El helicóptero giró en el aire y se alejó ante la mirada cansada de esa fila de desharrapados sudorosos, bomberos con la cara tiznada, las manos quemadas, los cascos en el suelo y los trajes antiflama manchados de ceniza contra el fuego. En un gesto neroniano Javier Milei se vistió de fajina pero no se dignó ni a pisar el suelo hirviente de una Córdoba que le dio sus votos y nunca se bajó aunque más no fuera para darles aliento.

Si el fuego fue intencional o accidental, en cualquiera de los dos casos, Milei es responsable, porque es enemigo de las políticas ambientales y de cualquier medida que obstruya un negocio inmobiliario, o de uso de la tierra. Cuando en Córdoba comenzaron los incendios, en la ONU Milei se declaraba contrario a cualquier medida de protección del medio ambiente ante el cambio climático porque, según su particular criterio, éstas son de carácter “comunista”.

El Senado aprobó la declaración del Estado de emergencia ambiental y económica en Córdoba con las únicas cuatro abstenciones del bloque oficialista. El senador Luis Juez montó en cólera como si se tratara de un ataque a su provincia. La senadora kirchnerista, Juliana Di Tullio, explicó que es la actitud lógica del negacionismo ambiental del gobierno y denunció que “en los primeros tres meses se ejecutaron cero pesos para el Servicio Nacional de Manejo del Fuego”. No se trata de Córdoba, sino de un proyecto político al que Juez respaldó con su voto. El senador Luis Juez llamó a votar este proyecto político en su momento así que ahora no debería sorprenderse.

Como Nerón cuando se regocijaba con el incendio de Roma, Milei observó desde las alturas el infierno de llamas que devoró 70 mil hectáreas de monte nativo, casas y animales. Es una imagen ilustrativa, no es exagerada, del desastre que significa Milei. Los incendios van a proliferar, igual que las enfermedades.

En medio de esa catástrofe, alcanzó a retuitear que “ya estaban detenidos los 17 camporistas” que habían iniciado el fuego. El texto iba acompañado por una foto de jóvenes en una danza satánica alrededor del fuego. Uno de ellos llevaba en la espalda la inscripción “K-Ka12” y en otra camiseta decía “Odio a Córdoba”.

En esta Argentina fuera de caja es difícil saber cuántos perejiles cayeron en la trampa con la que el Presidente quiso desviar la atención de su deserción a la responsabilidad que le compete. “Sé que encontrarán la fuerza para salir adelante” les dijo a los cordobeses, igual que hizo con los bahienses cuando un temporal desmanteló la ciudad. Es el Presidente, pero no se hace cargo. Prefiere pasear por el mundo para competir por el liderazgo de los ultramontanos del planeta. Lo único que esperaban los bomberos era unas palmada en el hombro y ayuda. Era una formación patética de hombres extenuados. Pero regresó rápido a Buenos Aires, donde lo esperaba Susana Giménez.

Echémosle la culpa a La Cámpora, total es tan desopilante que hasta puede ser creíble. La falsa noticia, un método que heredó del macrismo y que llevó a su punto culminante, fue desmentida por las autoridades cordobesas. Sólo hay tres detenidos y no se les conoce filiación política. Pero no fue Milei el que inventó esa mentira. Tiene una fuente que le facilita el trabajo.

La falsa noticia se originó en la publicación digital La derecha diario, uno de cuyos dueños es Fernando Cerimedo, el principal estratega de Milei en las redes sociales. El otro dueño es el propagandista español Javier Negre, echado del diario El Mundo, de España, por publicar noticias falsas. Además de ser el principal estratega de Milei para las redes, Cerimedo reconoció que en su empresa, con sede en Puerto Madero, manejan más de 50 mil cuentas truchas.

Cerimedo ha sido, además uno de los protagonistas de la derrota legendaria que acaba de sufrir del hombre más rico del mundo, Elon Musk, ante el Estado democrático que encabeza Lula en Brasil. La victoria épica de Brasil sobre el millonario ultraderechista sienta un precedente histórico para los países que no han podido detener aún el efecto devastador de los discursos de odio, las falsas noticias, la manipulación y la ludopatía que esparcen las redes sociales.

El secretario personal de Jair Bolsonaro, el teniente Mauro Cid, confesó que tras la derrota electoral de su jefe político ante Lula, en enero de 2023, diseñaron una campaña de falsas noticias con la que buscaban justificar la toma de la casa de gobierno por miles de sus simpatizantes para lograr que una parte del ejército diera un golpe militar contra Lula.

Con bots y miles de cuentas falsas difundieron que hubo fraude en las elecciones. Y daban una explicación pseudotécnica para respaldar la fake news. Decían que las urnas electrónicas anteriores al 2020 tenían un defecto por el cual podían ser hackeadas para inclinar el resultado a favor de Lula. Según la investigación de la justicia de Brasil, Cerimedo fue uno de los que participó en la campaña golpista de la ultraderecha.

El juez del Tribunal Superior de Justicia, Alexandre de Moraes, ordenó el bloqueo de las cuentas de los capitostes de la ultraderecha involucrados en la sedición y exigió a la red X que abra la información sobre las mismas. Elon Musk se escudó en la libertad de expresión y se negó, retiró de Brasil a los representantes de la empresa y hasta realizó despidos para demostrar su determinación.

Como la ley brasileña exige que todas las empresas que realicen actividades en ese país tengan representantes legales, al retirar X las suyas, el juez decidió suspender la actividad de la red. Brasil se quedó entonces sin esa aplicación de mensajería. Lula promovió la salida de los brasileños de esa red social y Musk denunció al gobierno de Lula.

Pero Brasil es el sexto país en el uso de Internet y el quinto para la utilización de X. Elon Musk perdía un mercado de peso. Mientras duró su negativa, millones de brasileños se borraron de la aplicación. Finalmente el multimillonario se rindió con bandera y pertrechos ante el Poder Judicial de Brasil y entregó los datos de las cuentas sospechadas de participar en el intento golpista, entre las que están las de Cerimedo, el estratega de Milei que inventó a los camporistas incendiarios.

Las redes han cambiado de raíz las sociedades al transformar las fuentes de información. De esa manera han fragmentado la sociedad con algoritmos que forman burbujas sociales y han modificado los mecanismos de verificación de verdad al convertirse en los principales fuentes de creación de significado. Irrumpieron en la institucionalidad democrática sin tener marco regulador estipulado por la sociedad. Así se han infestado de discursos de odio, de manipulación con falsa información y de casinos digitales. De esa manera intervinieron en forma fáctica en elecciones políticas y generado fenómenos de violencia como los niños que realizan matanzas en las escuelas en Estados Unidos o que se vuelven adictos al juego.

La confrontación entre Brasil y Elon Musk fue seguida muy de cerca por países como Australia, la India y los europeos, que mantienen juicios similares, e incluso en Estados Unidos, donde asociaciones de padres de familia denunciaron a estas aplicaciones por los discursos de odio. Brasil demostró que los Estados Nacionales pueden prevalecer sobre las grandes corporaciones, si existe voluntad política en sus gobernantes y jueces honestos.