El exembajador argentino en la OEA, Carlos Raimundi, analizó la figura de Javier Milei en el contexto nacional e internacional y los dos modelos de disputa que se enfrentan en este contexto. En este sentido, aseguró que el capitalismo "tal y como lo vivimos, con las consecuencias que tiene, es insostenible y está en crisis".
En este marco, habló sobre la preponderancia de las verdaderas figuras de poder, los "grandes magnates" del mundo que, luego de estar en las sombras, se revelan para generar "adhesión".
"Cuando van construyendo poder son anónimos, pero cuando pasan al plano de la disputa política, se hacen públicos porque necesitan la adhesión de la gente y hoy los rostros y los nombres de los grandes magnates son más conocidos que los líderes políticos. Creo que ellos no razonan con las mismas perspectivas que nosotros. Han conseguido una tremenda dependencia de parte nuestra, que se potenciaron con la pandemia. Hoy es casi imposible vivir sin plataformas y redes sociales", sostuvo en diálogo con la 750.
"Eso los ha llevado a un nivel de recursos económicos tremendo, y esos recursos les permiten tener un liderazgo en la innovación tecnológica muy superior que el de los departamentos tecnológicos de las universidades públicas. Estos tipos que piensan individuos manejados con chips integrados en el cuerpo, ¿por qué le tendrían que hacer caso al presidente de Paraguay, Argentina u otro país si son más poderosos?", se preguntó.
"Puede existir la Inteligencia Artificial, la nanotecnología, pero el latido del corazón humano es siempre el mismo y la necesidad de apoyar la cabeza en el hombro de alguien alguna vez en la vida, no le puede faltar a ningún ser humano. Por eso la política tiene que recuperar esta dimensión para, desde ahí, empezar a construir un camino esencialmente distinto", sentenció.
Milei, la insignia del "Estado represivo"
En este contexto, el exembajador consideró a la figura del presidente ultraderechista Javier Milei en "dos planos".
"Hay que analizar a Milei desde dos planos. Uno es de la insanía y el mesianismo. Cuando comienza a acusar a todo el mundo de comunista, nadie lo respeta. Es famoso en el mundo por su excentricismo, no por la seriedad de lo que dice. Una cosa es que sea un alienado y otra es que no represente un proyecto, que sí lo hace. Él es una especie de insignia. Detrás está un Gobierno privado, reducir al Estado a la fase represiva. Gobiernan los intereses privados y el Estado solo tiene que moverse cuando alguien protesta y lo convierte en enemigo", enumeró.
"Empezó por denostar la política local, siguió con los presidentes de América, siguió con España y ahora ante el mundo, porque él denuncia la gobernanza de los Estados. Esto crece en Occidente. Del otro lado, en Oriente, hay muchos países emergentes, empezando por China, India, Irán, pero también países capitalistas, en donde la intervención del Estado ha funcionado", agregó.
"Hay una disputa mucho más profunda que la de entre China y Estados Unidos, es una disputa de estos dos modelos. La guerra entre Rusia y Ucrania está expresando algo más profundo: es un proceso de disputa y reconfiguración del orden mundial, que está pasando de este sistema capitalista y, del otro lado, un sistema donde lo público trata de ponerle reglas a lo privado. Por eso es un crimen que este hombre nos haya sacado de ese mundo emergente", concluyó.