos disparadores, en un homenaje a David.

La referencia de Di Pinto es hacia uno de los fundadores del grupo y figura clave en la historia de Percipi, fallecido a muy temprana edad en el 2012, cuando su presencia artística y humana era vital para toda la comunidad teatral rosarina.

"'Morir es una costumbre que sabe tener la gente'", una frase de Jorge Luis Borges que fue rectora en todo el proceso de construcción de este nuevo sentido, convierte de alguna manera esta nueva propuesta en un homenaje a David. En 1999 hablábamos de la vida, del amor y de la muerte, de la memoria como el último reducto de la vida. Hoy reafirmo esa idea más convencido de la misma", dice Di Pinto a Rosario/12.

El multifacético actor, director, dramaturgo y viajero incansable, creador de un grupo que no admite roles fijos y que permite que todos sus integrantes puedan aspirar a desarrollarse en distintas áreas del hecho teatral, confía en que en esta remake de Vittorino conectará con el público de hoy, ya que se permiten disfrutar del grotesco y del absurdo en una misma propuesta.