Reírse en la actualidad -y de la actualidad- no es fácil. Pero con su nueva obra, Parlamento, las Piel de Lava lo permiten. Se trata de un espectáculo explícitamente político, en el que se cuelan grandes temas como la futilidad e ineficacia de las instituciones, la mediatización de la política (o la misma como performance), la apelación a las emociones de los votantes, la distancia entre los poderosos y el pueblo, el vacío o la falta de ilusión en un porvenir. Temas que rozan lo filosófico y que son también serios y preocupantes, abordados desde una óptica absurda, en un escenario de ciencia ficción, con actuaciones frescas y un texto caracterizado por la lucidez y la inteligencia.
Con su sexta creación, la que sigue al suceso de Petróleo, el cuarteto de actrices integrado por Elisa Carricajo, Pilar Gamboa, Laura Paredes y Valeria Correa confirma lo que se sabe hace tiempo: que el humor puede ser un excelente vehículo para tratar los asuntos más graves, para abordar incluso aquello que quizás no puede ser siquiera elaborado por la mirada seria de la teoría. Esta obra con todo su delirio invita a ser vista de la forma en que se veían ciertos programas humorísticos de la televisión en otros momentos muy dramáticos para este país. No es, claro, cuestión menor que las actrices sean, además de eso, creadoras de sus materiales: no ponen únicamente sus cuerpos en escena, sino que también deciden todos los significantes que resuenan allí. Dramaturgia y dirección, en este caso, corren por cuenta de Piel de Lava.
En un escenario distópico, un grupo de diputadas debate sin llegar absolutamente a ninguna parte, mientras la Tierra arde en llamas. La que puede verse en el Picadero es la versión final de un trabajo que se conoció en 2023, a modo de residencia abierta, en Arthaus Central. Una curiosidad es que el grupo comenzó a investigar en la dimensión performática de las sesiones del Parlamento Europeo, pero con el transcurrir del tiempo el espectáculo le quedó muy a tono con el presente de esta Argentina gobernada por La Libertad Avanza. No son pocos los que se retiran de la sala mencionando a Petróleo, la obra en la que las actrices se draggeaban como varones petroleros y que con tanta originalidad se metía en cuestiones de género. La vara había quedado alta. Parlamento no decepciona.
Ellas, las representantes del Parlamento en Orbita Global, están a bordo de una nave a lo "Star Wars" -como desliza en un momento el personaje de Gamboa-, a salvo de las llamas que arrasan con la Tierra. Abajo hay fuego, guerra, muerte, destrucción, delincuencia y tristeza. Es un abajo territorial y simbólico, ya que la discusión pública es por una nimiedad que refleja la distancia entre el poder y sus representados: se vota un presupuesto de emergencia para la recuperación edilicia ante incendios intencionales de edificios parlamentarios en todo el planeta. La sesión especial la encabeza una presidenta de acento español -Gamboa, impecable, trepada desde una escalera y con la cara transformada-, cuya central preocupación son los protocolos legislativos. Todo son chicanas, cruces por intereses y negociados, rosca, mención a asuntos personales, corrupción que queda expuesta en plena sesión televisada, constantes llamadas al orden y un discurso circular que se muerde la cola. Cuando la cámara se apaga la música instrumental del jazz amplifica la ridiculez de lo que sucede detrás de escena. Federico Zypce es esta vez un engranaje central de la maquinaria de Piel de Lava. Está a cargo del diseño sonoro y la composición musical, aparte de contar con un "trabajo estable" en la nave: es la bandera de ceremonias.
Ya los nombres de los partidos de las diputadas son tragicómicos. Paredes es la caribeña Hortensia Caridad Morales, de Juntos Vamos a Recuperar el Deseo Original; Correa, la brasileña Neve da Cunha, de Por la Libertad de Autopercibirnos en Guerra; Carricajo, Messina, la italiana de Ante el Caos de la Civilización. Hortensia es una outsider de la política, "una mujer que trabaja, igualita a ti", que se hizo millonaria y convoca a las emociones. Da Cunha postula la libertad de usar armas en el "ejercicio legítimo" de la defensa personal. Messina tiene como pilares la familia, la tradición y la propiedad privada.
Igual que Petróleo, esta es una obra muy coral, pero son momentos destacados los "solos" de actuación, los spots que ofrece cada una de las representantes. Unos hombrecitos verdes que también viajan a bordo de la nave, elementos que se suman al vestuario como los cascos, las comunicaciones con la Tierra, el devenir del personaje de Gamboa y una iluminación de tonalidades lisérgicas -aspecto a cargo de Santiago Badillo- ubican a la narración en un futuro distópico que, así y todo, dialoga mucho con el presente. Será porque este presente es también distópico. O será porque... ¿no hay futuro?
Todo tiende a la carcajada al mismo tiempo que a la reflexión. "La democracia pende de un hilo", hace falta "pensar en un futuro, imaginar otra realidad", dicen las diputadas. Que la discusión se cocine entre mujeres y que, en verdad, ellas no propongan nada nuevo ni distinto agrega pesimismo. En ese particular cruce entre el humor y la filosofía viaja la nave televisada de Parlamento.
Parlamento. 9
Dramaturgia y dirección: Piel De Lava
Intérpretes: Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes y Zypce
Vestuario y escenografía: Rodrigo González Garillo
Iluminación: Santiago Badillo
Fotografía: Sebastián Arpesella
Gráfica: Pablo Sternbach
Música y diseño de sonido: Zypce
Asistencia de dirección y producción: Ianina Maglia
Comunicación y prensa: Cecilia Gamboa
Funciones: martes a las 20.30, Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857