Desde Montevideo
La tarde del martes se va difuminando sobre Montevideo. La ciudad, con su combinación exacta de cemento y río, bulle de actividad. Los oficinistas cruzan presurosos la Plaza Independencia con el objetivo de treparse a los ómnibus que los devolverán a sus hogares. Las señoras colman las confiterías de la Avenida 18 de julio para, entre infusiones varias y sabrosos “chajás”, recrear el rito d la tercera actuación de Paul McCartney en suelo oriental.