Cómo incide nuestra vida emocional, e incluso nuestro inconsciente en la política es de una pregunta interesante. Incluso la vida pulsional profundamente inconsciente puede repercutir en nuestras consideraciones políticas. Se sabe que lo pasional juega un lugar preponderante no sólo en los asuntos de la política sino casi en todos los aspectos de nuestra vida. Incluso en el amor. En todas nuestras actividades, deportivas, sociales, institucionales, se juega lo inconsciente y fundamentalmente el cómo vemos la realidad. El saber popular lo refleja en un dicho como “depende del cristal con que se mira”, es decir vemos la vida, las relaciones, familiares, sociales, profesionales, desde una ventana construida desde niños por experiencias que se van sedimentando con todo lo escuchado y visto, con lo que vamos aprendiendo en la familia, en la escuela, en la vida de relación.

Nuestros afectos, los celos, la envidia, la ira, los enojos, nuestros goces se ven siempre alterados por nuestro inconsciente. A veces creemos y estamos convencidos que algo es de determinada manera y de pronto ocurre algo que nos hace ver lo equivocados que estábamos, nos muestra que la realidad era totalmente distinta. Menos mal que siempre está esa pausa, ese tiempo de espera, esos “diez segundos” que hay que tomarse antes reaccionar equivocadamente, antes de meter la pata.

Se esté de un lado o de otro siempre, la pregunta es cómo incidir en los discursos para hacer ver o modificar el punto de vista, tan difícil por los motivos que estamos mencionando y sobre todo, porque muchas de nuestras formas de ver están arraigadas por una sucesión de identificaciones que impiden una visión despojada de los filtros afectivos inconscientes.

Freud en su texto Dostoievsky y el parricidio, dice que el amor de Fedor al Zar era un desplazamiento y una sustitución del amor al padre. Que dicho amor le impedía ver en qué él mismo no estaba de acuerdo con el Zar, o sea, hacía que le justificara a éste todas sus conductas y medidas, por injustas e incorrectas que fuesen.

A cualquiera de nosotros nos puede ocurrir respecto de todas nuestras relaciones que perdonemos lo imperdonable, o al revés, que no justifiquemos lo que puede tener alguna justificación por razones estrictamente determinadas por la movilidad de nuestra libido.

E incluso para tomar una cuestión que en estos tiempos tiene una importancia indudable, como es la cuestión económica, detrás de la economía del dinero con la que nos sostenemos en nuestra vida existe lo que llamamos economía libidinal. Si bien una con otra no se superponen punto por punto, no se puede negar que muchas de nuestras dificultades o de nuestros logros económicos dependen más que de cálculos conscientes de cálculos inconscientes.

Hablamos de que en la vida social y política, el asunto de las identificaciones es importantísimo, pues son ese filtro, ese cristal que distorsiona. 

A una pregunta que se le formula a Jacques-Alain Miller sobre lo mistificante en política, responde que “la política procede por identificaciones. Manipulando palabras clave e imágenes busca capturar al sujeto, mientras que lo propio del psicoanálisis consiste en operar a la inversa, ir en contra de las identificaciones del sujeto. Una a una, la cura las deshace, las hace caer como las capas de una cebolla. Enfrentar al sujeto con su propio vacío, permitiéndole así despejar el sistema que, a su pesar, ordenaba sus elecciones y su destino. En este sentido, el psicoanálisis es exactamente el reverso de la política”.

¿Qué es lo más sobresaliente de todo discurso político desde que el mundo es mundo? Es un discurso cuyo objetivo es necesariamente y cada vez más una oferta de felicidad. Se ofrece felicidad de una u otra forma. Esto es un hecho. No se escatiman recursos para hacer creer en la promesa de felicidad. Se usa, incluso y quizás predominantemente, un lenguaje que quiere persuadir, que quiere convencer. Desde la época de los sofistas, se estudiaba la retórica mediante la cual se podía llegar con argumentaciones falsas a conclusiones verdaderas. Seguiremos por esta vía.

 

*Psicoanalista. Coordinación y edición de Psicología en Rosario12.