El gobierno sigue desesperado por sumar dólares a las reservas internacionales. El discurso oficial es que la estrategia pasa por eliminar pesos del mercado interno. Sin embargo, en la práctica los funcionarios se concentran en buscar nuevas fuentes de divisas. Entre los inversores circula el rumor del cierre de un acuerdo de un préstamo con bancos internacionales por casi 3000 millones de dólares. Se pagarían tasas elevadísimas de dos dígitos.