Racing dio la sorpresa y venció por 2-1 a Boca en un aguerrido clásico disputado en la Bombonera. Así, el equipo de los mellizos Barros Schelotto detuvo su hasta ahora imparable marcha, perdió el invicto y se quedó en la puerta de igualar la marca de nueve victorias consecutivas en el arranque de un torneo del River de Daniel Passarella en el Apertura 1991.
Boca llegaba envalentonado por la victoria en el Superclásico, que además había significado la octava victoria en igual cantidad de partidos. Con esa inercia los locales intentaron imponer su ritmo en los primeros minutos del encuentro contra un rival que venía con un paso irregular en el torneo local y con el golpe a cuestas de la eliminación por Copa Sudamericana.
Ese envión se vio materializado rápidamente cuando un pase filtrado encontró a Cristian Espinoza solo por la banda izquierda, pero este dominó mal y se la entregó al arquero Juan Musso. No sería la noche del ex Huracán, que buscaba aprovechar la ausencia por suspensión del colombiano Edwin Cardona.
Racing, por su parte, encaraba un encuentro cuesta arriba. La baja a último momento de su capitán y emblema Lisandro López (por un cuadro gripal) y el buen comienzo xeneize así lo hacían parecer. Sin embargo, la propuesta de Diego Cocca, liderada por la labor en el mediocampo de Arévalo Ríos y Diego González, resistía el toqueteo de Boca, que aprovechaba la movilidad de Darío Benedetto y la velocidad de Pavón y Espinoza por la bandas.
Fue recién a la media hora que el partido se destrabó. Un pelotazo encontró a Lautaro Martínez, que dominó con calidad –como en toda la noche–, descargó de espaldas para Triverio, quien avanzó unos metros con la pelota y se la devolvió al diez para que la ponga junto al palo, inatajable para Agustín Rossi.
La ventaja de Racing duró poco. A los 40 minutos, la arremetida local encontró a Nahitán Nández entrando al área y ahí nomás lo derribó Miguel Barbieri. Benedetto se hizo cargo y puso el empate. El cierre del primer tiempo, caldeado por los fallos arbitrales, se cerró con los duelos verbales y algunos encontronazos, como el del Pulpo González y Pablo Pérez.
Los problemas de Boca se acentuaron en la segunda parte. La zona derecha de la defensa, ahora con Peruzzi en lugar de Jara, seguía siendo problemática.
Y fue por allí que, a los 53, llegó el segundo de Racing. Un despeje del medio académico sobró a Paolo Goltz adelantado y cayó en los pies de Lautaro. La joya racinguista dominó en carrera, frenó, hizo pasar de largo a Barrios y al mismo Goltz y puso una pelota entre líneas para la entrada del ex River Augusto Solari, que solo frente al arquero definió en dos movimientos par el 2-1.
Boca nunca pudo reaccionar. La inquietud que bajó de las tribunas se convirtió en drama cuando Rossi, una vez más, despejó mal. Para colmo de males, Benedetto se tuvo que retirar a los 83 por una lesión en su rodilla derecha.