La policía griega encontró este lunes los cadáveres carbonizados de dos hombres frente a un corral en la región de Corintia, a unos 130 kilómetros al oeste de Atenas, donde sigue activo por segundo día consecutivo un gran incendio forestal.
"Actualmente no hay un solo frente activo, sino varios focos dispersos, aunque las llamas en varios puntos se han reavivado por los fuertes vientos", explicó a EFE un portavoz de los Bomberos.
Según la emisora pública ERT, las víctimas son dos hombres del pueblo de Ano Pitsá, de 35 y 40 años, que en la tarde del domingo habían decidido acudir en sus motocicletas a una localidad cercana para ayudar en las tareas de extinción, tras lo cual se perdieron sus rastros.
El incendio se declaró la víspera cerca del pueblo de Rozena, en la costa norte de la península del Peloponeso (sur) y, atizado por fuertes vientos, se expandió hacia el sur y el este, con un frente que durante la pasada noche sobrepasó los 30 kilómetros.
Este domingo tuvieron que ser evacuados seis pueblos de la región y este lunes otros siete, por lo que más de 2.000 personas han tenido que abandonar sus casas.
Unos 400 bomberos con 115 camiones, 12 helicópteros y 12 aviones cisterna continúan este lunes luchando por extinguir el fuego.
Según señaló al diario Kathimerini el gobernador del Peloponeso, Dimitris Ptojós, las llamas arrasaron "una amplia zona forestal, aunque hasta el momento no se puede estimar cuántas hectáreas exactamente". "Tres de los más grandes incendios de este verano se registraron en Corintia. En los últimos meses se han registrado al menos 1.200 fuegos en esta región", añadió.
Todos los colegios del municipio de Xilokastro-Evrostini, la zona afectada, permanecen cerrados este lunes.
Grecia sufrió este verano dos olas de calor extremo, con temperaturas que sobrepasaron en algunas regiones los 44 grados, lo que, en combinación con las pocas precipitaciones registradas, secó la vegetación, aumentando el riesgo de incendios.