La buena racha parece haber abandonado a Raúl Eugenio Martín, médico del Hospital Militar de Campo de Mayo (HMCM), que fue absuelto en dos oportunidades por su rol en el robo de bebés durante la última dictadura. La Corte Suprema –con las firmas de Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti– anuló su absolución, tal como habían pedido Abuelas de Plaza de Mayo y la fiscalía. Carlos Rosenkrantz, como es habitual, votó en disidencia. 

Martín entró al Ejército Argentino en 1965. Estuvo hasta 1972 en el Hospital Militar Central. Después pasó a Campo de Mayo, la principal guarnición militar del país –que funcionó, al decir de la fiscala Gabriela Sosti, como un campo de concentración a cielo abierto. El HMCM tuvo un doble rol: como centro de detención ilegal y como maternidad clandestina.

En 1975, Martín fue designado jefe de la división Emergencias del HMCM. En aquellos años –cuando la maquinaria represiva estaba más activa que nunca–, él sólo recibía felicitaciones de sus superiores. En 1976, decían que era “el más sobresaliente de su grado”. Los halagos venían del coronel médico Lorenzo Equioiz, director del Hospital Militar de Campo de Mayo, y de su número dos, el coronel médico Agatino Di Benedetto. Equioiz y Di Benedetto no eran ajenos a la represión. Equioiz fue el que puso el HMCM al servicio del Comando de Institutos Militares para luchar contra la “delincuencia subversiva” –como él mismo reconoció. Di Benedetto fue el primer interventor en el Hospital Posadas después de que Reynaldo Benito Bignone llegara en marzo de 1976 con tanques y helicópteros para llevarse detenidos a médicos, enfermeros y trabajadores del centro de salud.

Martín tenía con quienes formarse. En 1977, era el jefe de servicio de clínica y jefe de servicio de cuidados intensivos. Después siguió sumando funciones. Para 1983, aparecía como el responsable del área Materno-Infantil, que funcionaba desde antes. Durante aquella época, actuaba como médico interno y ocasionalmente, como resaltó Abuelas de Plaza de Mayo, como director del HMCM.

Martín fue juzgado en dos oportunidades por su rol en el HMCM. En 2014, fue absuelto por la mayoría del Tribunal Oral Federal (TOF) 6 –con la disidencia de María Roqueta. Cuatro años más tarde, lo absolvió el TOF 3. Durante las audiencias había surgido, por ejemplo, que era el médico de cabecera de Bignone, el “último de facto”, como él se definió en el libro que escribió a principios de los años ‘90.

Los argumentos que dieron los jueces para absolverlo fue que no había prueba contundente y que no había testigos que, por ejemplo, dijeran que frecuentaba el área de Epidemiología del HMCM, donde eran alojadas las secuestradas que estaban por parir.

Lo que no contemplaron los jueces –remarcó el procurador interino Eduardo Casal en línea con lo que había planteado el fiscal Pablo Parenti– es que hubo declaraciones que señalaban que lo veían en las zonas donde estaban las parturientas o que otro médico había señalado que por orden de Martín se reunió con el director del HMCM y que éste le dijo que no dejara asentada la presencia de las embarazadas en el área de Epidemiología.

“Está fuera de discusión que en el hospital donde se desempeñó el acusado fue ejecutado un plan sistemático de privación ilegal de la libertad de mujeres embarazadas y de la apropiación de sus niños tras el parto”, afirmó Casal en el dictamen al que se remiten Rosatti, Maqueda y Lorenzetti.

Para el procurador interino está claro que existió una estructura orgánica y funcional dispuesta para la ejecución de su plan y que Martín era el superior de quienes realizaban tareas propias de la ejecución de ese plan.

En 2022, la Corte ya había revocado la primera absolución de Martín. Ahora se sumó la segunda. La Cámara de Casación tiene el recurso pendiente. Abuelas de Plaza de Mayo había solicitado que sea ese tribunal el que dicte una sentencia contra el médico militar para evitar que el tema siga dilatándose.