La NBA está de luto: Dikembe Mutombo, uno de sus emblemas de la época dorada, contemporáneo de Michael Jordan y uno de los embajadores que llevó el deporte a diferentes puntos del planeta durante la década del 90, murió este lunes, víctima de un cáncer cerebral, de acuerdo a lo que informó la propia Liga.
Nacido en el Congo hace 58 años, Mutombo se convirtió en una marca registrada de la Liga Norteamericana por su presencia física y su gesto con el dedo de decir que no, cada vez que tapaba a un rival cerca de su canasto. Por su capacidad está considerado uno de los mejores defensores de toda la historia de la competición, donde cosechó cuatro premios al Mejor Defensor del Año, ocho presencias en el Juego de las Estrellas y ocho presencias en el Mejor Quinteto Defensivo. Otra marca imborrable de sus 18 temporadas en la NBA son las 3.289 tapas que logró a lo largo de su trayectoria, sólo para quedar por detrás de Hakeem Olajuwon.
Además de su capacidad defensiva, Mutombo también agigantó su leyenda con un nombre peculiar: en su documento figuraba como Umaru Mutombo Mpolondo Mukamba Jean-Jacques Wamutombo. Pero para la NBA se convirtió en el Monte Mutombo, dada la dificultad que significaba poder tirar por encima de sus 2,18 metros y sus largos brazos, siempre dispuestos a buscar una tapa heroica, para luego completar la acción con su gesto de negación con el dedo.
Mutombo fue seleccionado en cuarta posición de Draft de 1991 por los Denver Nuggets, para luego pasar por Atlanta Hawks, Phildelphia 76ers, New Jersey Nets, New York Knicks y Houston Rockets. Durante su trayectoria en la NBA, el pivot congoleño promedió 9,8 puntos, 10,3 rebotes y 2,3 tapones por encuentro. Su mítica camiseta 55 fue retirada en lo más alto de los estadios de Denver Nuggets y Atlanta Hawks, mientras que en 2015 ingresó al Salón de la Fama del básquetbol.
El Comisionado de la NBA, Adam Silver, lo despidió mediante un comunicado muy emotivo, en el que lo consideró "más grande que la vida misma". "Dikembe Mutombo era simplemente más grande que la vida misma. En la cancha, era uno de los mejores taponadores de tiros y jugadores defensivos en la historia de la NBA. Fuera de la cancha, entregaba su corazón y alma para ayudar a los demás", dice parte de la carta de Silver. "No había nadie más calificado que Dikembe para ser el primer Embajador Global de la NBA. Era un humanitario por naturaleza. Amaba lo que el básquetbol podía hacer para tener un impacto positivo en las comunidades, especialmente en su República Democrática del Congo natal y en todo el continente africano", completó el dirigente.