En la ONU, Javier Milei no habló como presidente de los argentinos, sino como jefe de una secta ultraderechista. No habló desde los intereses del país y, por el contrario, quebró puentes de alianzas históricas. Habló de Malvinas al pasar, pero adscribió a todos los lineamientos que repudian los países que han acompañado el reclamo argentino por las islas. Y reclamó una alianza dudosa con Estados U