Hace diez años Patricia Malanca lanzó Aunque nadie te vea nunca conmigo y eso significó un punto de inflexión en su carrera artística. El disco, un homenaje “tangueado” a Silvio Rodríguez, no sólo la acercó al cantautor cubano sino que también le dio una notoriedad inesperada. Aun con muchos otros proyectos entre manos –desde entonces acercó sus tangos al universo de la música griega, convirtió en canciones grandes novelas argentinas y armó un disco enteramente de dúos con otras cantantes-, el disco dedicado a Silvio siempre está ahí, pidiéndole que le abra la puerta para salir a jugar. 

Por eso, en ocasión de este aniversario de su lanzamiento, volverá a presentarlo en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543) los miércoles 2 y 9 de octubre, y el miércoles 6 de noviembre, siempre a las 20.30. La acompañará un quinteto dirigido por Alejandro Montaldo. También serán de la partida varios colegas invitados, como Cucuza Castiello, Dolores Solá, Denisse Sciamarella y Walter “el Chino” Laborde, entre otros. Y de yapa, presentará “El serio”, un tema que rememora el día que conoció –al mismo tiempo- a Diego Armando Maradona y a Silvio Rodríguez-, y los homenajea a ambos.

-¿Qué balance hacés de estos 10 años del disco de Silvio?

-Fue un proyecto que no valoré inicialmente como un acontecimiento. La música de Silvio había sido trasladada a diferentes rítmicas mundiales: rock, pop, indie latino, cumbia, rumba, hasta en hard rock se hizo, ¿cómo no íbamos a traducirlo al tango argentino? Además era una manera de narrar de dónde venimos algunas de las generaciones de tangueras y los tangueros que producimos el tango hoy: el tango impuro que producimos porque nos formamos en partes iguales con tango, rock y otras músicas del mundo.

-¿Qué significó Aunque nadie te vea nunca conmigo en tu carrera?

-Este disco en particular me habilitó a otros proyectos vinculados a la fusión del tango y a un perfil experimental que jamás abandoné en mi trayectoria. Luego vendría la experiencia de fusionar tango y rembétiko, la música del folklore nacional griego, por ejemplo. Además, navegué las aguas de la fusion junto al inolvidable Martín Elizalde que produjo este disco, y a otros músicos que estuvieron aliados a esta historia como Rafael Varela y Acho Estol.

-¿Qué te pasa ahora al revisitarlo?

-Mirando a la distancia, haber llevado a Silvio al tango parece un atropello insolente, sueños de una juventud rebelde. ¿Pero qué otra cosa puede hacerse con la juventud que no sea rebeldía? Hoy, más madura, revisitar el material de Silvio tangueado desde una mirada más abarcativa de la escena local y mundial de la música, creo que pretende volver a encender los motores de la rebeldía. ¿Porque qué otra cosa puede hacerse con la madurez que no sea rebeldía? Nadie sabe qué chispa será la que prenda la mecha del amor revolucionario, por eso hay que mantener la brasa de la pupila insomne para cuando cambie la mano.

-¿Y los músicos?

-Bueno, revisitar a Silvio trajo nuevos aires a mi banda, mi quinteto es un ensamble de mis músicos históricos, con Alejandro Montaldo en arreglos, dirección y bandoneón, y Miguel Barci en guitarra, pero ahora sumando dos músicas de La Orquesta Atípica La Empoderada, Paula de Ovando y Carolina Ramirez Mitchell; y de la Orquesta Típica La Vidú, el contrabajo de Paula Rossetti. Me encanta ser influida por esas sonoridades que además están muy cerca de mi búsqueda estética y me encanta influir a nuevas generaciones de músicas con las canciones de Silvio. Me sorprende que haya jóvenes argentinos que no conozcan su obra. Esta apuesta es una gran oportunidad de vincular generaciones. Revisitar a Silvio diez años después es un viaje a lo acontecido durante esta década no solo en lo personal sino en la política y el mundo. Para bien o para mal. También es una oportunidad para emocionarse con los logros pero sobre todo para hacer hincapié en la lucha que nunca se acaba porque la única salida es la vieja y conocida: el amor. Combatir la degradación humana, con el único reparador de sueños que tenemos a mano, que es el amor pero que no es el amor de uno solo, sino el alma de todo lo que urge sanar.

-¿Cómo influyó el éxito de ese disco en tu obra posterior?

-No creo haber conocido el éxito en el tango. Todavía pago los costos de haber elegido salir del tango clásico y académico. Lo que pude hacer es construir otra escena que da muchas satisfacciones que arrima con lo popular y que me permite seguir creando desde los márgenes, que son los lugares más ricos para la creatividad.

-¿Cómo concebiste el nuevo single?

-Cuando edité este disco por primera vez prometí a la persona que ofició de nexo con Silvio, el cineasta cubano Carlos Chile, que me dedicaría a componer mi propia música. Diez años después creo que he cumplido con creces y me gané un lugar en el tango con mis propias letras y melodías. Entonces una manera de agradecer el sortilegio de poner nuevamente este proyecto sobre un escenario era hacer una composición que aludiera a las travesías vividas a partir de una idea tan potente como tanguear a Silvio. Entre esas experiencias está el haber tenido la fortuna de haber sido presentada por Diego Maradona y Victor Hugo Morales, cantando uno de los temas tangueados de Silvio en el programa De Zurda emitido desde la Televisión Cubana. El devenir histórico me puso allí de manera azarosa, en el momento que se fundía el abrazo de Silvio y Diego, el abrazo del fútbol y la poesía. Entonces me pareció que la mejor manera de contar esta anécdota era sintetizarla en una canción con toda la magia y mistica que el episodio se merece. Seguramente la gente se va a preguntar si Silvio la escuchó. Efectivamente, sí. A través de Atilio Boron recibió la canción y su devolución me llegó en un contexto bien simbólico: estaba tomando un curso sobre Tango Siglo XXI cuando me llega la respuesta de Silvio sorprendido de verse en un tango junto a otras palabras cariñosas para la banda. Así de esta manera, ha nacido el primer tango tributo a Silvio Rodríguez.

-Y Maradona, ¿qué significa para vos?

-Vivo muy cerca de ese gran mural que pintaron sobre la calle Virrey Cevallos y Av. San Juan, y aunque no soy creyente le dedico una sonrisa cuando paso porque soy una favorecida de los milagros maradoneanos. El día que canté en la TV cubana y Diego me presentó, me definió como “tango, puro tango”. Ya es muy dificil que pueda hacer otra cosa. Nunca me voy a olvidar que al finalizar ese luego del programa genuinamente se acercó a pedirme el disco de las versiones tangueadas de Silvio. Cosas del Diego.