Desde Roma

Con una misa celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco inauguró este miércoles por la mañana la Segunda Sesión del XVI Sínodo de Obispos, cuyo objetivo principal es incrementar la sinodalidad de la Iglesia, es decir, desarrollar una Iglesia que escuche a todos para comprender mejor el mundo. Francisco concluyó la homilía de la misa hablando de la guerra y pidiendo a los fieles que el 7 de octubre, primer aniversario del ataque de Hamas a Israel, hagan una jornada de ayuno y de plegaria pidiendo por la paz.

Se trata “de escuchar y comprender las voces, es decir, las ideas, las expectativas, las propuestas” (...) “la nuestra no es una asamblea parlamentaria, sino un lugar de escucha en la comunión”, dijo Francisco en la homilía haciendo alusión al Sínodo. Y agregó “Para que esto suceda hay, sin embargo, una condición: que nos liberemos de lo que” entre nosotros puede impedir “crear armonía en la diversidad”. “Quien, con arrogancia, presume y pretende tener el derecho exclusivo sobre la voz del Señor, no es capaz de escucharla” (...) “El Sínodo nos pide ser “grandes” ―de mente, de corazón, de mirada―, porque las cuestiones a tratar son “grandes” y delicadas, y los escenarios en que se sitúan son amplios, universales”, concluyó Francisco.

La Segunda Sesión del Sínodo

La primera sesión del Sínodo se hizo en octubre de 2023, siempre en el Vaticano, pero había empezado a prepararse con reuniones nacionales y continentales de los obispos desde 2021. La Segunda Sesión del Sínodo oficialmente comenzó este miércoles por la tarde en la Sala Paulo VI del Vaticano y debe concluir el 27 de octubre.

En el aula Paulo VI, donde el Papa hace normalmente las audiencias públicas de los miércoles durante el invierno, había distribuidas numerosas mesas redondas donde comenzaron a trabajar los distintos grupos de los 350 miembros presentes hoy. La ceremonia, a la que llegó el Papa Francisco en silla de ruedas, comenzó con algunas oraciones y lecturas intercaladas con la música de una violinista y otra persona que tocaba un órgano electrónico.

Fue el cardenal mexicano Carlos Aguiar Retes, Presidente Delegado del Sínodo, quien dio la bienvenida a los presentes, destacando los “actuales desafíos que afrontamos para lograr la Nueva Evangelización, indicada por el Papa San Juan Pablo II, como indispensable para transmitir con esperanza, con alegría y eficacia, la Fe a las nuevas generaciones, y especialmente a todos los que sufren las consecuencias lamentables de la desigualdad y la polarización social tan extendida en muchos de nuestros países”.

Francisco por su parte, que habló poco después, destacó que el sínodo “deberá ofrecer su contribución para que se realice una Iglesia verdaderamente sinodal en misión, que sepa salir de sí misma y habitar en las periferias geográficas y existenciales, estableciendo relaciones con todos”. El proceso sinodal es también “un proceso de aprendizaje en el cual la Iglesia aprende a conocerse mejor a si misma y a individuar las formas de acción pastoral más adecuadas” para su misión”, agregó. Estamos aquí “reunidos para dar una respuesta, después de tres años de camino, a la pregunta de como ser una Iglesia sinodal, misionera y, yo agregaría, misericordiosa”, concluyó el Papa.

Los temas por tratar

Hay varios temas muy importantes que serán afrontados nuevamente por la Asamblea sinodal, porque esta vez se debe llegar a conclusiones definitivas que serán incluidas en el documento final, el que a su vez será sometido al Papa Francisco para que dé su aprobación y establezca cuáles son los caminos para la implementación de los cambios aprobados.

El Sínodo tiene como tema general precisar los tareas para conseguir “Una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

La novedad de la primera fase fue la experiencia de las Asambleas Continentales, que reunieron a las Iglesias locales de una misma área geográfica, invitándolas a “aprender a escucharse, a acompañarse en el camino y a discernir juntas los principales retos que plantea la realización de la misión”, precisó el Instrumentum Laboris (documento de trabajo) de la nueva sesión.

También se informó que hay cuatro temas que deberán ser afrontados: fundamentos, relaciones, caminos y lugares. El documento final con las conclusiones será presentado al Papa. Todo el material ha sido el resultado del trabajo coordinado de congregaciones, grupos de trabajo y grupos lingüísticos.

El tema principal de la Segunda Sesión es “Cómo ser una Iglesia sinodal en misión”, lo que significa cómo tener un enfoque más amplio sobre las prácticas de una iglesia sinodal. Incluso se habla de algunas propuestas que podría producir cambios en el Derecho Canónico. La idea es crear una Iglesia “más cercana a las personas, menos burocrática, más relacional” y que parta hacia eso escuchando a los demás.

Mujeres y laicos

Dos temas que no estarán ausentes porque se muestran muy vivos en los debates, es el rol de las mujeres y de los laicos en la iglesia. Los debates y testimonios recogidos anteriormente “evidenciaron la necesidad de dar un reconocimiento más pleno” a la vocación y al papel de las mujeres en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia, dijo el Instrumentum Laboris. Y aclaró que “el primer cambio que debe realizarse es un cambio de mentalidad: una conversión a una visión de relacionalidad, interdependencia y reciprocidad entre mujeres y hombres” en vista de la misión común. Como insiste una Conferencia Episcopal latinoamericana, dijo el Instrumentum Laboris, “En nuestra cultura, la presencia del machismo sigue siendo fuerte, mientras que se necesita una participación más activa de la mujer en todos los ámbitos eclesiales”. Sobre los laicos se estimula que haya una mayor participación tanto de hombres como de mujeres.

No parece haber acuerdo sin embargo, ni que vaya a ser tratado en la segunda sesión, la posibilidad de dar a la mujer el ministerio diaconal, que sería el primer grado en el camino del sacerdocio, y que algunos miembros de la Iglesia propician para ayudar a las comunidades que viven alejadas del resto del mundo, como las tribus indígenas del Amazonas.

Y sobre los pobres, el documento precisó que “la voluntad de escuchar a todos, especialmente a los pobres, que promueve el estilo de vida sinodal, contrasta fuertemente con un mundo en el que la concentración de poder excluye a los pobres, a los marginados, a las minorías”. “Una Iglesia sinodal misionera se funda en la capacidad de escucha, lo que exige reconocer que nadie es autosuficiente en el ejercicio de su misión y que todos tienen algo para ofrecer y que aprender de los demás”, subrayó.

Por ultimo el Instrumentum Laboris hizo hincapié en un tema que ha sido bastante polémico en ciertos períodos históricos, como en la década del 1980 en la que el Banco Vaticano fue acusado de lavar dinero de la mafia italiana. “Una Iglesia sinodal necesita una cultura y una práctica de la transparencia y la rendición de cuentas”, precisó el texto. “La exigencia de transparencia y rendición de cuentas en la Iglesia y por parte de la Iglesia, se ha impuesto a raíz de la pérdida de credibilidad debida a los escándalos financieros y, sobre todo, a los abusos sexuales y de otro tipo, a menores y personas vulnerables”, agregó.

Los participantes

En total serán 363 los participantes en la Asamblea con derecho de voto. Las mujeres serán 85, pero sólo 54 de ellas tendrán derecho al voto. Participarán también unos 20 representantes de iglesias orientales católicas y 50 personas nombradas por el Pontífice. Una de las novedades es la presencia de dos mujeres entre los Presidentes Delegados de la Asamblea, la monja mexicana María de los Dolores Palencia Gómez y la monja japonesa Momoko Nishimura.

De parte argentina participarán Monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro, Monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza, Monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa, arzobispo de Bahía Blanca y el Reverendo Pedro Manuel Brassesco, de Entre Ríos, que trabajó en el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericana) y que participa como experto así como el profesor Carlos María Galli. Pero también participarán otros argentinos que son exponentes vaticanos, como es el caso del cardenal Victor Manuel Fernández, prefecto del dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Curiosamente estarán presentes además representantes de iglesias no católicas pero cristianas como la Comunidad Anglicana, La Federación Luterana Mundial, El Consejo Metodista Mundial, la Comunidad Mundial de las Iglesias Reformadas, La Alianza Bautista Mundial, entre otras.