“Hoy es un gran día porque estamos reduciendo gastos”, dijo el ministro de Transporte, Franco Mogetta, y anunció el cierre de la empresa Trenes Argentinos Capital Humano (DECAHF) y el despido de un plumazo de los 1400 trabajadores ferroviarios que se desempeñaban allí.
Con el argumento de “cumplir el mandato que más de la mitad de la población le dio al presidente Milei”, el Gobierno volvió a usar su motosierra para cortar el hilo más delgado del aparato productivo y el sistema de transporte público: los trabajadores.
El anuncio fue hecho durante una conferencia en Casa de Gobierno donde el titular de la cartera de Transporte se ufanó de “no tener que pagar los sueldos” de ahora en más a los 1388 trabajadores que fueron echados a la calle. Con esos despidos, le generó al Estado “un ahorro de 42 mil millones de pesos al año”, dijo.
Luego, para azuzar la indignación, el ministro agregó que en esa área había 23 cargos jerárquicos que cobraban entre 2 y 3 millones de pesos y que, desde que se creó, el DECAHF demandó un gasto total acumulado de “180 millones de dólares” desde su creación en 1993.
Lo que el funcionario no aclaró es que, de ser ciertos esos números, en 31 años de existencia el DECAHF le demandó al Estado menos de lo que el Gobierno de Javier Milei quiere gastar en el presupuesto de la Secretaría de Inteligencia para los próximos dos años: al menos 200 millones de dólares.
Las funciones de Trenes Argentinos Capital Humano
El DECAHF no tenía funciones operativas en el servicio ferroviario pero se encargaba de la formación de los trabajadores, la organización y asesoría de la asistencia técnica, la gestión de los recursos humanos y el mantenimiento de las estaciones.
También el resguardo documental del sistema e historia ferroviaria, motivo por el cual tenía a su cargo archivos históricos, el Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria y el Museo Nacional Ferroviario.
Ahora, todo ese capital humano, administrativo, simbólico e histórico va a quedar en la nada porque al gobierno de La Libertad Avanza (LLA) se le ocurrió que se trataban de “gastos innecesarios” por el mero hecho de que no hacía rodar ningún tren.
Para justificar la decisión de eliminar esa empresa del Estado, Mogetta aseguró que el DECAHF “tenía funciones duplicadas” y promovía acciones que, en su opinión, no le eran propias. Por ejemplo, “se dedicaba a hacer obras públicas que tenían que ver con obras de arte” y para las cuales “contrataban artistas populares amigos de la política”.
A lo que el funcionario se refirió fue a la manutención de algunas estaciones, que por su antigüedad y referencia son parte del patrimonio histórico de la localidad en que están. En varias de ellas, por ejemplo, se promovió la realización de esculturas, murales y distintas obras artísticas que expresan la cultural local.
En su maniquea interpretación de la realidad, el argumento que utilizó el Gobierno fue que esas tareas “no le correspondían” a la empresa ferroviaria y que sólo se “contrataba artistas populares con la única finalidad de satisfacer necesidades políticas-partidarias”.
Más despidos
Al ponerle fin al DECAHF y dejar en la calle a 1400 sostenes de familias, el Gobierno también eliminó el Instituto Argentino del Transporte, un área creada en 2014 con el objetivo de elaborar programas de investigación y capacitación para la mejora del servicio ferroviario. Según Mogetta, este organismo “no emitió ningún dictamen y generó desgastes innecesarios” desde su creación.
Con estos despidos ya son más de 33 mil los empleados y empleadas estatales que quedaron sin trabajo en lo que va de los casi diez meses del gobierno de Javier Milei. Y lo que es peor es que la sangría no parece detenerse, puesto que desde la semana pasada son cientos los trabajadores del Estado que siguen recibiendo avisos de desvinculaciones vía mail.