En los primeros minutos de Buscando a Wanda (se estrena el próximo miércoles por Apple TV+) piden saltear las obviedades. La historia de una adolescente desaparecida por más de dos meses huele a depresión y tragedia, así que en un montaje frenético pasarán los padres en una ronda de prensa, los rastrillajes policiales, los posters de “chica perdida”, los gritos emocionales, las velas y las “demostraciones de compasión” a través de bandejas de lasagna hechas por los vecinos. “No, gracias. Vayamos justo al momento en el que todo se pone realmente alocado”, exige una persistente voz en off. Lo singular es que quien habla es ni más ni menos que la chica a la que se le ha perdido el rastro en Sundersheim.
¿Wanda está viva o relata todo desde el más allá? Amén de ese halo de misterio, lo verdaderamente singular de la entrega es su tono desvergonzado. El arrojo, sin embargo, tiene su cuota de lógica, en tanto la narración corre por cuenta de la propia Wanda (Lea Drinda), una chica de 17 años en pleno desapego hogareño. La adolescente desapareció justo en medio de un festival dedicado al Nuppelwocken. Es la leyenda local sobre un monstruo que se despierta para robarse y comerse a la virgen más bonita del pueblo. “O casarse con ella, no recuerdo bien”, asegura la pizpireta voz femenina. Sin dudas, la primera producción alemana para la plataforma de streaming rompe con más de un clisé.
Frente al estancamiento de la investigación policial, Carlotta (Heike Makatsch) y Dedo Klatt (Axel Stein), sus padres, deciden convertirse en detectives amateurs con la ayuda de su hijo Ole (Simon), experto en tecnología. Así, disfrazados de empleados de una compañía eléctrica, van a entrometerse en la vida de ese “infierno grande”, descubriendo que todos tienen sus trapos sucios. Si dudas, uno de los atractivos de Buscando a Wanda pasa por la presentación de Sundersheim (traducible como hogar de los pecadores), algo así como un Parque Chas enclavado en la Selva Negra. El vecindario circular cuenta con personajes que podrían ser de cualquier parte, aunque exudan un temperamento más germánico que deletrear el apellido Schweinsteiger. “Si bien lo de la festividad del Nuppelwocken es ficticia, hay parte del folkore alemán que para el forastero puede llegar a no ser comprendido del todo”, dice Stein, entrevistado por Página/12. Para su compañera de elenco, eso sucede porque el autor de la ficción, el británico Oliver Lansley, exageró los estereotipos del lugar a propósito. “Eso es lo disfrutable y gracioso. Tenés al terapeuta especialista en estar tenso, el carnaval dedicado a un monstruo y que tomemos toneladas de cerveza. También hay humor en Alemania”, expone Makatsch.
Como el anverso de Desde mi cielo, la propuesta nunca irá por el golpe bajo. El mayor desafío, dicen los involucrados, fue encontrar el ángulo cómico en medio de un drama que se sienta honesto. “¿Esta es demasiada emoción?”, grita la madre frente a las cámaras de un estudio de tevé . Ni ella, y menos su payasesco esposo, cuadran con las demandas de sufrimiento mediático. Y aunque el título recuerde a dos comedias de culto ochentosas (Buscando desesperadamente a Susan, Los enredos de Wanda), la serie conecta con otras producciones teutonas algo subversivas y recientes como Kleo y Cómo vender drogas online (rápido). Al igual que en la mencionadas, aquí hay un persistente regodeo visual hipermoderno más el juego narrativo de las idas y vueltas temporales. Desde su capilaridad aparenta ser una reversión pop de Caperucita Roja, aunque en el interior de Buscando a Wanda no hay absurdo. Tampoco juego irónico. "¿Mi hija está desaparecida o me acaba de morder una serpiente venenosa? ¿Es slapstick o tragedia? Ahí está el tono”, explicita Makatsch.
Programados
* Cross ya tiene fecha de estreno por Prime Video para el próximo 14 de noviembre. La serie de suspenso que lleva por título al detective y psicólogo encarnado por Aldis Hodge. ¿Su mayor cualidad? Meterse en la mente de los asesinos hasta poder atraparlos. Antes del debut, la serie basada en la saga literaria de James Patterson ya tiene asegurada su continuación.
* Disney+ acaba de anunciar el arribo de Producciones de ensueño, primer spinoff seriado de Intensamente. Desde el 11 de diciembre podrá verse los episodios que muestran el backstage de cómo se filman los sueños de Riley. Luego será el turno de Ganes o Pierdas, una serie animada acerca de un equipo de softball conformado por preadolescentes. “Pixar en su máxima expresión”, promete Pete Docter, uno de los peso pesados en la factoría del velador saltarín.
* Antes de que termine el año, AMC le dará lugar en su pantalla a Surviving The Cartel. La entrega de Ely Bams promete cruzar la frontera caliente entre Estados Unidos y México con tres relatos interconectados y cinco episodios: un ejecutivo de Silicon Valley que regresa a México, un marino mexicano que está decidido a ingresar a los Estados unidos y un detective de El Paso que lucha contra sus demonios. Preparen la visa.
El personaje
Harry Morgan de Dexter: Pecado original (Christian Slater). En diciembre se estrena la precuela sobre el Jekyll y Hyde de Miami. Ocasión para adentrarse en el aprendiz de killer bajo la guía de su padre. El hombre que desarrolló el código para asesinar a criminales indeseables. No casualmente, en una de sus primeras películas (Escuela para jóvenes asesinos), Slater ya se mostraba ávido de sangre ajena. Y para enrarecer aún más las cosas, en la cabeza de su hijo estará la voz del Michael C. Hall. Es decir, Dexter de adulto.