El papa Francisco expresó este domingo, durante una misa ante 30.000 personas celebrada en el estadio "Ret Balduino" en Bruselas, su profunda indignación por los numerosos casos de abuso sexual vinculados a la Iglesia y exigió a los obispos "que no los cubran y que se juzgue a los responsables".

El Sumo Pontífice reveló que en la reunión que mantuvo el pasado viernes con víctimas de abuso en Bélgica sintió "el sufrimiento" que padecieron. "No hay lugar para los abusos, ni para cubrir los abusos", manifestó, ovacionado por los fieles.

"Pensamos en lo que ocurre cuando los pequeños son escandalizados, heridos, maltratados por quienes deberían cuidarlos, en las heridas de dolor e impotencia en primer lugar en las víctimas, pero también en sus familias y en la comunidad", agregó Francisco.

Y continuó: "Con la mente y el corazón vuelvo a las historias de algunos de estos pequeños que conocí anteayer. Los escuché, sentí su sufrimiento como abusados y lo repito aquí: en la Iglesia hay lugar para todos, todos pero todos serán juzgados y no hay lugar para el abuso, no hay lugar para encubrir el abuso".

En ese sentido, dirigió un mensaje a los obispos y exigió terminar con los encubrimientos: "Pido a todos: ¡no encubran los abusos! Pido a los obispos: ¡no encubran los abusos! Condenen a los abusadores y ayúdenlos a curarse de esta enfermedad del abuso".

"El mal no se puede ocultar: el mal hay que sacarlo a la luz, que se sepa, como han hecho algunos abusadores, y con valentía", concluyó el Papa.

El viernes pasado, el papa Francisco se reunió durante cerca de dos horas con 17 víctimas de abusos por parte de sacerdotes belgas cuando eran menores, en la nunciatura de Bélgica. "Durante el encuentro, que duró más de dos horas, los participantes pudieron trasladar al Papa sus historias y su dolor y expresar sus expectativas respecto al compromiso de la Iglesia contra los abusos", explicó el Vaticano en una nota.

El sitio web belga HLN estima que unos 30 mil niños fueron apartados de sus madres en Bélgica entre 1945 y la década de 1980. Obispos de Bélgica pidieron disculpas en 2023 y encargaron una investigación independiente sobre los casos.

"En esas historias espinosas se mezcló el fruto amargo de un crimen y un delito, con aquello que era lamentablemente el resultado de una mentalidad difundida en todos los estratos de la sociedad", dijo el pasado viernes Francisco, quien empezó el jueves una visita de cuatro días a Luxemburgo y Bélgica