El desgaste que se ve en la relación entre el Gobierno de Javier Milei y buena parte de la sociedad a raíz de la crisis empezó a expresarse, también, en el vínculo que el mandatario y sus funcionarios tienen con la parte más ultra conservadora del Círculo Rojo. Hay dos frentes de tormenta abiertos por la evaluación que se hace del modelo económico y del futuro del plan de gobierno: por un lado, hay una guerra en los chats de economistas liberales, entre los que apoyan ciegamente y ex funcionarios y economistas cavallistas que advierten que hay serios problemas de gestión. Por otro, en la Unión Industrial Argentina (UIA), la cámara empresaria más importante del país, entienden que fueron estafados por el Gobierno para votar el RIGI y no les dieron a cambio lo que les prometieron, una ley pyme.
Este último caso es impactante. La UIA venía alineada fielmente con Milei, aún con una crisis que ya se llevó puestas 10 mil pymes, pero algo se rompió con el discurso del mandatario en el Día de la Industria, donde les dijo prebendarios y ponderó el rol del campo. El hecho más reciente del despegue ocurrió hace unos días, en la localidad santafecina de Roldán, donde la Federación de Industriales de Santa Fe hizo un acto grande y Daniel Funes de Rioja, jefe de UIA, expresó críticas al Gobierno. Hizo lo propio Maximiliano Pullaro, el gobernador provincial, visiblemente enojado por lo poco que atiende Milei a la industria local. No por casualidad, en ese evento no hubo ni un sólo funcionario nacional, a pesar de que fueron invitados. El Gobierno cree que Santa Fe anida las posiciones fabriles más duras.
En cuestión de días, Funes irá a dar otros dos discursos en terrenos algo menos hostiles. Las próximas paradas son la Unión Industrial de Entre Ríos y la de Córdoba, la UIC. Esta última la maneja la Fundación Mediterránea y juega fuerte con el Presidente, pero en ambas provincias las cifras de producción son de catástrofe y lo que parecía una recuperación en julio volvió a ser un parate en agosto. De todos modos, aunque parezca curioso, la furia de la UIA no tiene que ver con la actividad, sino con beneficios perdidos a manos de otros sectores económicos que decidió priorizar el gobierno.
"Nos cagaron"
Hace relativamente poco tiempo, un pope de la mesa chica de la UIA admitió que "nos cagaron". Ese exabrupto, traducido en palabras que Funes expresó el martes último en la reunión de Comité en la sede de Avenida de Mayo, tiene que ver con un pedido que el ministro de Economía, Luis Caputo, les había hecho a los dirigentes fabriles. El ex JP Morgan les pidió que votaran el RIGI y que, a cambio, obtendrían los beneficios de una Ley Pyme. Esto era una inquietud no sólo de UIA, sino también de CAME, ambas con proyectos de esa norma, dado que el RIGI dejaba afuera las inversiones de la pequeña y mediana empresa, las que están por debajo de los 200 millones de dólares.
En paralelo a las negociaciones por la ley, que la UIA venía teniendo con diputados de UP como Marcelo Lewandosky y la socialista Mónica Fein -ambos santafecinos-, los industriales se enteraron que Caputo no quiere gastar un peso más en beneficios impositivos, y que tiene pisada la ley pyme.
"Al final, somos los boludos que les votamos el RIGI a los grandes y los más chicos nos quedamos con la crisis y sin ningún beneficio", expresó, visiblemente enojado, un importante referente pyme de UIA, apuntándole al ministro de Economía por la decisión. Como si fuera poco, en las últimas horas, el hecho de que la malaya Petronas haya avisado sobre dudas en la inversión en la planta de licuefacción con YPF -el proyecto emblema del RIGI- exacerbó aún más los ánimos.
IDEA y el Multiverso paralelo
En la Unión Industrial, aún los que no son tan críticos de Milei, consideran que hay como una especie de sub mundo paralelo en el que el Gobierno usa datos inventados, encuestas falsas y fake news de cuentas bots para ponderar una gestión que tiene serios problemas operativos. Es parte de la ingeniería, admiten, que sostiene el relato presidencial.
Esa situación tiene, además, emergentes de carne y hueso, situaciones que se materializan. Entre el 16 y el 18 de octubre se hará en Mar del Plata el habitual Coloquio de IDEA, que este año se armó como una especie de think tank para bancar el proyecto libertario. "Si no es ahora, ¿cuándo? Transformar, invertir, sostener", es el lema de la edición 60, que no cuenta en sus paneles con dirigentes opositores ni cuadros críticos, pero está plena de funcionarios y ceos afines. El titulo parece puesto por Caputo, que viene pasando la gorra, sin éxito, por todo foro empresario habido y por haber para pedirles que inviertan. El organizador de la movida marplatense es Eduardo Bastitta Harriet, dueño de Plaza Logística, la firma que armó la fiscalización de la elección bonaerense de la Libertad Avanza. Bastitta es uno de los que desde el inicio comparte con Milei la idea de dolarizar.
Otro de los que mueven la agenda del Coloquio es Juan Nápoli, ex dirigente libertario y dueño del Banco de Valores. Ya tiene organizada una comida de Milei con el presidente de Paraguay, Santiago Peña, en Mar Cocina Suratlántica, el restaurante que hace poco tiempo se instaló en el tercer piso del hotel Costa Galana. Estar en IDEA este año, aún en un Coloquio sin figuras de peso, será caro: 3 millones de pesos deberán pagar los no socios para presenciar las charlas en el Sheraton de Los Troncos -sin el hotel incluido-, mientras que los socios abonarán 1,5 millones de pesos.
Para evitar riesgos y desvaríos de invitados "ovejas negras", el Coloquio se blindó para que el Gobierno juegue libre. Anna Cohen, de Cohen Sociedad de Bolsa, ya estuvo con Milei en Mar del Plata y es parte del chat Dolarización, que también integra Bastitta. Será la moderadora del panel donde hablará el ministro Caputo. También estará allí el secretario de Trabajo, el ex Techint Julio Cordero.
A Federico Sturzenegger, el Ministro de Desregulación, le armaron un panel especial intitulado, sin eufemismos, “La necesidad de liberarnos del Estado”. El moderador será el propio Bastitta, quien ya habló con Milei para que esté presente en el cierre del viernes.
Una batalla de economistas del palo
Mientras ocurren estas cosas, los chats de economistas liberales arden en internas, que tienen como telón de fondo las diferencias sobre el plan económico de Milei. Este diario pudo saber que hay al menos tres grupos de Whatsapp muy calientes. La referencia es para "Econo Argento", "Peronian Economics" y otro sin nombre, integrado por economistas de diferentes bancos.
Este diario habló con varios de los integrantes de estos grupos, que blanquearon dos bandos, uno de ellos integrado por los "más fanatizados fiscalistas y desreguladores". Se listan allí el jefe de FIEL, Daniel Artana, Gustavo "Lacha" Lazzari, un empresario pyme del sector chacinados; Agustín Etchebarne, director de la Fundación Libertad y Progreso y Salvador Distéfano, un consultor del agro al que contrataron para que difunda las bondades del atraso cambiario, disfrazado de administración formal de la brecha. En esa línea están, aunque participan poco en los grupos, Juan Carlos de Pablo, el economista que más habla con Milei, y Ricardo Arriazu, quien fuera el impulsor de la tablita cambiaria de Martínez de Hoz. "Hoy sigue queriendo ese esquema de devaluación programada", dicen quienes lo conocen. En la dictadura, ese esquema terminó con ganancias récord de los grupos económicos.
Todos los antes mencionados van contra el emblema del grupo de los críticos: sostienen que está bien usar el dólar para anclar la inflación. Los que resisten esa idea son pesos pesados, algunos de los cuales fueron funcionarios. Hoy, son enemigos del régimen de Milei: la referencia es para el ex ministro de Macri, Alfonso Prat Gay; el ex UCEMA Roberto Cachanosky; Carlos Melconian y el ex amigo y socio de Milei, Diego Giacomini. Todos ellos coinciden en que el Gobierno dibuja cifras pero, sobre todo, que hay una inconsistencia muy fuerte en el tema cambiario. Como plus, advierten que se viene un rebote inflacionario en breve. Fuego amigo para el Presidente.