En un discurso pronunciado ante la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas el jueves 26 de septiembre, Haití reiteró su histórica demanda de reparaciones a Francia por la deuda impuesta tras su independencia. Edgard Leblanc Fils, presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, aprovechó la plataforma internacional para exigir un reconocimiento de la "deuda moral e histórica" que su país arrastra desde 1825, cuando fue obligado, bajo amenazas de una invasión militar, a pagar una suma colosal a Francia a cambio del reconocimiento de su independencia.
Leblanc Fils describió este pago como una "sanción injusta" que ha sofocado el desarrollo de la nación caribeña durante generaciones, y recordó que Haití fue la única nación del mundo que tuvo que pagar por su propia independencia. Este acuerdo, impuesto apenas 21 años después de que Haití lograra su libertad de Francia a través de una revolución de esclavizados, drenó los recursos económicos del joven país y condenó a su población a un ciclo de pobreza que aún persiste.
El impacto de esta deuda, que solo fue completamente saldada en 1947, ha tenido profundas repercusiones económicas y sociales. Diversos estudios sugieren que los pagos realizados en su momento, si se ajustan a la inflación y al valor actual, equivaldrían a más de 150 mil millones de dólares. Para Haití, este reclamo no se trata únicamente de saldar una deuda financiera, sino también de reparar el daño estructural que dicha carga impuso sobre el desarrollo de su pueblo.
Leblanc Fils declaró: "Haití, la primera nación negra e independiente del mundo, es también la gran víctima de una histórica injusticia que no solo ha retrasado su desarrollo, sino que también ha cargado a su pueblo con un peso, cuyas repercusiones se sienten aún presentes".
El pedido de reparaciones, que ha sido impulsado por el Comité Nacional de Reparaciones de Haití y el Comité de Reparaciones de Caricom, busca que Francia reconozca este pasado colonial y sus consecuencias duraderas. Leblanc Fils cuestionó si no es hora de devolver lo que Haití tuvo que pagar para asegurar su libertad y soberanía. Esta demanda adquiere mayor relevancia ante la proximidad del bicentenario de ese acuerdo impuesto, en un momento en que Haití continúa enfrentando severas crisis económicas, sociales y políticas.
Si bien las autoridades francesas han mantenido una postura firme de no reabrir este capítulo de la historia, las demandas haitianas no muestran señales de desvanecerse. La lucha por el reconocimiento y las reparaciones sigue siendo vista como un acto de justicia histórica, tanto por el gobierno haitiano como por numerosos activistas y organizaciones internacionales que apoyan el reclamo de afrorreparaciones.