La obra escrita de Antonio Las Heras, ya suma más de medio centenar de títulos dedicados a la Parapsicología, el fenómeno OVNI, las sociedades secretas, la Psicología Junguiana y el desarrollo del poder mental. Empero, en 2017, con un vertiginoso cambio en su quehacer literario, sorprendió con un poemario titulado “Humanidad Pura”, que tuvo destacados comentarios por parte de Leonor Calvera. Ahora vuelve a sorprendernos, esta vez con la publicación de este libro “Brechas en el espacio tiempo” que, si bien está en la línea de los temas sobre los cuales Las Heras se ha ocupado toda la vida, esta vez lo hace desde la ficción.
En efecto, el libro está constituido por una serie de relatos escritos y madurados desde su juventud hasta la actualidad. Son textos que atrapan por el hecho de que ya en aquella mocedad, el autor exploraba, desde su imaginación frondosa, aspectos que, desde no hace mucho tiempo, son indagados con severidad por la Física Cuántica.
En el prólogo, el crítico Roberto Alifano, señala que “En todos los textos que conforman este volumen de Las Heras, no hay página sin vuelo imaginativo. El escritor maneja con natural destreza la filigrana estilística y la proyección científica. No es difícil entonces imaginarlo sacando piezas y más piezas de un generoso y casi inagotable arsenal. El mundo del futuro y de la realidad virtual hoy nos abraza y nos propone un abordaje sin temores para experimentar hasta lo imposible. Visto en proyección, el tiempo que vivimos con sus respectivas brechas es de una dialéctica apasionante y, a veces, aterradora. El arte, como corresponde, no puede ser ajeno a este devenir, y el presente volumen es paradigma de lo dicho. Por su carácter visionario, las obras de Las Heras transitan en un sendero similar al de William S. Burroughs, Philip K. Dick y Ray Bradbury, maestros en esa dimensión.”
Por su parte, el poeta Carlos Penelas, expresa lo siguiente: “En estos cuentos el lector hallará el enredo clásico de viaje en el tiempo, asesinatos que son develados en una taberna, sueños, viajes interespaciales, alimañas extrasensoriales y guiños del autor que nos introducen en claves literarias, historias en las cuales encontramos personajes de ficción. Aborda también temas que nos llevan a muertes misteriosas, vampiros, realidades paralelas, orden de causa y efecto o, a veces, la ausencia de ambos. Antonio Las Heras pareciera decirnos en sus breves relatos que nadie está a salvo de cruzarse con entidades no terrenales las cuales interactúan en nuestra realidad. Puede ser en la intimidad de una habitación, a orillas del Nilo, en el Parque Lezama, un pueblo lejano o una isla; una carretera, castillos simbólicos, cámaras funerarias, carpas frente al mar… Quizá sean sombras, seres angélicos, mundos inmateriales, invisibles, e incluso voladores. A veces se manifiestan mediante ruidos, oleajes, pesadillas. La mayoría no tiene rasgos definidos. Aristóteles definió la fantasía como la facultad de reproducir los datos de las sensaciones en ausencia de los objetos que la habían provocado"'.
El escritor José Andrés Soto subrayó: “Mi primera impresión, que se mantiene, es que se trata de la precuela de lo que Antonio investigó, escribió y vivió después de aquellos primeros intentos literarios. Por entonces no se usaba la palabra precuela, el neologismo fue inventado en aquellos años y popularizado recién en este siglo por las series de Netflix… Técnicamente no es una obra literaria escrita para contar los orígenes de la obra principal, pero se le parece mucho. Hay sombras de Sherlock Holmes, lectura de la época enlazada con Ernesto Sábato. No faltan brujas, vampiros, ni desapariciones. Este libro exhibe todo ello con transparencia, a pesar del halo de misterio que impera en todos los relatos.”
Los textos que leemos en este libro de Las Heras, lo ubican en el escogido fragmento donde se hallan los singulares intelectuales de estos nuevos tiempos; y también tienen un valor documental de primer orden, en la medida en que manifiestan el enfoque intelectual del autor durante los años en los que su escritura adquirió el acento definitivo que le va a ser conveniente. Pero, por sobre todo lo dicho, hay en estas turbadoras páginas, un indisimulado aprecio no sólo por el hecho artístico, sino por el artista en sí, por el creador que se afana en su obra y busca con denuedo instalar nuevas perspectivas y visiones para enriquecer la comunicación con el lector. Se descubre así que su interés y su afición por personalidades destacadas guardan en Las Heras una sola e idéntica raíz: su pasión por los enigmas y los trabajos de la inteligencia, a la que el autor sirve, siempre provisto de un lenguaje firmemente certero. No en vano los nombres de Sábato, Rodolfo Alonso, Alejandro Vignatti, Roberto Martínez, Juan-Jacobo Bajarlía y Gyula Kosice rondan como fuentes inspiradoras en las páginas de “Brechas en el Espacio Tiempo”; el resultado confirma el mérito de este libro.