Tras años de investigaciones, un grupo interinstitucional de científicos descubrió que el Aedes aegypti, el mosquito vector del dengue, zika y chicungunya, logró al menos tres mutaciones genéticas que lo vuelven más resistente a los insecticidas. Según advirtieron en un comunicado, estas mutaciones están extendidas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba). Pese a la preocupación manifiesta por los expertos ante la probable epidemia de dengue en la próxima temporada estival, también se destacó que el problema no es irreversible.
Se trató de un estudio que demoró cinco años y que fue elaborado por la Red Argentina Para el Estudio de la Resistencia a Plaguicidas de uso en Salud (RAReP), un comité científico-técnico interinstitucional conformado por los ministerios de Salud y de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, la ANLIS-Malbrán, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Al respecto de la investigación, la bióloga Sheila Ons, quien dirige el Laboratorio de Neurobiología de Insectos (CENEXA-CREG) de la Facultad de Ciencias Exactas (CREG) y de Ciencias Médicas (CENEXA), precisó que "no son una sino tres las mutaciones, y que las mismas están extendidas en el Amba".
El hallazgo fue logrado a partir de dos líneas centrales de investigación: "la fisiología del sistema endocrino de los insectos y la detoxificación", de acuerdo con la especialista. "Esta última está relacionada con la resistencia a los insecticidas", aclaró. El estudio lo hicieron en colaboración con un grupo el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), que dirige Victoria Miceli, y el Centro Nacional de Diagnóstico e Investigación en Endemo (CENDIE-ANLIS MALBRAN), dirigido por Mariana Manteca Acosta.
Tras estudiar por qué insectos como las vinchucas se volvían resistentes los insecticidas, se comenzó a replicar la investigación en los mosquitos vectores del dengue, zika y chicungunya. Los científicos utilizaron "la bioinformática, la biología molecular y la fisiología de los insectos, con la idea de conseguir herramientas de control de insectos con bajo impacto ambiental", precisó.
“Se esperan este año muchos casos de dengue", aseguró la especialista y detalló que la resistencia de las poblaciones del Aedes aegiypti en la provincia de Buenos Aires "es muy grande". En ese sentido, Ons afirmó que "los insectos son muy adaptables al ambiente porque tienen mucha descendencia", por lo que puede derivar "en tener distintas mutaciones".
¿Qué causa las mutaciones del mosquito?
Según los científicos, el principal causante de que los mosquitos Aedes Aegypti mutaran en versiones más resistentes a los insecticidas son las "fumigaciones". Para llegar a esa conclusión, indagaron en la cantidad de casos de dengue reportados en cada lugar en la que aumentó el uso de insecticidas con la frecuencia de mutaciones de resistencia.
La causa de esa resistencia es que "al establecer una mayor presión de selección sobre las poblaciones" con fumigaciones "se van seleccionando las variantes resistentes", detallaron los autores del estudio.
Los únicos insecticidas que están habilitados por ANMAT en el país para uso domiciliario y sanitario son los piretroides, por su aceptable grado de toxicidad.
Las mutaciones, sostienen, hacen que la interacción con el piretroide sea más difícil, haciendo que la dosis habitual de insecticida ya no alcance para matarlo, sino que se necesiten dosis cada vez más altas.
En ese sentido, Ons describió que hay dos formas de saber en el laboratorio "cuánto más resistentes son los nuevos mosquitos mutantes". Por un lado, "se evalúa la respuesta toxicológica, recolectando huevos de las zonas muestreadas", y una vez convertidos en mosquitos adultos, se los expone "a una dosis establecida de piretroides, llamada dosis discriminante, para contabilizar cuántos sobreviven".
El efecto de los piretroides en los mosquitos
Según describió la bióloga, los piretroides actúan sobre una proteína llamada "canal de sodio", que está en el sistema nervioso de los insectos. En tanto, esa proteína forma "un canal que se abre y cierra, dejando pasar iones".
"Esa proteína está involucrada en la trasmisión del impulso nervioso. Cuando el piretoride interactúa con este canal de sodio, lo que hace es dejarlo abierto, bloqueando los impulsos nerviosos normales, y por eso se dice que actúa por volteo. Sencillamente, lo 'noquea'”, apuntó Ons.
En los mosquitos Aedes aegypti, existen mutaciones sobre el canal de sodio que fueron identificadas con la resistencia a los insecticidas piretroides; tres de esas mutaciones fueron reportadas en Brasil, Estados Unidos, México, Colombia y Venezuela. Hasta hace un año, sin embargo, la presencia de estas mutaciones no había sido documentada en Argentina.
Los investigadores del CENEXA-CREG publicaron un trabajo en 2023, en el que estudiaron mosquitos que habían sido recolectados en 2018 en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires y de dos localidades de Jujuy y Salta. Encontraron que gran parte de los insectos recolectados en el Norte argentino tenían dos mutaciones en simultáneo, mientras que un porcentaje alto de los mosquitos de la provincia de Buenos Aires tenía una. En otras regiones, no encontraron ninguna mutación.
Sin embargo, la situación del dengue en la región empeoró notablemente desde 2018, superando en 2023 todos los brotes históricos. Desde entonces, en el CENEXA-CREG se focalizaron en recolectar y estudiar mosquitos del Amba, más la ciudad de Pergamino.
En ese segundo trabajo, y a diferencia de lo ocurrido con los mosquitos de 2018, encontraron que las dos mutaciones que los hacen resistentes ya están en toda el área, excepto en Pergamino. Incluso encontraron también que la tercera mutación que confiere resistencia también está presente en la Provincia.
Ahora sí: la buena noticia
Pese a la novedad que plantean los científicos, se estima que estas mutaciones se podrían revertir. ¿Cómo? Dejando a un lado las fumigaciones con piretroides.
"Si las poblaciones de mosquitos en las que no todos los individuos fueran resistentes dejaran de estar expuestas a los piretroides por un tiempo, podrían volverse susceptibles", establece el comunicado.
“En presencia de piretroides en el ambiente, las mutaciones le confieren una ventaja al mosquito, pero a su vez son desventajosas en ausencia del insecticida. Así, en un ambiente libre de piretroides, la resistencia debería ir desapareciendo”, explica Ons.
Sin embargo, la condición de eliminar el insecticida por completo no es simple de conseguir, reconoce. "En el estado de San Pablo, en Brasil, luego de dejar de usarlo por 10 años para las fumigaciones sanitarias, encontraron que las mutaciones seguían presentes. Posiblemente, se deba a que el uso de piretroides, doméstico o en la agricultura, no se discontinuó”, espetó.
El uso de otros insecticidas, como los organofosforados –-que son de gran impacto ambiental-- no están aprobados en Argentina. En este sentido, la investigadora expresó preocupación por el ambiente: “Los anfibios y los insectos polinizadores son especialmente sensibles a los tóxicos presentes en el ambiente. Por eso, nuevos insecticidas, distintos a los piretroides y de menor costo ambiental, se encuentran en desarrollo y evaluación. En el grupo del CREG tenemos investigaciones en curso, aunque aún faltan estudios de campo, y también inversión”, afirmó.
Para Oms, “lo ideal es hacer un manejo integrado, usando otras estrategias antes de llegar a los insecticidas". De todas maneras, aclaró que el descacharrado sigue siendo fundamental. "Las fumigaciones deben reservarse sólo como modo de control de brotes, y no hacerse durante toda la temporada de mosquitos", completó.