El Ejército de Israel anunció este domingo que mató a más de 20 miembros de Hezbolá en el bombardeo masivo que desplegó sobre Beirut el pasado viernes, en el que también asesinó a su máximo líder, Hasán Nasralá, y al comandante del frente sur Ali Karaki.
Hezbolá, por su parte, disparó este domingo "andanadas de cohetes" contra la ciudad de Safed, en el norte de Israel, "en defensa de Líbano y de su pueblo" y en respuesta a los ataques israelíes en Líbano.
El viernes "fueron eliminados más de 20 terroristas de diversos rangos, que estaban presentes en el cuartel general subterráneo (de Hezbolá) de Beirut", detalló un comunicado militar israelí, sobre el bombardeo que se sintió en toda la capital y cuyas cifras sobre muertes civiles aún se desconocen.
Según la información oficial, entre los asesinados se encuentran Ibrahim Husein Jazini, identificado como el jefe de la unidad de seguridad de Nasrallah; Samir Tawfiq Dib, su asesor; Abed al Amir Muhamad Sablini, jefe del fortalecimiento de fuerzas de Hezbolá y Ali Naaf Ayoub, responsable de coordinar ataques.
Tras la muerte de Nasralá, el Ejército de Israel asegura haber matado al menos ocho de los principales comandantes militares de la milicia libanesa, entre ellos a Ali Karaki, quien también murió en el bombardeo del viernes y al comandante Nabil Qaouk, asesinado en otro ataque ayer en los suburbios del Dahye, en el sur de Beirut.
Desde que Israel y Hezbolá dieron inicio a sus enfrentamientos en la frontera, el pasado 8 de octubre, a raíz de la guerra de Gaza, cerca de 500 miembros de Hezbolá han muerto, y miles resultaron heridos la semana pasada en las explosiones de buscapersonas y walkie talkies.
El Ejército israelí se jacta de haber descabezado a la dirección militar del grupo proiraní, sobre todo en los últimos diez días de ataques que han causado un millar de muertos en Líbano, e insiste en que queda más trabajo por hacer para poder devolver a los israelíes desplazados del norte a sus casas.