River consiguió oxígeno tras clasificarse a la final de la Copa Argentina luego de vencer a Deportivo Morón en Mendoza. La eliminación ante Lanús de la Copa Libertadores y después el golpe en el clásico ante Boca dejaron al equipo tambaleando. Incluso el DT debió confirmar su continuidad para generar un golpe de efecto. El clásico frente a Independiente era una prueba para confirmar el cambio de aire.
Ariel Holan paró un equipo alternativo, el martes enfrentará a Libertad de Paraguay por la primera semi de la Copa. River era más y jugó los cinco minutos iniciales en el área rival: dos tiros libres, un corner y una media vuelta de Ignacio Scocco presagiaban un gol tempranero de la visita.
Pero a los 18 minutos se produjo el quiebre del partido. Amorebieta envió un pelotazo largo para el pique de Albertengo y Germán Lux cometió un blooper. El arquero salió lejos, falló en el cálculo y tomó el balón con sus manos cuando se dio cuenta que se había pasado y que el delantero se iba derecho para el gol. Silvio Trucco lo expulsó y River se quedaba con diez. En el complemento, el local aprovechó un contragolpe para romper el cerco defensivo de River, y a través de Domingo pudo festejar.