Y un día el Pingüino recibió su demorada y merecida serie. Es por Max, donde convive con prácticamente toda la colección audiovisual derivada de los personajes de DC Comics y protagonizada por Colin Farrell. El villano de Batman es una de las figuras más interesantes de la variopinta galería de antagonistas que enfrenta el Hombre Murciélago. Aún relegado por años a la figura del criminal rechoncho y más bien ridículo que inmortalizó la serie televisiva del ’66 e incluso la magistral interpretación de Danny DeVito en Batman Regresa (Tim Burton, 1992), durante largo rato el personaje del papel estuvo alejado de su imagen en la pantalla. Sólo recientemente la serie Gotham se acercó un poco a su encarnación más interesante: la de un capo mafia brutalmente astuto de los bajos fondos góticos.

Uno de los aspectos más interesantes de esta iteración es que estos ocho capítulos servirán de puente entre el relanzamiento de la franquicia cinematográfica (que recomenzó con Batman en 2022, esta vez interpretado por Robert Pattinson y con dirección de Matt Reeves) y su próxima secuela. Esta vinculación entre pantalla chica y grande es algo que Warner/DC habían esquivado diligentemente durante años.

La elección del personaje es interesante porque más allá de la violencia intestina que caracteriza al submundo criminal de Gotham, también sirve de retrato para la ciudad misma y, por extensión, para la agobiante tarea que Batman enfrenta noche tras noche. Otra vez, lejos de la imagen graciosilla de décadas atrás, acá se lo retrata como el personaje jodidísimo que siempre pudo ser. Por ejemplo, en los cómics el personaje es un estratega tan excepcional que en su momento el guionista John Ostrander lo utilizó como cerebro de la primera operación del Escuadrón Suicida, cuando se hizo cargo de esa serie regular a fines de los ’80 (y sí, el run de Ostrander no sólo cimentó la fama del grupo de antihéroes y villanos devenidos en task-force del gobierno norteamericano, también inspiró la película más reciente, que también está en Max). Aunque en el papel el Squad no es técnicamente un antagonista de Batman, lo cierto es que los caminos del hombre murciélago y los esbirros de Amanda Waller se cruzaron en más de una ocasión, porque la moralina del encapotado choca de frente con los métodos de acción directa –y falta de moral- de la directora Waller.

En ese sentido, es notable cómo la mayoría de los villanos de DC que obtuvieron su propia adaptación a la pantalla son antagonistas de Batman. El caso más notorio y reciente fue Joker (2019, que aquí supo conocerse como Guasón), donde se exploran los orígenes del personaje. La película dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix rompió con la tradición de dejar en el misterio el origen del personaje y lo presentó en primer lugar como un psiquiátrico con serios problemas para relacionarse y empatizar con su entorno. Pero también como una víctima que, excluida por el sistema, rompe con él e inspira a otros (quizás no psiquiátricos, pero ciertamente marginados sociales de otro tipo) a hacer lo mismo. 

El alegato contra el fin del Estado de Bienestar y la fuerte defensa de Phillips de las políticas de cuidado e inclusión resultó notablemente malinterpretada por muchos espectadores, que se quedaron nomás con las llamativas escenas de manifestaciones, protestas y desorden público. Igual que V de Venganza, Joker debe ser una de las películas más interesantes de DC y, al igual que la otra, una de las más flojamente interpretadas por sus audiencias.

Otro personaje icónico de la galería de antagonistas de Batman es Gatúbela, que también tuvo su película en solitario, donde Halle Berry se sumó al ilustre linaje de actrices que encarnaron al personaje (que incluye a Michelle Pfeiffer y Julie Newmar, entre otras). Lo notable con el personaje es que en la pantalla aún no evolucionó su relación con el encapotado igual que lo hizo en el papel. En las viñetas hay arañazos, sí. Pero de los buenos.

Joaquin Phoenix y Lady Gaga, Joker y Harley Quinn.

Finalmente, la compañera del Joker, Harley Quinn, también llegó a la pantalla grande, aunque nunca en un exclusivo protagónico. Participó de la misión del Escuadrón Suicida y se destacó como correa de transmisión en Birds of prey and the fantabulous story of Harley Quinn que, más allá de lo que sugiera su nombre, es una película colectiva inspirada en el cómic Birds of prey, que reúne a varias heroínas y antagonistas del universo de DC, con énfasis en los antifaces que rodean a Batman. En este film se luce como Harley Margot Robbie, quien también oficia de productora del film (con buenos resultados, además). El personaje, sin embargo, ya quedó fuera de las manos de Robbie y ahora será interpretado por la mismísima Lady Gaga en la secuela del Joker, probablemente explorando el costado más psiquiátrico del personaje para el film que llega este jueves 3 a las pantallas argentinas. 

Una pregunta sobrevuela a esta lista. En plena época de calentamiento global y disputas por los recursos del planeta, ¿para cuándo una película dedicada a Hiedra Venenosa?