La semana de Alto Nivel de la ONU 2024, que empieza este martes en Nueva York y reunirá a 133 jefes de Estado y gobierno, contará con el conflicto en Medio Oriente como su tema central en un momento de máxima tensión en el Líbano y en Gaza que, según la propia secretaría general de Naciones Unidas, aumentó el "riesgo de guerra mundial".
"Hay una gran sensación de impunidad. Cualquier país o entidad militar siente que puede hacer lo que quiera. Se debe dar ejemplo, salir del cinismo o la desesperanza y evitar el camino hacia una tercera guerra mundial", dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en una rueda de prensa previa a la gran cita del multilateralismo internacional.
Rechazo a una solución militar
Israel anunció que golpeó este lunes más de 1.600 objetivos del movimiento islamista Hezbolá en el sur y el este del Líbano, unos bombardeos que dejaron 492 muertos, pese a los llamados de la comunidad internacional a la moderación. El vocero de la Secretaría General, Stéphane Dujarric, indicó desde Nueva York que "no hay una solución militar que haga que ninguna de las partes esté más segura, ya que el bienestar de los civiles a ambos lados de la Línea Azul (la frontera entre Israel y el Líbano) y la estabilidad de la región están en juego".
Para la coordinadora especial de Naciones Unidas para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, "la región está al borde de una catástrofe inminente" y "cualquier escalada de esta peligrosa situación podría tener unas consecuencias devastadoras y de gran alcance". El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió que el conflicto entre Israel y Hezbolá amenaza con sumir a Medio Oriente en una "guerra total".
Por su parte Francia solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir la situación en Beirut. "En este momento pienso en el pueblo libanés, ya que los ataques israelíes acaban de causar centenares de víctimas civiles, entre ellas decenas de niños. Estos ataques a ambos lados de la Línea Azul y más ampliamente en la región deben cesar inmediatamente", declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU.
La guerra en Gaza
Además de la violencia inusitada en el Líbano, el 79 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU tendrá al conflicto entre Israel y Hamas como permanente telón de fondo. Un miembro del equipo de Guterres adelantó días atrás que la guerra de Gaza, donde ya murieron por ataques israelíes al menos 41.455 palestinos, va a dominar la semana porque hay "mucha frustración y rabia al respecto" por parte de la comunidad internacional.
Esta semana el Estado de Palestina presentó por primera vez en su historia un proyecto de resolución para exigir el fin de la ocupación israelí, que fue aprobado por amplia mayoría en la Asamblea General. Además se produjo un grave recrudecimiento de los enfrentamientos entre el Estado judío y la milicia chiita libanesa Hezbolá que amenaza con desembocar en un conflicto regional.
En ese contexto, y con los interminables ataques de la administración del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu contra la ONU y contra Guterres, a los que acusa de connivencia con el atentado terrorista del 7 de octubre perpetrado por Hamas, está contemplado que el líder de la nación hebrea intervenga en la asamblea general el jueves, todo dependiendo del conflicto con el Líbano.
El impacto de la hipotética comparecencia de Netanyahu en este foro, por el que también pasarán el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, o el nuevo presidente iraní Masud Pezeshkian, opacará en buena medida la presencia del presidente de Ucrania Volodimir Zelenski. De acuerdo a la misma fuente del entorno de Guterres, Zelenski va a tener "problemas para que se oiga la voz" de su país ante una coyuntura global donde proliferaron otros conflictos.