Israel y el movimiento libanés Hezbolá intercambiaron nuevas amenazas en medio de la escalada de la violencia transfronteriza, al tiempo que la comunidad internacional exhortó a la moderación, ante el temor de un conflicto regional.
Tras casi un año de guerra en Gaza, el frente se desplazó esta semana al norte de Israel y el sur libanés, luego de la ola de explosiones de bíperes y walkies-talkies de Hezbolá, atribuidas a Israel, que el martes y el miércoles causaron 39 muertos y 2.931 heridos en el territorio del Líbano, según las autoridades locales.
La milicia islamista sufrió otro golpe el viernes, después de que un bombardeo israelí en un suburbio del sur de Beirut causara un total de 45 muertos y 68 heridos. Según una fuente cercana a Hezbolá, el ataque tenía como objetivo una reunión del mando de la unidad Al-Radwan, la fuerza de élite del movimiento, de la cual unos 16 miembros fueron abatidos tras el ataque, entre ellos el líder de la fuerza Ibrahim Aquil.
Esta ofensiva desencadenó ataques sobre la base aérea de Ramat David, al este de la ciudad israelí de Haifa, con Hezbolá afirmando haber lanzado "docenas de cohetes" en represalia por los ataques en el Líbano.
El gobierno de Benjamin Netanyahu, por su parte, prometió "restablecer la calma", llevando a cabo una serie de ataques aéreos que alcanzaron "decenas de objetivos terroristas de Hezbolá, incluidos lanzadores y estructuras militares", según informaron las Fuerzas de Defensa israelíes.
Serie de golpes
En sus primeras declaraciones luego de la explosión masiva de aparatos de comunición del movimietno islamista y el bombardeo contra la unidad de elite, Netanyahu aseguró que los ataques a Hezbolá representan "una serie de golpes que nunca habrían imaginado". "Si Hezbolá no ha entendido el mensaje, les prometo que lo entenderá", dijo el primer ministro israelí.
Israel aseguró que en las últimas 24 horas ha logrado atacar más de 290 objetivos de Hezbolá y que "los ataques del Ejército continuarán y se intensificarán" en los próximos días hasta que éste cese sus agresiones.
"Estamos decididos a garantizar que los habitantes del norte puedan volver a sus casas de forma segura. (...) Israel no tolerará ataques contra sus habitantes y ciudades", declaró el primer ministro en el comunicado.
Este domingo, como parte de la evaluación de la situación al norte del territorio, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, sentenció que "la semana pasada fue la más difícil en la historia de Hezbolá".
El titular de Defensa israelí no mencionó las explosiones en cadena de miles de dispositivos de comunicación, pero sí se refirió a los ataques que azotaron los suburbios de Beirut, dejando al menos 45 muertos.
"La acción adoptada por el Ejército en Dahye (el suburbio de Beirut) es significativa, importante y poderosa", agregó Gallant en referencia a la muerte del comandante Ibrahim Aqil luego del ataque sobre la capital libanesa.
"Una nueva fase"
Miles de personas asistieron este domingo, al sur de Beirut, al funeral del "gran comandante" de Hezbolá Ibrahim Aqil, reafirmando su lealtad al movimiento islamista y su jefe, Hasan Nasralá.
Aqil, de 61 años, quien dirigía la fuerza de élite del grupo, fue abatido en el bombardeo israeli del viernes al sur de la capital libanesa, junto a otros quince responsables de la unidad, según informó la propia Hezbolá.
Como parte de la ceremonia, el numero dos del movimiento islamista, Naim Qassem, aseguró que Hezbolá inaugura "una nueva fase" en su batalla contra Israel, una de ajuste de "cuentas pendientes".
"Las amenazas no nos detendrán: estamos preparados para todos los escenarios militares frente a Israel", añadió en su discurso.
Asimismo, calificó de "masacre" las oleadas de explosiones de dispositivos buscapersonas y walkie talkies, algo que consideró "injustificable". "Solo un alto el fuego en Gaza pondría fin a los ataques", según insistió Qasem, calificando "la solución militar israelí" como un "dilema" para Israel y sus habitantes del norte.
Un llamado internacional
Con la escalada del conflicto, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió el riesgo de que el Líbano se convierta en "otra Gaza".
El aumento de la violencia llevó al portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, a considerar que "una escalada militar no es lo mejor para Israel", y que "todavía hay espacio para una solución diplomática", según sostuvo en su aparición en una transmisión de la ABC.
La Unión Europea, por su parte, se mostró "muy preocupada" y exhortó a un alto al fuego urgente, reforzando su apoyo a lo que llama "una solución de dos Estados", la cual sostiene desde el principio del conflicto.
"Creo en el derecho de Israel a su seguridad. Y también creo en la justicia de la causa palestina", señaló el canciller británico, David Lammy.
Para la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, "la región está al borde de una catástrofe inminente".
Una advertencia local
A su vez, el canciller egipcio Badr Abdelatty alertó este domingo del riesgo de una guerra total, a medida se intensifica el conflicto en el Líbano, afirmando que la escalada socava los esfuerzos para alcanzar un alto al fuego en Gaza.
"Existe una gran preocupación sobre la posibilidad de una escalada en la región que desemboque en una guerra regional total", dijo antes de añadir que "Egipto, junto con Qatar y Estados Unidos, tiene la total determinación y compromiso de continuar los esfuerzos para lograr un acuerdo" que ponga fin a la guerra.
Qatar, Egipto y Estados Unidos llevan meses tratando de lograr un acuerdo de alto el fuego, así como la liberación de rehenes israelíes en manos de Hamas en Gaza, que según los diplomáticos ayudaría a calmar las tensiones regionales.
"Todos los componentes del acuerdo están listos", aseguró Abdelatty. "El problema es la falta de voluntad política del lado israelí", añadió.
El miércoles, el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, se comprometió a redoblar los esfuerzos para garantizar un alto el fuego en Gaza durante sus conversaciones con el secretario de Estado estadounidense de visita en el país, Antony Blinken.
Fue el décimo viaje de Blinken a la región desde el comienzo de la guerra, desencadenada por el ataque de Hamas en suelo israelí el 7 de octubre pasado. Ese ataque causó la muerte de 1.205 personas en suelo israelí, la mayoría civiles, según cifras oficiales israelíes. De las 251 personas tomadas como rehenes aquel día, 97 siguen retenidas en el interior de Gaza, 33 de ellas muertas según el ejército israelí.
Más de 41.431 palestinos, en su mayoría civiles, han muerto en la represalia militar de Israel en el enclave palestino desde que comenzó la guerra, según datos facilitados por el Ministerio de Sanidad de Gaza.