"La laguna Setúbal de Santa Fe tiene poca agua. El nuevo descenso del río Paraná, su principal afluente, deja a la vista los grandes manchones de limos y arcillas del suelo. Con la bajante volvieron los flamencos rosados. La colonia, que habita comúnmente otros humedales, voló desde el norte hasta Santa Fe. Los fenicoptéridos vienen en busca de alimentos. Los flamencos posan sus esbeltas patas sobre la arcilla húmeda y recorren el suelo con su pico. Son suaves los movimientos con los que remueven el suelo en busca de alimentos. Se los puede apreciar a lo lejos desde la Costanera. Ese particular tono rosado se funde con el horizonte del atardecer rojizo en la primavera santafesina". (Descripción del diario El Litoral).