El 25 de noviembre de 2023 parece lejano en el José Amalfitani. Aquel día los dirigidos por Sebastián Méndez superaron por 3 a 1 a Colón y certificaron su permanencia en Primera tras una campaña por demás angustiante. Apenas 10 meses después, el escenario es diametralmente opuesto: el equipo lidera la Liga Profesional de Fútbol, es puntero de la tabla anual y suma 10 partidos consecutivos sin perder. También se encuentra en cuartos de final de la Copa Argentina en la que enfrentará a Independiente. Su última derrota fue ante Boca, el pasado 14 de junio. Y este lunes se las verá con Estudiantes, rival que le impidió sumar una estrella a su palmarés en una reñida definición por penales en el certamen anterior.
El subcampeonato, lejos de vivirse con angustia, funcionó como trampolín para erigirse en el equipo con más triunfos de la competición (9), con más goles a favor (27) y el segundo con la valla menos vencida (8). Un 4-2-3-1 que sale de memoria, con Braian Romero y Claudio Aquino como goleadores del equipo con siete tantos cada uno y con Francisco Pizzini como asistidor (lleva 4). El futbolista surgido de Independiente, con paso por Olimpo, Defensa y Talleres, habló en exclusiva con Página 12 y fue contundente: "Estoy muy feliz en el club, no soy el Francisco que llegó el año pasado. A veces a algunos jugadores les cuesta un poco adaptarse, a otros menos, pero siempre con trabajo y predisposición uno se va ganando el respeto. Después queda demostrar dentro de la cancha y creo que hoy estoy en un alto nivel que trato de disfrutar porque la vorágine de fútbol es muy grande y no siempre te lo permite.
–¿Cuánto influye lo físico en todo esto, tanto individual como del equipo?
–Es algo a lo que Gustavo (Quinteros) le da mucha importancia con sus preparadores físicos (Hugo Roldán e Ivo Paciello). Trabajamos mucho lo que es la presión, no aflojar hasta el último minuto. Nos pasó mucho el torneo pasado que llegamos a la final donde los últimos minutos revertíamos partidos o los ganábamos 1-0. Eso es cuestión de ir, de nunca bajar los brazos y es lo que nos ha inculcado en este Vélez nuestro técnico.
–Hasta su salida con San Lorenzo había sido el jugador con más remates (3), más recuperaciones (11), primero en chances creadas, en duelos ganados (8/15) y en gambetas completadas (3/5). A sus 31 años cumplidos esta semana, ¿te sentís en el mejor momento de tu carrera?
–Tuve diferentes momentos en mi carrera. Algunos muy altos en Defensa, aunque tal vez no teniendo el protagonismo que tengo hoy desde otro rol a partir de ser más grande, de ser referente. Actualmente me toca poder dar un consejo y eso me pone feliz, me agrada y lo acepto. Creo que en cada lugar donde estuve tuve picos, pero hoy estoy en un momento donde el disfrute me ayuda mucho a rendir dentro de la cancha.
–¿Puede ser que como volante explote mejor sus virtudes que como delantero?
–Eso depende mucho del partido y de lo que pida Gustavo. A veces nos transformamos en un 4-4-2, otras es 4-3-3, algunas un 4-2-3-1, lo vamos modificando durante el partido. A mí lo que me interesa es jugar, es estar, ayudar donde me toque. Si en algún momento me toca salir lo haré de la mejor manera, porque esto es un equipo. Hay que poner al escudo por delante de todo. Como digo siempre, con trabajo, humildad y sabiendo escuchar todo sale adelante.
–Hace una semana extendió su contrato hasta el 31 de diciembre de 2027. ¿Cuánto juega en la cabeza la estabilidad?
–Influye un montonazo porque te demuestra a vos mismo que estás haciendo bien las cosas. Es como un mimo, una caricia al laburo, a la trayectoria, a las cosas que uno va haciendo durante toda su carrera. Poder extender el vínculo va de la mano de eso, lo tomo cona responsabilidad y con la conciencia de devolver todo el cariño que te está brindando el club porque hace un esfuerzo enorme. Estoy contento de poder pertenecer un añito más a la institución.
–Se vienen dos partidos importantes con distintos significados más allá de los puntos en juego: es la primera reedición de la final con Estudiantes y luego se enfrentan al club que lo formó, Independiente, por cuartos de final de la Copa Argentina. ¿Cómo viven esta previa?
–Lo vivimos bien, tranquilos y con muchas ganas. Ahora se está haciendo un poco larga la espera porque nos tocó jugar para el cierre de la fecha, pero lo tomamos con mucha responsabilidad. Primero estamos trabajando en todo lo que es Estudiantes. Si bien,
nos privó de una alegría enorme, también estoy satisfecho con lo que hicimos en esa final porque estuvimos a la altura. El fútbol es así, ingrato a veces, la pelota pega en el palo y entra y otras sale. Creo que hoy nos encuentra un poco más maduros como equipo y como grupo. Nos fortaleció para que pudiéramos seguir demostrando nuestro juego, continuar como protagonistas del torneo y asumir la responsabilidad.
–¿A qué se debe este presente?
–Responde a la cintura de Gustavo que lo maneja muy bien porque en ningún momento nos agranda. Nos dice lo que faltó, lo que hay que mejorar, por más que hayamos hecho goles. Si hacemos cuatro goles nos remarca que podríamos haber hecho seis. Entonces, creo que ahí está su mano y la del cuerpo técnico que nos inculcan el hecho de insistir, de ir por más y de no conformarnos. Es un grupo muy joven, que acepta eso y está abierto a escuchar y aprender. Todos sabemos que tenemos mucho para dar.
–Cuando llegaron a la final eran el "Vélez de los milagros" y ahora hasta Lionel Scaloni destaca su nivel. ¿Cuánto tuvo que ver lo anterior para este presente?
–Seguimos mejorando. Creo que hemos afinado mucho la puntería los delanteros que era algo que nos estaba faltando, porque llegábamos mucho y concretábamos poco. Hoy estamos llegando lo justo y necesario –tal vez menos que el torneo pasado– pero convertimos más. La diferencia está en la gran eficacia. El equipo se sigue consolidando, no afloja, tratamos de plasmar la idea de Gustavo dentro del campo y en cualquier cancha, sea de local o de visitante, y nos pone muy felices que salgan las cosas.
–Destacó la parte física y motivacional del cuerpo técnico, consulto ahora por lo táctico, porque acertó en movimientos como el de Agustín Bouzat como doble cinco o el de su caso abierto por derecha…
–Gustavo es muy inteligente. No ve solamente el partido que viene, sino los próximos tres y ya tiene los cambios en la cabeza. Sabe lo que puede llegar a pasar y pareciera que no se le escapa nada, está siempre atento a los detalles y encuentra las posiciones exactas a los jugadores para plasmar su idea y potenciarlos de gran manera. Creo que hoy eso le está pasando a muchos chicos, también me pasó a mí que me potenció y me está sacando mucho jugo, entonces trato de aprovecharlo y apoyarme en él.
–Por último, pregunto por la chicos del club, porque Vélez fue tricampeón en el último año en Reserva. ¿Da la sensación que llegan a Primera con las lecciones aprendidas? ¿Cómo es para los de afuera acoplarse a tantos jóvenes?
–Es así y eso facilita las cosas a uno y al técnico. Porque si bien tendría que ser lo normal que uno de chico vaya aprendiendo cómo moverse, cómo hacer una presión de determinada manera, cómo es un retroceso, cómo son las llegadas al área, tenerlo claro simplifica un montón las cosas. El laburo que hace Vélez en las inferiores es de gran ayuda porque los jóvenes llegan con muchas herramientas. Y si bien después lo difícil – como se dice siempre– es mantenerse, también es verdad que logran sacar un plus. Tanto en Reserva con (Marcelo) Bravo, como en Cuarta con el Flaco (Roberto Nanni), están haciendo un gran trabajo. Les dan mucha importancia a los jóvenes porque Vélez es un club formador y vendedor. Estamos felices de poder acompañarlos en el proceso e ilusionado de lo que pueda venir.