A Talleres no le pesó la ausencia de Federico Girotti, ni tampoco la de Ortegoza. Y mucho menos le pesó la expulsión de Moyano, a los 33 minutos de la primera etapa. Y por eso consiguió ganarle con comodidad y sin sobresaltos 2-0 al Racing mixto.
Con la cabeza puesta en la revancha contra Paranaense por la Sudamericana (perdió 1-0 en la ida) Gustavo Costas sólo repitió dos futbolistas respecto del equipo presentado en Brasil: Arias y Mura.
Y además, los nombres de Sigali, Carbonero, Zucculini y Roger Martínez minimizan la idea de equipo B. Pero lo cierto es que Racing fue ampliamente superado por su rival en todos los planos.
Talleres se puso en ventaja en un contrataque fulminante pasado el primer cuarto de hora. A la salida de un córner, luego de un rechazo, encontró muy mal parada a la defensa visitante y Depietri voló por la derecha. Galarza, que lo acompañó en la carrera, arrastró marcas y Depietri, muy libre, culminó la maniobra con un derechazo cruzado, inapelable.
Después de la expulsión de Moyano, contrariamente a lo que se podía suponer, Talleres no se metió atrás y Racing hizo muy poco para ampliar los espacios y progresar con la pelota hasta el arco de Herrera, que pasó una tarde muy tranquila.
Entre la impotencia de Racing, la siesta de Talleres y las demoras de Herrera (cada vez que le llegaba la pelota se quedaba unos cuantos segundos en el piso) el segundo tiempo fue insufrible, apenas matizado por el segundo gol de Talleres. Este fue conquistado por Tarragona en una jugada muy rápida, que otra vez encontró mal parado al fondo de Racing.
En el final, el público cordobés se olvidó de los reclamos a la AFA por la expulsión de Moyano (en realidad había pegado una plancha lógicamente detectada en el VAR) y aplaudió mucho al equipo por su victoria clara y muy merecida.