Brasil se enfrentará a unas elecciones municipales que no serán un ejercicio más de la democracia. En juego está el futuro de la lucha antirracista, la ampliación de derechos para las comunidades afrodescendientes y la capacidad de frenar el avance de una ultraderecha que busca perpetuar la exclusión y la desigualdad. En este contexto, las candidaturas negras que se presentan en estas elecciones son una oportunidad crucial para llevar adelante una agenda de justicia social y racial en un país marcado por siglos de racismo estructural.
La Articulación Regional Afrodescendiente de las Américas y el Caribe (ARAAC) ha emitido una declaración de apoyo inquebrantable a las candidaturas negras que competirán en estas elecciones, señalando la importancia de este momento histórico. ARAAC, conformada por organizaciones del movimiento social afrodescendiente de las Américas y el Caribe, ha subrayado que estas candidaturas pelean por ocupar espacios de poder y que son, además, portadoras de una agenda política de transformación que busca reparar las deudas históricas con las comunidades afrobrasileñas.
Para entender el peso de estas elecciones es necesario observar el contexto político de Brasil, un país que, tras años de gobiernos que ampliaron derechos sociales, experimentó una regresión brutal con la llegada de Jair Bolsonaro al poder en 2018. Durante su mandato, Bolsonaro no solo recortó derechos para las poblaciones más vulnerables, sino que fomentó una cultura de odio, especialmente dirigida hacia los sectores afrodescendientes, los pueblos originarios y el colectivo LGBTIQ+. Bolsonaro ya no está en la presidencia, sin embargo el bolsonarismo como fenómeno político sigue siendo una amenaza y las elecciones municipales serán un escenario clave para medir su fuerza.
Frente al avance de la ultraderecha, las candidaturas negras representan una barrera de contención y una necesidad fundamental. En un país donde la población afrodescendiente constituye más del 50% de los habitantes, es inaceptable que la representación política de este sector siga siendo tan limitada. Las candidaturas negras, por tanto, buscan romper con esta histórica exclusión, abogando por una representación política más equitativa y por políticas públicas antirracistas.
La declaración de ARAAC destaca la importancia de garantizar que estas candidaturas participen en el proceso electoral sin ser objeto de violencia, intimidación o fraude, fenómenos que han afectado históricamente a las personas negras en Brasil y que se han agravado en los últimos años debido al discurso de odio promovido por sectores ultraconservadores.
Otro de los puntos clave que resalta ARAAC es la necesidad de promover una agenda de reparaciones históricas para las comunidades afrobrasileñas. En un país construido sobre las espaldas del trabajo esclavo de millones de africanos y sus descendientes, las desigualdades raciales son aún abismales. Las candidaturas negras, que en su mayoría provienen de sectores progresistas, han asumido la lucha por las reparaciones como una de sus banderas centrales, entendiendo que no se trata solo de una cuestión económica, sino de una transformación profunda de las estructuras racistas que aún persisten.
El avance de la ultraderecha no es exclusivo de Brasil. En toda América Latina los sectores conservadores están organizándose y avanzando en distintas esferas de la vida política, buscando el retroceso de los derechos conquistados por los pueblos. Por eso, ARAAC hace un llamado a la solidaridad internacional y a la unidad de los movimientos sociales afrolatinoamericanos para respaldar las candidaturas negras en Brasil, entendiendo que su lucha es una causa compartida por toda la región.
El escenario electoral de Brasil en 2024 definirá el futuro inmediato del país vecino y tendrá un impacto en las luchas antirracistas y por la justicia social en toda América Latina y el Caribe. Las candidaturas negras, portadoras de una agenda transformadora y reparadora, están en la primera línea de batalla contra el avance de la ultraderecha. Como señala ARAAC en su declaración, el apoyo a estas candidaturas es un acto de solidaridad y una apuesta por un futuro antirracista, más justo y equitativo para todos los pueblos de la región.