Vecinos de Tartagal, cabecera del departamento San Martín, manifestaron su malestar por la persistencia de dificultades en la provisión de agua en distintos barrios de esa ciudad a pesar de la reciente inauguración de una obra hídrica.

La empresa Aguas del Norte aclaró que desde un primer momento se informó que la obra en cuestión iba a mejorar el servicio para parte de la población tartagalense.

Luis Rivero, vecino y actual concejal de la ciudad norteña, sostuvo que durante el fin de semana pasado cuando las temperaturas marcaban los 45°C a la sombra, buena cantidad de familias de Tartagal sufrieron la falta de agua. “Desde el jueves (19 de septiembre) al lunes (23), no hubo agua en el barrio San Ramón”, afirmó.

Sin embargo, las opiniones están divididas; hay quienes sostienen que en realidad el abastecimiento hídrico está en vías de ser resuelto y que habría internas políticas que atraviesan a la vecindad. 

Por su parte, el gerente general de Aguas del Norte, Juan Bazán, afirmó que desde un principio se informó que con la obra inaugurada recientemente solo algunos barrios de la zona norte de la ciudad de Tartagal iban a ver regularizada la provisión de agua, dado que para poner en orden el servicio para el resto de los barrios son necesarias más obras, que ya están planificadas.

“Solamente 12 barrios están sin agua”, dijo Bazán a Salta/12. Rivero aseguró que en una encuesta se detectó que había 40 barrios que estaban sin agua.

“Corre por cuenta de quien lo dice”, respondió el gerente de Aguas del Norte. En este punto sostuvo que es necesario aclarar que “no es que todo Tartagal está sin agua. O que hay barrios con 24 horas sin agua. Quizás tienen un turno o agua con baja presión”.

Añadió que no se puede dar una solución definitiva de una sola vez dado que Tartagal “tiene varios sistemas y cada sistema tiene su problemática”.

Estos sistemas empezaron a idearse ante la escasez del agua en el dique Itiyuro por la sequia del río Caraparí, que lo alimenta. A ello se sumó el hecho de que en el embalse El Limón se detectaron cianobacterias que causan que el agua no sea apta para el consumo y, de llegar en esas condiciones al sistema Itiyuro, contaminaría el resto del agua.

Frente a ello se fueron perforando pozos para contar con más fuentes de agua que aporten al sistema hídrico del departamento San Martín.

A principios de mes se inauguró la cisterna de Villa Güemes, se informó que beneficiaría a 51 mil vecinos y vecinas. Tras la celebración por esta concreción y los anuncios en ese evento, y el contraste de la falta de agua en algunos barrios tartagalenses, los vecinos sin agua salieron a manifestar su enojo. Incluso hubo cortes de ruta que según los manifestantes, fueron invisibilizados.

Rivero afirmó que con la inauguración de la cisterna “vinieron a hacer un show”, mientras que el servicio continúa igual para muchos vecinos. Agregó que los camiones que reparten agua son insuficientes.

Bazán, por su parte, recordó que existe una planificación de más obras que a fin de año esperan ser concluidas para regularizar el servicio.

Boyas holandesas para el dique El Limón

“En el dique El limón tenemos agua para seis meses y empezamos a tratarla para poder utilizarla en el corto plazo. Ahora tenemos la reserva que antes no había”, dijo Bazán al referirse al problema que subsiste en este embalse por la presencia de cianobacterias.

Ayer se informó que técnicos especializados de una empresa holandesa, a la que se adquirió un novedoso sistema de control de algas, están en el tramo final de la instalación de los dispositivos que permitirán erradicarlas del embalse El Limón para potabilizar esa agua y poder inyectarla al sistema Itiyuro.

El gobierno indicó que se trata de dispositivos de control ultrasónico de algas a través de la emisión de ondas que debilitarán a las algas hasta matarlas de forma no traumática (sin necesidad de arrancarlas del agua) evitando de esta manera que se despidan toxinas contaminantes en el recurso.

Solo una vez limpia, este agua podrá formar parte del sistema de la planta potabilizadora Itiyuro. Se prevé entonces subsanar el servicio por la bajante del río Caraparí y normalizarlo en todo el departamento, incluidos los doce barrios de Tartagal y las comunidades intermedias que aún dependen de este sistema.

Se explicó que si bien las algas forman parte de la ecología de los lagos, la influencia del sol y el calor incentivan el crecimiento exponencial de estos organismos sobre otros y termina con el ecosistema equilibrado necesario y causa toxinas.

Los dispositivos de control ultrasónico emiten parámetros específicos para controlar las algas en lagos, embalses, y aplicaciones industriales. Las ondas de ultrasonido emitidas por los dispositivos crean una capa de sonido en la parte superior del agua, que tiene un efecto directo en la flotación de las algas. En consecuencia, las células de las algas se hunden a las capas más profundas y oscuras de la columna de agua y no pueden hacer fotosíntesis, y eventualmente, mueren por falta de luz. Este proceso es no traumático, es decir, que se evita romper la membrana celular del alga y que se despidan toxinas.

Se indicó que por las dimensiones del embalse El Limón se instalarán 5 sistemas MPC-Buoy, una plataforma flotante que funciona con energía solar y combina un monitoreo continuo de la calidad del agua, un software basado en la web y tecnología de ultrasonido para el control efectivo de floraciones de algas en grandes superficies de agua.