Guisela Vázquez Zabala, presidenta de la asociación de mujeres afrobolivianas "Cimarronas", como tantas otras mujeres afrobolivianas, ha encontrado en la lucha colectiva la fuerza para enfrentar los múltiples sistemas de opresión que atraviesan su vida y la de su comunidad. Siguiendo el ejemplo de las mujeres afrodescendientes que, desde los tiempos coloniales, han resistido en los márgenes de la historia oficial. Desde su juventud, cuando fue la primera presidenta del Consejo Municipal de la Adolescencia y Juventud en Coroico, Guisela ha demostrado un profundo compromiso con las causas sociales, entendiendo que el cambio verdadero solo puede lograrse desde la acción comunitaria y el fortalecimiento de la identidad colectiva. Hoy conduce una organización que trabaja para fortalecer el liderazgo de mujeres, prevenir la violencia y construir un futuro antirracista en Bolivia. Como presidenta de "Cimarronas", Gisela ha impulsado una agenda que abarca desde la prevención de la violencia sexual hasta la promoción de nuevas masculinidades, buscando transformar las realidades de niñas, adolescentes y mujeres adultas en diversas regiones de Bolivia, incluyendo Los Yungas, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Sucre. Su trabajo al frente de Cimarronas no solo honra a quienes vinieron antes, sino que también siembra semillas para las generaciones futuras, asegurándose de que las luchas por la autonomía económica, la igualdad de género y el respeto por la identidad afroboliviana continúen fortaleciéndose a través del tiempo.

En el marco del “Día Nacional del Pueblo y la Cultura Afroboliviana”, ¿cómo evalúas el reconocimiento y la visibilidad que la comunidad afroboliviana ha alcanzado en el contexto político y social de Bolivia?

Creo que han habido importantísimos avances. Todas las bolivianas y los bolivianos estamos seguros de esto. Pero en este último tiempo hemos visto que hay muchas tareas pendientes. Uno de estos temas sería la reducción del reconocimiento a espacios de representación. Con tener una cara negra se considera que se están haciendo acciones por el pueblo. Para ser sincera, en estos años, se han abandonado muchos procesos, y se han impulsado políticas públicas discriminatorias. Hace como un año nos mandaron a las instituciones públicas unas notas pidiendo que notifiquemos cuantos afrobolivianos estaban trabajando en cada dependencia, y que acrediten su identidad. ¿Qué esperan que nosotros emitamos una certificación? [ríe]. Estos son temas muy complicados. Si bien, uno puede en el registro ciudadano poner a que pueblo o nación tú perteneces, hay mucha gente que no lo tiene. Acreditar aquello sí me pareció discriminatorio. Así como están estas falencias, también hubo avances que se han logrado gracias a las luchas sociales previas, porque sabemos que nada cae del cielo, y hay que reconocer el camino iniciado por los compañeros y compañeras que comenzaron el proceso. En términos de visibilidad si hemos avanzado, la gente se refiere con más respeto, se usa el término afrobolivianos. Se ha avanzado, no como quisiéramos, pero algo hay.

A lo largo de los años, las mujeres afrobolivianas han venido peleado por ganar espacios en la política. ¿Cómo percibes la evolución de esta participación y qué desafíos siguen enfrentando las mujeres afrodescendientes en los espacios de toma de decisiones?

Uy, esta es una pregunta un poco difícil, la verdad, porque no contamos a la actualidad con espacios de toma de decisión fuertes y firmes. Si me voy a la gestión pública, tenemos una compañera que es directora, otra compañera que recientemente fue desvinculada o renunció, entonces, pero al final los círculos de toma de decisión donde se definen políticas públicas y demás cuestiones, lamentablemente están no más reservadas para los hombres y no necesariamente hombres negros. Porque es otra vez donde se vuelve a materializar la vulneración a los derechos de la comunidad afroboliviana, de los pueblos afrodescendientes, creo que es en Bolivia y el mundo, al final.

Considero que, si bien dentro de los gobiernos municipales no tenemos alcaldes, tenemos un alcalde hombre, pero alcaldesas no tenemos. Tenemos una concejala, diputadas no tenemos, senadoras no tenemos, así sucesivamente. Lamentablemente esos espacios se han perdido por completo y considero que esto es producto de la anulación de las elecciones presidenciales de la gestión 2019, porque en aquel entonces sí teníamos compañeras que eran primeras diputadas, había concejalas y había obviamente perfiles para que puedan ser alcaldesas y demás, entonces, este proceso de retroceso también dentro del sistema social y político del país, ha hecho que también nosotras retrocedamos por completo. No quiero ser pesimista, pero considero que actualmente estamos como en el comienzo, porque es como si la tarea no se hubiera hecho, como si el camino no se hubiera ni siquiera empezado a andar, porque los liderazgos de las compañeras se ven disminuidos ante el ataque sistemático que se materializa sobre los liderazgos de las compañeras. Ha habido muchísimo distanciamiento también, porque bueno, si de por sí el sistema nos oprime, porque somos mujeres, mujeres negras, mujeres negras migrantes, mujeres negras hijos de campesinos, mujeres negras hijas de cocaleros, mujeres negras, de por sí tenemos todo un sistema opresor sobre nosotros, lamentablemente tenemos también el ataque de gente que es nuestra misma compañera, nuestro mismo compañero, lo cual hace retroceder.

Hay muchos compañeros que han retrocedido en la lucha y que los liderazgos se ven como dormidos, como adormecidos. Nosotras como Cimarronas continuamos en la lucha tratando de fortalecer los liderazgos de las compañeras, de los compañeros, pero siempre hay como un nivel de recelo, porque ya las lideresas y líderes formados han retrocedido, entonces lo que se está haciendo es como que fortalecer los pocos que quedan y fortalecer o contribuir a fortalecer los nuevos liderazgos.

El racismo estructural sigue siendo una realidad en Bolivia. ¿Cómo consideras que las políticas públicas actuales abordan las problemáticas específicas de la comunidad afroboliviana, y qué medidas crees que aún hacen falta?

Lamentablemente en Bolivia, las políticas públicas ahí van, tenemos un compañero en la dirección de racismo, de lucha contra el racismo y toda forma de discriminación, pero bueno, es como que una vez más se entiende como si el problema de los negros lo tienen que resolver los negros y no se asumen como pilares estructurales la lucha conjunta, la lucha institucional y estatal. Hay muchas cuestiones, por ejemplo, donde más se materializan estos temas, donde es más visible, si vale el término, es en política, en temas de educación y cultura, y en el fútbol. En educación y cultura es terrible porque seguimos viendo estas expresiones mofas y demás sobre los afrobolivianos, donde aparece la gente pintada, con cadenas, con los bebés cargados al revés, con las acciones del cuerpo totalmente exageradas. Todos los años es lo mismo.

Yo considero que a esto lo que falta es que se sancione de manera efectiva a esa gente, porque quedan en saludo a la bandera. Entonces, lamentablemente, como la gente dice, es que es una cuestión civil, entre ellos se han dicho que se pidan disculpas, termina ahí, lamentablemente. Entonces, sí es una tarea pendiente y grande que tiene el Estado. Y en el tema del fútbol es casi lo mismo. Que negro de mierda, que negro de tal, que negro de cual, y lamentablemente se permite en el fútbol este tipo de escenarios tan fregados. Cuando son divisiones menores, por ejemplo, los chicos ya no quieren ir a la cancha, porque consideran que es un espacio que vulnera sus derechos, que no se sienten cómodos, que no se sienten seguros, porque es como si ahí hubiera licencia para materializar todo el sistema racista. Entonces, sí se ha hecho camino, no vamos a decir que no, se ha hecho camino, pero lo que queda es aumentarle drasticidad, si vale el término, a la norma, que se pueda generar casos específicos con sentencia, con sanciones específica.

Guisela Vázquez junto a Zenaida Pérez ambas de la Asociación de Mujeres Afrobolivianas. Imagen: @cimarronasafrobolivianas

"Cimarronas" ha sido un espacio clave para la formación y fortalecimiento de las mujeres afrobolivianas. ¿Cómo ves el rol de esta organización en el futuro de la política afroboliviana, y qué nuevos proyectos están desarrollando actualmente?

Hablar de Cimarronas realmente es muy importante para mí, porque lo creamos mujeres, que ya venimos de un pasado activista, luchador social y demás, donde muchas de nosotras, la mayoría, hemos sido creadoras, fundadoras del ente matriz del pueblo afroboliviano, que es el CONAFRO (Consejo Nacional Afroboliviano), pero también de otro tipo de organizaciones que velan por los derechos de los afrobolivianos. Cimarronas es un nuevo espacio que ha crecido muchísimo, de manera desmedida, diría yo, en este último tiempo, porque hemos llegado a alcanzar límites que ni nosotras tal vez no esperábamos, porque bueno, decíamos vamos a ser un grupo de mujeres afrofeministas y demás, pero con estos objetivos, pero en el camino nos hemos ido dando cuenta que realmente la tarea era grande.

El tema de mujeres es un tema fuerte, el tema de la defensa de los derechos de las mujeres, pero también hemos aprendido a replantear que la lucha contra el sistema patriarcal implica defender los derechos de sea quien sea que esté siendo vulnerado en sus derechos. Entonces, el rol de nuestra organización está siendo fundamental para replantear el pensamiento, porque como que en el pensar colectivo se ha llegado a posicionar muchísimo que siempre la víctima va a ser mujer y siempre el agresor va a ser hombre. Entonces, dejando de lado también las otras poblaciones que son vulneradas y que, bueno, nuestra posición es que sea quien sea que esté siendo oprimido, vulnerado o esté sufriendo violencias, porque la violencia no es una, son varias, tiene que denunciar y tiene que haber un sistema también que lo proteja.

Y lo mismo pensando en la madre tierra también, porque las opresiones del sistema capitalista sobre nuestra madre tierra rompe totalmente con nuestro pensamiento de nuestro ser como mujeres, que además tenemos el vínculo madre-mujer-madre-tierra totalmente fortalecido. Entonces, realmente la política cimarrona busca institucionalizar que el cimarronaje sea filosofía de vida, es decir, que luchemos unidas, unidos contra las opresiones del sistema. Y es importante crear tarea política y para nosotras es fundamental siempre decir, no es que solamente somos políticas, además, somos políticas partidarias.

Y ese ha sido uno de los puntos de ataque también que hemos sufrido como organización y siempre lo vamos a decir y siempre lo vamos a denunciar. Porque, bueno, mientras las mujeres estemos todas buenitas y aplaudiendo y diciendo, ¡ay, qué bien! Apoyamos al compañero que no sé qué, ¿no ve?. Pero ya cuando vamos de frente con un proyecto político partidario, ya la gente no le gusta, ya la gente se molesta. Entonces, ahí como organización fue fundamental para nosotras el pensar en una línea también de fortalecimiento, tanto a los nuevos liderazgos, tanto al nuevo caminar y entre nosotras, porque nos ha tocado desaprender muchos procesos para aprender y construir en el caminar. Y, bueno, nuestros nuevos proyectos que estamos desarrollando, primero estamos reforzando muchísimo esto del vínculo mujer-madre-tierra, porque lamentablemente el destrozo a nuestro medio ambiente, a nuestra madre naturaleza, está siendo realmente aterrador y está avanzando de una forma loca y que queremos hacer algo. Por ejemplo, apoyamos a nuestras tías, a nuestras mamás, nuestras primas que están en comunidad y que, por ejemplo, están creando sus propios viveros de plantas medicinales, para recuperar el vínculo, que es algo tan hermoso, además, recuperar el vínculo, fortalecer el vínculo y volver a institucionalizar en el cerebro del ser humano que la madre naturaleza no es la enemiga, que la madre naturaleza, así como nos da vida, nos sana, nos cura, nos protege y nos acoge. Ese es uno de los procesos.

Lo otro que estamos avanzando con muchísima fuerza es la escuela de formación de lideresas y líderes afrocimarronas, afrocimarrones, “Uniendo nuestras voces”, así se llama, lo cual nos ha dejado sorprendidas, porque creo que no lo dimensionamos tan grande, hemos dicho, vamos a hacer con tal número de chicas, de chicos, y luego se iban sumando y sumando y sumando y hemos logrado sobrepasar el número que teníamos planificado, pero casi doblarlo. Ahora tenemos demanda de una segunda versión de este curso y lo que vamos a hacer es fortalecer. Hemos identificado dónde es que hay vacíos y la parte histórica, la historia negra es uno de los temas que los chicos nos han pedido con alto ímpetu, que se refuerce, porque ellos dicen en la escuela, nos enseñan que Cristóbal Colón, que si aquel, que si allá, que si Tupac Katari, o sea, nos enseñan sobre otro tipo de cosas que no son nuestra esencia, es decir, enseñan sobre líderes sociales indígenas, que no está mal, pero nunca se habla de los líderes sociales negros, de la lucha negra, de las luchas reivindicativas negras, de los verdaderos procesos negros, y una de las cosas que también nos han pedido los muchachos es reescribir la historia, y eso es algo muy bonito que nos están pidiendo los chicos, que ahí andamos organizando y estructurando, porque ellos dicen la historia está mal escrita. Nosotras consideramos que la historia negra no comienza en la época esclavista, entonces es importante reforzar eso, y otros temas también que vamos a ir reforzando en la escuela de formación de lideresas y líderes.

Nosotros lo hemos pensado para adolescentes y jóvenes, pero se nos ha sumado gente grande también, tías, tíos, y dicen -Yo también quiero aprender, quiero saber cómo era, quiero aportar- Es algo realmente mágico, realmente maravilloso, porque ahí vemos a las tías conociendo una parte de la historia, porque muchas de ellas no han ido a la escuela, y las que sí tampoco, porque en la escuela te enseñan otras cosas, en los medios de comunicación jamás sale, y en las películas siempre está la parte distorsionada. Entonces no hay de dónde. ¿En internet?, bueno, cada quien es dueño de la verdad en internet.

La otra parte es fortalecer el vínculo internacional. Las afrorreparaciones es uno de los pilares fundamentales en los cuales estamos avanzando, y es para eso que deseamos también fortalecer el vínculo internacional, porque el tema del caminar afrodescendiente se fortalece también en los países hermanos y en la lucha de los colectivos hermanos. Es un tema que buscamos fortalecer y que buscamos que se institucionalice con más fuerza.

Respecto al Estado Boliviano, nuestra meta es generar agendas de exigibilidad al Estado, con este gobierno, con el siguiente y con todos, hay tareas pendientes por el pueblo afroboliviano que no se han hecho y que se tienen que hacer, porque hay cuestiones muy complicadas. Recientemente hemos conocido datos de una encuesta realizada sobre acceso a justicia, y vivienda, y los datos son aterradores. Realmente sorprende muchísimo de cuánta gente, por ejemplo, ha sufrido discriminación, ha sufrido violencia, pero dicen -No he ido a denunciar, porque tengo miedo que el sistema más me violente-, entonces sí, hay cuestiones muy fuertes que le vamos a empezar también a exigir tanto a la cooperación internacional, a las Naciones Unidas y al Estado boliviano también.

En el contexto de las luchas por la igualdad de género y contra la discriminación racial, ¿cómo crees que el feminismo afrolatinoamericano puede influir en la agenda política boliviana en los próximos años?

Lo primero que deseo ratificar es que nosotras como Cimarronas sostenemos una línea afrofeminista, en la línea de la tía Angela Davis y demás camaradas, y es fundamental, porque ahí desde el lineamiento afrofeminista se entiende primero que el feminismo no es uno, que el feminismo blanco no nos representa y ahí va el primer factor racial totalmente materializado sobre nosotras. Podemos influir de forma grande, porque el enfoque interseccional que le podamos poner a las políticas públicas, a la lucha para la erradicación del racismo, es muy importante. Esta es una tarea que se tiene que hacer, y lo que necesitamos es que la gente se empodere del feminismo, porque hay muchísima gente a la que todavía les repito, -tú dices feminista y ya, uy no, listo, ya están estas, las machirulas, que las lesbianas-, entonces está totalmente sesgado el feminismo por grupos que han tenido más fuerza, y bueno, ya sabemos también que el sistema y los que manejan los medios de comunicación institucionalizan lo que ellos quieren. Entonces, sí hay una lucha todavía pendiente que hacer para refrendar y sustentar, si vale el término, qué es realmente el feminismo y en este caso qué es específicamente el afrofeminismo.

Nosotras sabemos exactamente que las luchas feministas negras son las menos visibles, y sí se tiene que reforzar, se tiene que poner mayor ímpetu para luchar de forma colectiva, pues, y con un concepto bien formado para erradicar la discriminación racial, y una de las cosas que siempre digo en los eventos, y creo que lo aprendí de alguna de las compañeras también, es pararse y mirar hacia alrededor, cómo te mira el sistema a vos como mujer negra, no importa de qué país seas, vos eres negra y listo, soy boliviana, pero estoy en Chile, listo, ya me miran igual, o la chilena que esté en Bolivia, ya la miran igual. Entonces, por ejemplo, el tema de la hipersexualización de los cuerpos de las mujeres negras es un tema tan grave, porque a nosotras se nos hipersexualiza desde chiquitas, desde pequeñitas, y sufrimos en silencio muchas veces, decimos, bueno, me pasó esto, me pasó lo otro, lo que hay que aprender es a gritar, levantar la voz también, desde la línea afrofeminista en este caso, para también exigirle al sistema que renuncie a este tipo de pensamientos, de formas de actuar, que vulneran también nuestros derechos. Muchas veces hay acoso, también porque somos mujeres negras no se nos toma en cuenta, es como que, -ay, pero ellas, no, así son, que andan provocando, que sea aquí, que sea allá-, y es peor cuando hay casos de violencia sexual.

Bolivia es un Estado Plurinacional, ¿cómo evalúas la implementación de los derechos de los afrobolivianos en este marco y cuál es tu visión de futuro para garantizar un pleno ejercicio de esos derechos?

¡Ay Bolivia! ¿Qué sería sin la pluralidad y la diversidad de sus pueblos? ¿Sabes? Bolivia es mágica porque cada pueblo es tan diferente pero tan igual también. Los pueblos, o sea, tenemos nuestras diferencias que al final nos unen.

Yo creo que la implementación de los derechos de los afrobolivianos en este tema aún falta, aún tenemos tareas pendientes, pero los avances logrados ya nos permiten por lo menos exigir, por lo menos que a mí que voy, no sé, al banco, no me exijan que me quite el turbante porque dicen que está prohibido. Entonces ya yo puedo reclamar y decir dígame usted dónde está la norma que dice que yo tengo que quitarme el turbante que es un factor cultural propio. Estamos más empoderados ya podemos reclamar y ya alzamos la voz ante cualquier tipo de vulneraciones y discriminaciones que podamos sufrir.

No obstante, yo siempre voy a decir esto, la visión hacia el futuro tiene que ser que sea totalmente pleno el goce del derecho. Yo insisto, yo odio poner ese tipo de ejemplos, pero creo que es necesario que cuando lo ven a uno corriendo no piensen que uno se robó algo. En Bolivia casi no es tan visible ese tema, pero eso sí, a ver, te cuento. Yo estaba en Santa Cruz, vivo en La Paz, pero estaba en Santa Cruz. Estaba en un hotel, al ingresar al hotel veo dos policías, a mí me pareció de lo más normal, pido mi llave y me estaba yendo y el policía viene, oiga, identificación. Yo le digo, ¿por qué? Identificación señora, es su obligación portar su identificación. ¿Quién le ha dicho usted que yo no porto mi identificación? Le digo, dígame usted por qué me está exigiendo, porque ahorita han pasado tres personas más al lado mío y quien no les ha pedido identificación. Y yo no tenía la verdad ganas de discutir, entonces saco la cédula y se la doy. Me dice, ah ya, sepa disculpar, es que los que son como usted son los que normalmente no tienen documentos, es lo que me dice el policía. Te juro que eso me ha endiablado y de donde no tenía ganas de pelear, pues tuve que pelear.

Ese es el tema, que el sistema deje de ser opresor con nosotros, que el sistema deje de señalarnos como vulneradores de derechos o como vulneradores de la norma, perdón, como aquel que no cumple, el ilegal, el que no tiene documentos, el migrante. Y creo que todas las personas del mundo tenemos derecho a la libre transitabilidad, por lo menos en la Constitución boliviana, eso está bien escrito y lamentablemente aun así a la misma policía no le importa.

Guisela junto a la exdiputada y lideresa afroboliviana Mónica Rey Gutiérrez. Imagen: @cimarronasafrobolivianas

Finalmente, en este “Día Nacional del Pueblo y la Cultura Afroboliviana”, ¿qué mensaje te gustaría enviar a las generaciones más jóvenes de la comunidad afroboliviana que buscan involucrarse en la política y en la lucha por sus derechos?

Primero, a los chicos, decirles no se dejen comer con el sistema. Yo soy una persona de 28 años, entonces todavía me considero una más, parte de las nuevas generaciones, pero también lo he vivido. He vivido la opresión del sistema que quiere comerte y quiere hacer que renuncies a tu esencia. A los chicos, lo primero que les digo es que no renuncien a su esencia. Yo siempre digo, piensen en su abuelita, en su abuelito. ¿Cómo hablaban las abuelitas, los abuelitos? La lengua del pueblo afroboliviano es una lengua hermosa, es una lengua que se tiene que seguir hablando y que cuando salen a las ciudades o a las universidades no renuncien a su esencia.

Quisiera también reforzar el tema de nuestra identidad, de sentirnos muy orgullosos de lo que somos. Mi sangre negra es producto de un linaje ancestral que hay detrás de mí. Yo siempre digo ser negro no es casualidad, siempre digo eso y soy bien insistente con el tema. Hay un linaje de seres humanos que han luchado y que han entregado su vida para que nosotros hoy tengamos estos días, esta vida y estos tiempos.

Es muy importante dejar las divisiones cuando se trata de alzar la voz por el pueblo. Y a mucha gente no le gusta esto, pero yo siempre prefiero decirlo. Cuando en Bolivia los indígenas, los aymaras, digamos, ellos tienen una lucha, no sale un colectivo a reclamar por esa lucha, sale todo el pueblo. Y así se hacen escuchar, así lo logran. Hay que reconocer que el separatismo, el individualismo lo que hace es hacer caer las luchas. Es importante eso, podemos tener diferencias de pensamientos, de criterios, diferencias ideológicas de repente con algunas personas, políticas partidarias, sobre todo, que es lo que más tenemos acá en Bolivia. Pero cuando la opresión es contra el pueblo, el pueblo se levanta. No se levantan solo las Cimarronas.

Finalmente decirles a las chicas, a los chicos y a los tíos y a las tías también, ser afroboliviano es una cosa maravillosa, no somos solamente fútbol y no somos solamente trenzas o cosas así. Somos un pueblo con historia, con territorio, con lengua, con población y demás cuestiones. Y estamos reconocidos en la Constitución Política del Estado.

Y eso hay que aplaudirle a los legisladores y líderes sociales que han hecho que ahí estemos, porque no es casualidad y porque nadie nos lo ha regalado. Y por lo tanto nosotros no podemos regalar estos resultados y estas reivindicaciones también al que venga, sino que es un llamado colectivo a defender los avances de nosotros como pueblo.