Julieta Lanteri nació en Italia en 1873, pero se mudó a la Argentina de muy chica. Su familia tenía una posición económica un tanto más holgada que la del inmigrante promedio, lo que le permitió completar sus estudios. Se recibió de bachiller en el Nacional de La Plata, una institución casi totalmente masculina. Solicitó y obtuvo permiso para cursar estudios en la facultad de Medicina, donde se graduó primero como farmacéutica y luego como médica. Militó, a través de la Asociación Universitaria Argentina, para que las mujeres accedieran a la educación superior. Organizó el primer congreso internacional feminista en el país, que tuvo lugar en paralelo con los festejos del centenario e impulsó también el voto femenino, que no llegaría a practicar por unos pocos años.
A 151 años de su nacimiento, acaba de ser reconocida. En un nuevo capítulo del juego de las diferencias entre las políticas del Gobierno nacional y las bonaerenses, el gobernador Axel Kicillof, acompañado de la ministra de Mujeres, Estela Díaz y la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout, inauguró el Salón de las Mujeres Bonaerenses. Y una de ellas es Lanteri.
Ubicado en la Casa de Gobierno, alberga una galería con dieciséis retratos de mujeres bonaerenses y constituye la respuesta política a la provocación de la administración libertaria, que el 8 de marzo pasado, Día Internacional de la Mujer, rebautizó el salón de las Mujeres como salón de los Próceres y sacó de allí los cuadros que había.
Si en el imaginario libertario, con fuerte influencia de los incells (apócope de célibes involuntarios en el término original inglés), la mujer debe subordinarse al hombre, en su negativo perfecto, la mujer modelo es la que abre puertas que le estaban vedadas.
Una de las corrientes que conforma el libertarismo, encarnada por mujeres, que en algunos casos son infuencers de redes sociales, proponen la vuelta de la mujer a la esfera doméstica y la sumisión voluntaria a su marido como camino de realización. La Provincia volvió a pararse en la vereda opuesta.
Con el puntapié inicial de Lanteri, a continuación Buenos Aires/12 presenta una breve síntesis de la vida y obra de cada una de estas bonaerenses destacadas en los campos político, militar, artístico y deportivo, desde los tiempos del virreinato al siglo veintiuno.
Evita
Eva Perón nació en Los Toldos en 1919. Al igual que Juan Perón, era "hija natural", como se llamaba entonces a los hijos extramatrimoniales, circunstancia que marcaría su infancia. De muy joven viajó a Buenos Aires, con el objetivo de triunfar en el mundo dle espectáculo. Conoció a Perón en una gala a beneficio de las víctimas del terremoto de Caucete, San Juan y fue, desde entonces, su compañera en la vida y la política. Organizó y condujo la Fundación Eva Perón, que asistió a la población más necesitada de mil maneras. Tuvo a su cargo la campaña por el voto femenino, con delegadas en cada provincia, ley que fue finalmente sancionada por el congreso de la nación.
Cuando al fin las mujeres pudieron votar, ella se encontraba grávemente enferma, razón por la cual había desistido del pedido de la CGT de acompañar a Perón como candidata a vicepresidente. Falleció el 26 de julio de ese año a las 20:25. La dictadura iniciada en 1955 robó su cuerpo, para evitar que los peronistas fueran a su tumba a rendirle homenaje, y lo mantuvo oculto en distintos sitios durante dieciocho años. Aun así, misteriosos ramos de nomeolvides (su flor favorita, símbolo también de la resistencia peronista), solían aparecer cerca de ella.
Isabel Pallamay
Isabel Pallamay fue la primera mujer cacica que tuvo un pueblo originario en nuestro país, a fines del siglo dieisiete. Durante diez años gobernó entre los kilmes, asentados en la actual localidad de Quilmes en el conurbano bonaerense, tras ser desterrados de la zona de los valles calchaquíes, en Tucumán, por los españoles.
María Remedios del Valle
María Remedios del Valle, también llamada “Remedios Rosas”, conocida como “Madre de la Patria”, fue una descendiente de africanos de destacada actuación en el campo militar durante la guerra de independencia. Había nacido en Buenos Aires en 1766. Participó, junto a su marido e hijos, de la primera expedición al Alto Perú. En teoría, para cocinar y asistir a los heridos, pero terminó combatiendo. Lo hizo con tal bravura, que Manuel Belgrano le otorgó el grado de capitana. De regreso a Buenos Aires, debió luchar contra sucesivas administraciones para que le reconocieran el grado y los sueldos.
Eustaquia Miguel
Eustaquia Miguel era una madre soltera de 22 años en 1827. Cuando las naves de guerra brasileñas llegaron por el Río Negro con el objetivo de tomar su pueblo, Carmen de Patagones, Eustaquia, hasta entonces socialmente estigmatizada por haber dado a luz sin estar casada, tuvo un destacado rol en la defensa del fuerte. Finalmente logró repeler la invasión, a pesar de contar con muy escasos recursos.
Encarnación Ezcurra
Encarnación Ezcurra fue, además de la esposa del Restaurador Juan Manuel de Rosas, y madre de sus hijos, su socia política y compañera a lo largo de su extensa carrera. Fue impulsora y organizadora de la Sociedad Popular Restauradora, un armado político federal de carácter popular que más tarde tendría su expresión militar, La Mazorca. Falleció en 1838 a los 43 años de edad y sus funerales fueron la primera expresión de duelo popular masivo que registra la historia argentina.
Carola Lorenzini
Carola Lorenzini fue una pionera de la aviación civil. Nació en San Vicente en 1899 y murió en 1941, en un accidente en el marco de una exhibición aérea, realizada en la base aérea de Morón. No provenía de una familia acaudalada, de manera que cuando finalmente fue aceptada en el curso de instrucción, además de recurrir a sus ahorros, debió vender sus pertenencias para costearlo. Realizó distintas proezas aéreas para la época. En 1935 logró el récord femenino de altura (5381 metros), en 1936 realizó el cruce del Río de la Plata en solitario y en 1940 hizo un recorrido por 14 provincias argentinas. Su muerte estuvo envuelta en una serie de polémicas. Su relación con las autoridades de la aviación civil, un ámbito entonces totalmente masculinizado, siempre fue tensa.
Nelly Omar
Nelly Omar fue una cantante de tango nacida en Guaminí, muy longeva, que vivió entre 1911 y 2013. Cuando tenía once años, su padre falleció y ella junto a su madre y diez hermanos, debieron mudarse a Buenos Aires en busca del sustento. En sus inicios, actuó en el cine Argos, de la avenida Federico Lacroze y en festivales del Club Atlético Colegiales. En los 40, cuando actuaba habitualmente en radio, se hizo amiga de Evita. Fue militante peronista, condición que le valió, en 1955, un allanamiento de su domicilio y la inclusión en las “listas negras” de quienes no debían ser contratados por su simpatía con el “tirano”. En su posterior periplo, pasó por Venezuela y Uruguay. En los últimos años, recibió múltiples reconocimientos y homenajes. Su voz inmortalizó los versos de “La Descamisada”: “Yo soy la descamisada/surgida del peronismo/que ostenta el justicialismo/como emblema nacional”.
Hebe Bonafini
Hebe Pastor de Bonafini vivió en Ensenada y fue ama de casa hasta que la dictadura cívico militar secuestró y desapareció a dos de sus tres hijos. Falleció en 2022 como presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, una de las vertientes junto con Madres-Línea Fundadora. Su incansable militancia en busca de memoria, verdad y justicia la convirtió en un símbolo universal de los derechos humanos. Estuvo en la plaza cada jueves, haciendo la ronda, adonde se acercaba gente de todas las procedencias para conocerla y escucharla.
Chicha Mariani
María Isabel “Chicha” Mariani, nació en Mendoza pero residió casi toda su vida en La Plata, donde trabajó como maestra y profesora de dibujo. En noviembre de 1976, la dictadura secuestró a su hijo Daniel Mariani y a su nuera Diana Teruggi, que en ese momento estaba embarazada. Esta última estaba embarazada. Chicha comenzó a participar de las rondas de los jueves, junto con otras madres. Allí, rápidamente se conformó un subgrupo, de mujeres que además de buscar a sus hijos, buscaban a sus nietos recién nacidos. Ese fue el comienzo de Abuelas de Plaza de Mayo. Chicha falleció en 2018, sin reencontrarse con su nieta Anahí.
Rebeca Gerschman
Rebeca Gerschman nació en Carlos Casares en 1903. Se doctoró en Farmacia y Bioquímica por la UBA y se dedicó a la investigación, un campo altamente masculinizado. Estudió el fenómeno de los radicales libres y la incidencia de las altas concentraciones de oxígeno en determinadas enfermedades. Su tesis, presentada en 1954, causó enorme revuelo en la comunidad científica. Tuvo a su cargo una cátedra de fisiología en la UBA, destacada por sus innovaciones pedagógicas.
Aurora Venturini
Aurora Venturini fue una novelista, cuentista y poeta, nacida en La Plata en 1915, fallecida en 2022 a los 93 años. Fue afín al peronismo y amiga de Eva Perón, circunstancias que la obligaron a exiliarse en Francia, luego de una breve temporada en la cárcel, tras el golpe de estado de 1955. En ese país pasó veinte años y trabó relación con las principales figuras del pensamiento y la literatura existencialista: Jean Paul Sartre, Albert Camus y Simone de Beauvoir. A pesar de su prolífica obra anterior, el reconocimiento de público y crítica recién le llegó en 2007, cuando “Las primas” ganó el premio de novela de Página/12. Ese año fue una suerte de bisagra en su historia personal, y desde entonces comenzaron a reeditarse y revalorarse sus libros anteriores: “El marido de mi madrastra”, “Cuentos Secretos”, “Nosotros, Los Caserta” y “Eva, Alfa y Omega”, entre otros. Su último trabajo “Los rieles”, da cuenta de sus sensaciones en el tramo final de la vida.
María Roldán
María Bernabitti de Roldán, oriunda de Berisso, trabajaba en el frigorífico Swift, donde fue delegada sindical y persona de confianza del secretario general de los trabajadores de la carne, Cipriano Reyes. Su rol fue clave en la histórica movilización del 17 de octubre, para reclamar la libertad de Perón, detenido en la isla Martín García, cuya vida, estaba convencida, corría peligro.
Mary Sánchez
María Vicenta Sánchez García, “Mary” Sánchez, nació en España, hija de un anarquista argentino que había viajado para combatir en el bando republicano durante la guerra civil. De chiquita, al regresar con su familia, se instaló en La Matanza. Se recibió de maestra y comenzó muy pronto a trabajar y destacarse como delegada sindical docente. Fue la primera mujer en integrar una mesa de conducción de la CGT, al regreso de la democracia. Impulsó la “marcha blanca” en 1988 y la “carpa blanca” contra Menem a fines de los noventa. Fue diputada provincial y constituyente en la convención de 1994. Ya durante el kirchnerismo, integró el espacio Carta Abierta.
Florentina Gómez Miranda
Florentina Gómez Miranda nació en Olavarría en 1912. Desde joven fue afiliada a la Unión Cívica Radical, se graduó como abogada en la UNLP. En 1983 fue electa diputada nacional, cargo que reeligió en 1987. Allí presidió la comisión de Mujer, Familia y Minoridad donde impulsó, entre otras, las leyes de "autoridad compartida de los padres", "divorcio vincular", "pensión al viudo", "pensión a la cónyuge divorciada", "igualdad de los hijos extramatrimoniales", "derecho de la mujer a seguir usando el apellido de soltera luego de casada" y "pensión de la concubina y concubino".
Diana Sacayán
Diana Sacayán nació en Tucumán en 1975 y de niña se mudó a Laferrere, en La Matanza, donde creció en el seno de una familia muy pobre con muchos hermanos. Sufrió persecución policial y encarcelamiento por su condición de mujer trans. Tuvo una extensa trayectoria como militante social y de los derechos de las minorías y disidencias sexuales. Ella misma redactó e impulsó el proyecto de ley de cupo laboral, finalmente conocido como “ley Diana Sacayán”, que fue finalmente aprobado en 2015. Ese mismo año fue asesinada. La justicia condenó al homicida y calificó el hecho con la condición agravante de crimen de odio.
Identidad
En el marco de la inauguración, Kicillof sostuvo: “Estamos poniendo en valor este espacio con una galería que destaca a mujeres que forjaron la identidad de nuestra provincia”. “Quienes han sido seleccionadas representan a muchas mujeres más: el objetivo es también mostrar que no han sido valoradas y homenajeadas como correspondía”, agregó.
Estela Díaz señaló que "esta galería es un acto de reparación a quienes fueron históricamente silenciadas en el proceso de construcción bonaerense: estamos reponiendo voces que estuvieron atravesadas por el ocultamiento”.
“Las mujeres de este espacio simbolizan períodos históricos de identidad y de soberanía", dijo.