A solo un día de la elección de autoridades en la Corte Suprema, el juez Ricardo Lorenzetti salió públicamente a marcarle la cancha a quien fuera reelecto como presidente de ese cuerpo, Horacio Rosatti. Le advirtió que en caso de que ingresen nuevos integrantes al máximo tribunal, “habrá que elegir de nuevo las autoridades”. Es decir, habló de que hay una posibilidad latente de menguarle el poder.

En la exclusiva elección de los cuatro miembros del máximo tribunal, Rosatti fue elegido ayer para mantenerse a la cabeza durante los próximos tres años, es decir durante lo que resta del mandato de Javier Milei. Lo secundará como vice el exabogado de Clarín Carlos Rozenkrantz.

Ambos recibieron el respaldo de Juan Carlos Maqueda, que en los próximos meses dejará el cargo por haber llegado a la edad de jubilación que estipula la Constitución. Pero el que dio la sorpresa fue Lorenzetti: se abstuvo.

“Nadie debe tener demasiado poder en ningún poder del Estado”, remarcó el juez que hace 20 años que ocupa un cargo en el máximo tribunal de la Nación y del que fue presidente desde enero de 2007 hasta septiembre 2018.

Pero más allá de los argumentos que utilizó, su decisión no puede dejar de enmarcarse en el enfrentamiento interno que mantiene con Rosatti. Y hoy lo redobló. De repente decidió dar una entrevista pública en la que indirectamente le dijo que su cargo podría quedar en riesgo de continuidad.

“Lo que hay que aclarar es lo siguiente –argumentó Lorenzetti-: si ingresan los dos nuevos candidatos (Ariel Lijo y Manuel García Mansilla), significa que pasaremos de tres a cinco miembros y habrá que elegir de nuevo las autoridades.”

La Corte, añadió, “tiene mucha libertad para elegir las autoridades. Nosotros decidimos el plazo; puede ser de un año, dos o tres. También (el cargo) puede ser rotativo. Hay que buscar mecanismos, y cuando entren los nuevos elegiremos, discutiremos”.

"Corte de transición"

Lorenzetti se refirió de pasar de una Corte de tres a cinco miembros porque Maqueda prácticamente está afuera del cargo, y lo que ocurrirá cuando este se jubile es que en el cuarto piso de Tribunales quedarán él, Rosatti y Rozenkrantz. Esto mientras el Senado decida el destino de Lijo y García Mansilla, los dos candidatos que el gobierno de Milei propuso para cubrir las vacantes.

Por esta razón Lorenzetti también definió al máximo tribunal como “una Corte en transición”. Por ahora son tres pero eventualmente serán más. Y la presidencia del Rosatti (que por segunda vez votó por sí mismo) podría entrar en discusión.

“Prácticamente estamos en una Corte de tres, es de transición y funcionar así es muy difícil” porque “dictamos muchos fallos y eso requiere muchos acuerdos”, pero “no está bien una Corte de tres”, recalcó durante una entrevista por Radio Mitre.

El magistrado insistió con que “trabajar en conjunto y tratar de consensuar todo los temas no es nada sencillo”. Por eso, en su opinión, “no está bien una Corte de tres. Tienen mucho poder tres personas decidiendo los grandes temas del país, y eso no está bien. Nadie debe tener demasiado poder en ningún poder del Estado”.

Lorenzetti consideró que “cuando se habla de la Corte, se habla del poder” que esta tiene “y no de los problemas de las personas”, que son las cuestiones sobre las que el tribunal toma decisiones.

Los fallos nunca se modificaron a pesar de que cambiaron los miembros –sostuvo-. No es tan relevante hablar del poder interno sino de dar tranquilidad a la población de que la interpretación que hace la Corte de los derechos sociales, la protección de los vulnerables, se mantienen.”

En el mismo tono remarcó: “Cambiaron los presidentes (del país) pero la jurisprudencia de la Corte no. Los grandes temas se mantuvieron. También cambiaron los presidentes de la Corte, sí. Pero se mantuvo la jurisprudencia”.