Volvió a perder Boca. Por tercer partido consecutivo. Y Diego Martínez en el mismo vestuario presentó la renuncia a su cargo del director técnico. Boca fue presa una vez más de la misma confusión que lo viene aquejando en los últimos tiempos. Dentro y fuera de la cancha. El equipo no tuvo línea, quedó aturdido después del primer gol de los cordobeses, dependió de arrebatos individuales e incluso pudo haber sido goleado.
Después del partido, el cuestionado Martínez fue directamente al punto: "Hoy no va a haber el ida y vuelta que tenemos para hablar de fútbol, simplemente quiero informarles que presenté la renuncia. Hablé primero con la gente del Consejo, después con el presidente y después con los futbolistas. No vamos a continuar de nuestra función como Cuerpo Técnico", aseguró el ya ex entrenador de Boca, golpeado por los malos resultados en La Liga y la eliminación en la Sudamericana.
Fue tan malo el primer tiempo boquense que no tuvo un solo remate al arco cordobés. La confusión que parece haber invadido al técnico Diego Martínez volvió a manifestarse dentro de la cancha. Sorprendió verlo a Merentiel arrancando como volante por la derecha, demasiado alejado de Cavani, del área de Belgrano y de la función que venía cumpliendo. Merentiel anduvo por los dos costados (cambió posiciones con Zenón) sin gravitar especialmente por ninguno. Y a Cavani tampoco le llegó una pelota decente. También se lo percibió otra vez fuera de su mejor forma física.
Por eso y porque Medina tampoco rindió jugando por detrás del único delantero porque eligió tirarse atrás (salió lesionado y fue reemplazado por Zeballos), llegar fue una quimera para Boca. Dentro de un trámite trabado, Belgrano tuvo alguna situación más. Al menos, consiguió que el partido se jugase más cerca de Brey que de su propio arco. Nada excepcional, pero sus piezas parecieron encajar mejor que las de Boca.
Todo lo que no había pasado hasta allí sucedió en el segundo tiempo. El arquero Espínola le sacó dos pelotas de gol a Zeballos y Cavani y Boca pareció insinuar una reacción. Hasta que a los 8 minutos, Figal sacó una pelota al córner con su brazo derecho y el árbitro Nazareno Arasa dio el penal luego de una consulta al VAR. El arquero Brey le atajó el remate a Franco Jara pero dio un rebote largo. Y el propio Jara, con un toque corto abrió el marcador y rompió el partido.
Martínez puso a Milton Giménez por el pibe Delgado y decidió atacar con cuatro delanteros y una doble punta de lanza (Cavani y Giménez). Pero Belgrano se lo llevó por delante. Y marcó el segundo gol a los 23 con un derechazo de Nicolás Fernández desde fuera del área tras un rechazo corto de Figal. A Boca volvió a devorarselo la desesperación, la impotencia y la falta de ideas claras. Y el banco tampoco aportó las soluciones que reclamaban. Belgrano pudo haberlo goleado (en la misma jugada, un tiro de Jara dio en un poste otro de Compagnucci en el travesaño) y hubiera sido un exceso. El ciclo ya estaba terminado desde mucho antes.