¡No se banca más! Ese grito enojado que sobresalía del parlante nos hizo volver a discutir sobre la letra y el sentimiento de rabia que destila entre sus múltiples cambios de ritmo y su coro angelical. Era una tarde de verano a principios de este 2024 en San Telmo, a punto de entrar a la sala. Conectábamos los instrumentos y empezábamos un nuevo ensayo de Revistas. Por supuesto que no era la primera vez que lo escuchábamos pero sentíamos que cada vez se re-significa más, como en un ciclo sin fin, ante la tibieza de los medios que están escondiendo algo o que nos intentan distraer con una parafernalia decadente y sin sentido. Nos encontraba en el medio de la pre-producción de nuestro disco Días de guerra y sentir esas palabras nos hicieron cerrar el concepto, completar los versos e imprimir en nuestras almas lo que estábamos por registrar. Lo pensamos como una dualidad entre esos días de batalla incesantes y las noches de amor, que ofician como trinchera para cada uno de nosotros ante ese mal reinante y despiadado. Es ese mismo refugio que sentimos con la música y más con esta obra que es toda una declaración de principios, la cual no podemos ignorar.
En lo personal, esta canción llegó en mi adolescencia, allá por el 2010: un año en el que creo, solo escuché Seru Giran. Fue muy importante cruzarme con este disco, en el que me relacioné no solo con lo musical (que me parecía muy complejo y rico) sino también con lo literario y su narrativa denunciante y despertadora de ojos distraídos. Siempre quise poder compartir ese sentimiento con otros músicos en una banda y el destino me hizo llegar a ese encuentro de conexión con mis compañeros, escribiendo juntos canciones para un disco que se estaba gestando en un contexto social complejo y lastimado.
En 1979 salió La grasa de las capitales de Seru Giran, había dictadura, los valores y el ideal de la juventud que se promovía estaba vinculado al reciente éxito de la película Fiebre del sábado por la noche, donde el protagonista encarnado por John Travolta, era el ejemplo del chico humilde que solo iba a la discoteca a bailar pero que no se metía en otros asuntos. Faltaba Rock, faltaba una escena, la gente tenía miedo de salir a ver bandas porque temía no volver a su casa. Después de un primer disco bastante cuestionado y no muy bien recibido, el grupo apareció con una portada parodiando a la revista Gente y a su frivolidad, apuntando y denunciando a la mediocridad. Así empezaba entonces un movimiento contracultural inesperado por los altos mandos que nos querían sumisos, quietos y obedientes.
El sonido de fritura al principio como un signo de ebullición colectiva, algo está por explotar. Don’t stop dancing! exclama imperativamente un coro de voces, en un momento frenético y lleno de sintetizadores, magistralmente ejecutados por García. Y así la canción pasa por diferentes estilos desde el jazz-rock a la música disco tan de moda en ese entonces, como parte de la misma parodia al consumo. ¿Qué importan ya tus ideales, reza irónicamente una armonía de voces al mejor estilo “Because”, de The Beatles.
Charly García nos influenció al punto de, quizás, sin él muchos de nosotros no seríamos músicos. Por lo tanto, el significado de su obra, más puntualmente esta canción de Seru Giran, creada en conjunto con eminencias de nuestra cultura como Pedro Aznar, David Lebón y Oscar Moro, es un baluarte para nuestra identidad sonora y poética. Por eso, siempre es fundamental volver a pasar por este disco y recordar que nuestra historia suele ser cíclica y que depende de nosotros defender nuestro imaginario colectivo porque si pestañeamos un segundo, cualquier retazo de mediocridad farandulera puede escabullirse y treparse entre nosotros en busca de coronación. La grasa del capital, ahí está, pero no podrá nunca frente a la poesía de un artista, frente al fuego de una generación que siempre renace en distintas épocas, en distintas escenas y en distintos formatos. Esa sí que la veo.
Xavier Parente es músico, productor y guitarrista de Revistas, grupo de rock alternativo oriundo del barrio de San Telmo. Acaban de editar su segundo disco: Días de guerra, producido por Mariano di Cesare (El Principe Idiota, Mi Amigo Invencible), y grabado y mezclado por Estanislao López en los estudios Unísono.