Como muchas historias, la de Marta empezó con una foto que se hizo viral, cuando un estudiante de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA publicó una imagen suya, de espaldas, con la siguiente consigna: “En la FADU hay una señora que te aprieta el botón del ascensor, de verdad me encantaría que fuera joda”.
El posteo en X no tardó en empezar a levantar revuelo, sobre todo entre aquellos grupos cercanos al Gobierno que levantan la bandera del ajuste como emblema y alegan que hay una ineficiencia en la administración del dinero por parte de las autoridades de la Universidad de Buenos Aires. Los ataques en redes sociales contra Marta no se hicieron esperar.
Sin embargo, por la 750, la mujer —que trabaja desde hace 23 años en la universidad, en donde empezó en el sector limpieza y por problemas de salud brinda asistencia en los ascensores— contestó las críticas en su contra y explicó que lleva su trabajo con “mucha dignidad”.
En primer lugar, sostuvo, su trabajo sí tiene una razón de ser. Ella se encarga de distribuir la cantidad de alumnos que suben para que no se sobrecarguen los ascensores y que además quede espacio para las personas que viajen desde la planta baja y el subsuelo.
Por eso, asegura que la mayoría de los alumnos, lejos de atacarla, se acercaron con empatía: “Hay un respaldo. Hay estudiantes que se acercan, que saben lo que estamos pasando. Como no docente es una lucha esto. Es una lucha constante”, señaló.
“Hoy tuve otro problema, porque se acercó alguien al ascensor diciendo que está bien lo que se escribe. Y yo no soy ningún ñoqui. Yo soy una no docente y voy a pelear por mi derecho. Yo no tengo miedo. Me hizo pasar un mal momento. Me puse mal”, lamentó.
“Creo que no me merezco esto. Quiero trabajar tranquila. Porque el año y pico que me queda para jubilarme quiero pasarla bien. Estar con los chicos, pasar el tiempo, subir y bajar, seguir haciéndoles chistes como lo hago. Porque lo hago para darle humor, para que los chicos entren con ganas, para que tengan una buena mañana”, dijo.
Y finalizó: “Yo no soy ningún ñoqui. Yo soy personal no docente de la facultad. Y así como me puede pasar a mí, le puede pasar a cualquiera. No soy yo sola. Somos un montón. Porque el sueldo que tenemos es un sueldo bajo. Con más razón merecemos todo el apoyo que podamos tener”.
(Informe de Emanuel Herrera para la 750)