Hassan Nasrallah, líder del grupo Hezbollah, murió en las últimas horas luego de un ataque perpetrado por Israel este viernes en Beirut, capital del Líbano. Según el comunicado militar, en los bombardeos también falleció Ali Karake, identificado como comandante del frente sur de Hezbollah, junto con un número no especificado de otros comandantes del grupo. Nasrallah, de 64 años, era un hombre muy poderoso y venerado en Líbano.

Cómo fue el ataque

Fue poco después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunciara su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas. “Israel debe derrotar a Hezbollah. Ese grupo hizo que pueblos del norte de Israel se convirtiesen en ciudades fantasma. Pregúntense cuánto lo tolerarían ustedes si les pasara. He venido aquí a decirles que ya no lo toleraremos. No descansaremos hasta que nuestros ciudadanos puedan regresar a sus hogares”, había dicho.

 El Gobierno israelí llevaba meses siguiendo los movimientos del líder de Hezbollah y decidió matarlo en un ataque aéreo ante el temor de que fuera a perderle el rastro, según revelaron en exclusiva tres fuentes de la defensa y la inteligencia israelí al diario The New York Times.

Dos de ellas aseguraron al medio estadounidenses que para acabar con la vida de Nasrala, Israel lanzó 80 bombas durante varios minutos sobre varios edificios de Dahye, el barrio al sur de Beirut en el que se encontraba el cuartel general del grupo chií.

El plan para matar a Nasrala en su búnker comenzó a tomar forma a comienzos de la semana, antes de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, viajara a Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas.

La oficina del primer ministro reveló una foto en la que se ve a Netanyahu ordenando vía telefónica el ataque desde un hotel de Nueva York justo antes de intervenir en las Naciones Unidas. Las bombas fueron lanzadas después de que Netanyahu finalizara su discurso.

Fuentes cercanas a los planes consultadas por el diario israelí Haaretz aseguraron que el viaje de Netanyahu tenía como objetivo emitir el mensaje de que operaban con normalidad y que nada hiciera pensar de que el ataque, considerado una escalada en el conflicto con Hezbolá, era inminente.

Las fuentes consultados por The New York Times aseguran que Hezbollah encontró e identificó el cuerpo sin vida de Nasrala y del comandante Ali Karaki en las primeras horas del sábado.


"Inteligencia en tiempo real"

El viernes, alrededor de las 18:00 hora local, enormes columnas de humo se elevaron en los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye y bastión de Hezbollah, al tiempo que fuertes explosiones resonaron tanto en esa urbe como en poblaciones adyacentes, algo que no había ocurrido con ninguno de los bombardeos israelíes previos en esa zona.

Los bombardeos provocaron el derrumbe de varios edificios y un caos generalizado entre los libaneses de a pie. El Ejército israelí dijo desconocer el número de víctimas que el ataque contra Nasrala, en el que también murieron otros comandantes de Hezbollah, ha causado entre la población civil.

"Aún no conozco las cifras, pero puedo decirles que [esconderse detrás de civiles] es parte de la forma en que hemos visto operar a Hezbollah durante esta guerra", desdeñó el oficial militar.

Desde que Israel iniciara el pasado lunes una extensa campaña de bombardeos contra el sur y el este del Líbano, precedida por la explosión de unos 5.000 aparatos de comunicación en manos de miembros del grupo chií, más de 700 personas han muerto en ese país esta semana, según cifras del Ministerio de Salud Pública libanés.

De acuerdo con el funcionario castrense israelí, Nasrala se encontraba en un cuartel general subterráneo del grupo, amparado por "edificios residenciales", cuando "inteligencia en tiempo real" les hizo entender que altos miembros de Hezbollah se estaban "reuniendo allí para planificar nuevos ataques", y fue entonces cuando atacaron.

"Todavía queda un camino por recorrer", añadió el funcionario, que alertó que Israel debe continuar persiguiendo las amenazas tanto inminentes como estratégicas que Hezbollah aún representa, con la finalidad de devolver, dijo, la seguridad a los ciudadanos del norte de Israel, desplazados de sus casas.

Esta misma madrugada, tras el ataque contra Nasrala, Israel siguió bombardeando los suburbios meridionales de Beirut, controlados por Hezbollah. El Ejército urgió a los civiles abandonar ciertas áreas de Dahye donde, según dijo, la milicia-partido chií escondía "misiles antibuque incrustados debajo de seis edificios residenciales".

Más bombardeos en Líbano

Aviones de combate israelíes lanzaban este sábado una serie de ataques aéreos contra emplazamientos de Hezbollah, además de ciudades y pueblos en el sur y este de Líbano, según fuentes militares de ese país.

Según la agencia Xinhua, los cazas israelíes ejecutaron más de cien bombardeos aéreos sobre el sur de Líbano y unos 50 sobre ciudades y pueblos en el este. Las incursiones atacaron emplazamientos de Hezbollah y las afueras de decenas de ciudades, además de zonas abiertas, valles y bosques.

"La mayoría de las incursiones en el sur del Líbano atacaron ciudades y pueblos que rodean las ciudades de Tiro y Nabatieh, los altos de la región Jezzine, Iqlim al-Tuffah, y los pueblos fronterizos que se extienden desde el poblado suroccidental de Kafr Kila hasta las afueras de Naqoura, en el oeste", indicaron las fuentes libanesas.

Los bombardeos fueron sobre cuatro centros de defensa civil, hiriendo a cinco personas que estaban siendo trasladadas a un hospital en la ciudad de Nabatieh. Mientras tanto, en el este del Líbano, las incursiones golpearon la ciudad de Baalbek y poblados aledaños, según las fuentes.

Los enfrentamientos entre Hezbollah e Israel escalaron recientemente después de que este último anunciara la expansión de su ofensiva contra Hamás hacia el Líbano. Entretanto, Hezbollah anunció el comienzo de una nueva fase en su lucha de apoyo a Gaza.