Con el cierre del Museo de la Historia del Traje, anunciado por el Gobierno nacional a través del Boletín Oficial este lunes, el acervo patrimonial custodiado por sus trabajadores quedó en jaque. Aunque las intenciones de la secretaría de Cultura no son claras -en el B.O. solo se menciona un cambio en la estructura ministerial que cierra la institución- la colección quedaría en el edificio ubicado en la calle Chile 832, pero una eventual exposición debería hacerse en otro espacio. Las otras tareas del Museo, como la conservación, la investigación, cursos o talleres, afuera.
Para la socióloga Susana Saulquin, especialista en la sociología del vestir, la existencia del Museo y su patrimonio “es importantísimo porque es la identidad argentina”. “Las formas del vestir hacen a nuestra identidad, vos podés conocer un país a través de las formas del vestir. Por eso está linkeado qué pasa con el país cuando se le da la espalda a lo que es nuestra identidad, cuando no hay interés en destacar la identidad argentina”, aseguró a este diario.
Entre las más de 9000 piezas que abarcan la colección se encuentra un vestido estilo imperio, adoptado por las mujeres patriotas de la Revolución de Mayo y creado bajo la influencia del pensamiento liberal francés. También hay trajes de distintas regiones del mundo y piezas de diseñadores de la escena nacional como Vanina de War, Mary Tapia, Paco Jamandreu -que vistió a figuras como Eva Perón, Isabel “la Coca” Sarli” y Zully Moreno-, Gino Bogani, Jorge Ibáñez y Roberto Piazza. A esto se le suma el material gráfico y la biblioteca con más de 2000 volúmenes, catálogos, revistas y libros disponibles para investigadores.
El Museo ofrece, además, talleres, cursos y exposiciones especiales. El pasado 27 de septiembre inauguraron la exposición “Se dice de mí. Historias de Tango y Moda” en el todavía Centro Cultural Kirchner, por donde pasaron 3800 visitantes solo durante el fin de semana.
Aún así, uno de los argumentos para justificar el cierre de la institución es que apenas recibió un promedio de 46 visitantes en 2023 por día y contó con un presupuesto de 66 millones de pesos durante ese año.
“Somos 29 personas y muchas de las tareas que hacemos tienen una persona por área, estamos de lunes a lunes y abiertos al público de miércoles a domingo. Hablan de 66 millones de pesos que serían 200 mil por trabajador por mes, que ya el año pasado era irrisorio. Mientras tanto, un secretario (de Cultura) que no está formado (Leonardo Cifelli) gana muchísimo más y nos cuestiona a nosotros”, dijo a Página|12 Nicolás Rodríguez Saá, trabajador del Museo desde hace 13 años y secretario general de ATE Cultura.
Por su parte, Saulquin remarcó que “cada vez que el Museo daba un curso iba un montón de gente”. “Siempre que se hizo hubo interés y esa gente volvía después por el cariño que le generaba”, sostuvo.
Los planes del Gobierno y la lucha de los trabajadores del Museo
La directora de la institución, Victoria Salías, había pedido tanto en el gobierno de Mauricio Macri como en el de Alberto Fernández la mudanza del Museo a otro edificio de mayor tamaño que les permita exhibir mayor cantidad de piezas y mejorar el trabajo de conservación. La casona de Chile 832 -que data de 1870 y supo ser de la familia Anasagasti, cuando las clases altas vivían en el sur de la Ciudad- fue declarada Monumento Histórico Nacional y no se le pueden realizar obras.
Según dejó trascender el Gobierno, la intención del Ejecutivo es que en el lugar funcione un centro cultural, mientras que los trabajadores serían reubicados. Rodríguez Saá afirmó que quieren “esperar a ver qué dice la resolución oficial”, pero que los trabajadores del museo “fueron formados para esto” y cuestionó: “Ya tienen un teatro como el Cervantes y centros culturales como el Kirchner o el Borges, ¿para qué van a querer armar acá otra cosa a costa de cerrar una institución? La casa va a seguir siendo la misma, ¿qué van a hacer? ¿Reformas que lesionen el patrimonio histórico? Todo demuestra la saña que tiene este gobierno con la cultura y el desprecio con las instituciones que protegemos la identidad nacional”.
Saulquin contó que Susana Speroni, exdirectora del Museo fundado en 1972, Bárbara Brizzi, excoordinadora general, y Rosita “trabajaron muchísimo” para formar y consolidar la institución porque “no había nada recopilado”. “De a poco fueron mostrando todo lo que tenían y con mucho esfuerzo porque el Museo jamás tuvo presupuesto. Siempre fue un esfuerzo de la gente y de los trabajadores que lo han mantenido todo a pulmón”, destacó.
Este jueves a las 17 hs habrá una asamblea abierta y un abrazo al Museo y los trabajadores prevén realizar actividades en la puerta de la institución durante el fin de semana. “Nosotros no vamos a cerrar, estamos abiertos, recibiendo escuelas, el público tiene que venir a visitarlo -dijo Rodríguez Saá-. Hacemos un llamado a la sociedad, al sector de la moda, a las universidades, a los vecinos y a todas las escuelas que pasaron por acá a que vengan a defender con nosotros codo a codo el Museo”.