La candidata trans a concejala en San Pablo, Léo Áquilla, fue atacada a tiros mientras circulaba por una autopista en la zona norte de la ciudad. La policía está investigando el incidente como un intento de asesinato, mientras el agresor sigue prófugo. Áquilla, activista por los derechos LGBTQIA+, ya había recibido amenazas previas. El ataque contra Áquilla, quien resultó ilesa, es parte de una ola de violencia política que se intensifica en Brasil a medida que se acercan las elecciones municipales del 6 de octubre.

En una entrevista con TV Globo, la activista trans del Movimiento por la Democracia Brasileña (MDB), periodista y presentadora de televisión, relató que se encontraba en su auto con un colaborador en la autopista Presidente Dutra cuando un motociclista la obligó a detenerse simulando un accidente, antes de abrir fuego. "Algunos disparos impactaron en el auto, pero ella no resultó herida", se lee en una nota publicada inmediatamente después de los hechos en Instagram.

Según Áquilla, el ataque se debe a su activismo en defensa de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, por lo que ya recibió amenazas. "Pedí protección a las autoridades, pero nunca me fue concedida", denunció la candidata a alcalde. El 12 de septiembre la excoordinadora de Políticas LGBTIQ+ del municipio de San Pablo denunció un ataque transfóbico ocurrido durante un evento electoral en el barrio de Santo Amaro, al sur de la capital paulista.

Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Río de Janeiro citado por la agencia de noticias ANSA Latina reveló que durante 2024 ya se registraron 455 casos de violencia política. El número de agresiones, coerciones psicológicas, presiones económicas y homicidios (hasta ahora 15) aumenta a medida que se acerca la primera vuelta de las elecciones. San Pablo es el estado que lidera las estadísticas, con 29 episodios, seguido por Río de Janeiro, con 20. En estos dos estados se registraron dos homicidios de candidatos en las ciudades de Santo André y Nova Iguaçu.

"Ofenden la civilidad democrática"

El martes pasado el Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE) pidió respeto a la ciudadanía frente a la violencia creciente de las campañas de cara a los comicios municipales, después de que dos debates entre candidatos a la alcaldía de San Pablo terminaran a los golpes. "La democracia exige respeto", afirmó la presidenta del TSE, la jueza Carmen Lúcia Antunes, magistrada también de la Corte Suprema.

Antunes subrayó que los electores no deben estar "a merced de escenas que avergüenzan y ofenden la civilidad democrática" y adelantó que "todas las conductas violentas" serán investigadas con carácter de "urgencia". A su vez la jueza llamó a los partidos políticos a "prestar atención", ya que no pueden patrocinar "las iras" de candidatos que "faltan el respeto a los principios básicos de la convivencia democrática".

Antunes no hizo referencia a ningún caso en específico, pero su discurso, inusual en la apertura de una audiencia, se produce después de dos graves episodios violentos ocurridos en sendos debates con candidatos a la alcaldía de San Pablo. El último tuvo lugar el lunes por la noche, cuando un asesor del empresario e influencer de ultraderecha Pablo Marçal le dio una piña en la cara al publicitario de la campaña del actual alcalde y candidato a la reelección, Ricardo Nunes.

Segundos antes, el moderador había expulsado del debate al siempre polémico Marçal por incumplir las normas de convivencia, tras descalificar a Nunes de forma reiterada. El pasado 15 de septiembre, en otro debate, el candidato y popular presentador de televisión, José Luiz Datena, le arrojó una silla a Marçal, después de que este último lo acusara de ser un "violador", por una antigua denuncia de acoso sexual.