“La universidad pública significa mi vida entera”, dijo a Página/12 Valentín, uno de los miles de estudiantes que este miércoles coparon las calles de todo el país para participar de la segunda Marcha Federal Universitaria contra el ajuste del gobierno de Javier Milei. De la multitudinaria movilización participaron también diversas organizaciones políticas, sociales y sindicales para alzar su voz junto a la comunidad educativa, en rechazo al inminente veto presidencial a la ley de financiamiento univesitario. Banderas, carteles y canciones estuvieron presentes desde el primer momento para ponerle color a una jornada que, demostró una vez más, el valor que la sociedad le otorga a la educación pública en la Argentina y su defensa.
A pesar de las mentiras difundidas en los días previos por funcionarios del Gobierno para deslegitimar la convocatoria, y de las vallas colocadas por el Ministerio de Seguridad para intentar obstruir la circulación, la convocatoria en defensa de la universidad pública fue histórica. Incontable cantidad de hombres, mujeres, niños y adultos mayores se lanzaron a las calles para acompañar a estudiantes, docentes y no docentes en el rechazo al desfinanciamiento impulsado por el presidente Milei. “Para tener universidad pública de calidad tiene que haber presupuesto”, consideró Valentín, que estudia la licenciatura en Artes Electrónicas en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y la Tecnicatura de Programación Informática en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). “La universidad pública significa mi vida entera, pero más allá de lo que representa para mí, para todo un país significa el ascenso social”, aseguró.
“¿Por qué tanto miedo a la educación del pueblo?”, preguntaba un cartel sostenido por una joven sobre la avenida Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires. “Maestro luchando también está enseñando”, afirmaba a su lado otra pancarta. En la columna del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales de la UBA (CECSo), ubicada en la calle Sáenz Peña, se leía un cartel escrito por estudiantes privados de su libertad pertenecientes al Centro Univeristario Ezeiza (CUE): "La educación en contexto de encierro me dio tranquilidad y acercamiento con el afuera. Los alumnos del CUE bancamos a la UBA". A pocas cuadras de distancia, ubicado frente al Congreso sobre la avenida Entre Ríos, un pasacalle colocado por La Garganta Poderosa no dejaba lugar a duda. "Hoy la calle da una lección, para ver si la casta entiende: La educación del pueblo no se vende, ¡se defiende!", exclamaba.
Como decía Arturo Jauretche, “nada grande se puede hacer con la tristeza”. Los cantitos que retumbaban a cada rato, entre bombos y aplausos de las diversas corrientes de manfiestantes, se encargaron de dejarlo en claro. “Traigan al gorila de Milei, para que vea que este pueblo no cambia de idea, pelea, pelea por la educación”, fue uno de los hits de la marcha. “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”, también integró el cancionero.
“Más alla de que objetivamente representa una oportunidad para formarme y desarrollarme, y que para el país significa la posibilidad de progresar y generar profesionales que puedan mejorar la vida de las personas, la univerisdad pública es un lugar muy hermoso y le tengo mucho cariño. Se arman muy lindas comunidades”, dijo a este diario Franco, estudiante de Ciencias Políticas de la UBA. Respecto al posible veto de Javier Milei evaluó que “es una profundizacion cualitativa del ataque a la universidad pública, que ya venía con docentes ad honorem o falta de presupuesto para obras de infraestructura”. Por su parte, para Belén, graduada de Letras en la misma universidad, era fundamental manifestarse. “Es un valor muy importante, porque le suma a la sociedad tener profesionales, médicos, abogados, sociólogos”, planteó y calificó de “ridículo” el veto de Milei a la ley, que fue sancionada por el Congreso de la Nación.
La magnitud de la pérdida del poder adquisitivo de los docentes universitarios, ocurrida en menos de un año, no tiene antecedentes en nuestra historia. Julián Zícari es doctor en Ciencias Sociales, da clases en diversas universidades, es investigador del Conicet y también escritor. Especialista en historia económica, ha publicado libros como Camino al colapso. Cómo llegamos los argentinos al 2001 (2018) y Crisis económicas argentinas. De Mitre a Macri (2020). En declaraciones a Página/12, alertó sobre la gravedad de la situación salarial de los docentes universitarios. “Una de las materias que daba en la Universidad Nacional de Lanús tenía un turno a la mañana y uno a la noche. Se cortó uno de los dos. De los cuatro docentes que éramos solo quedé yo, y encima con un sueldo que proporcionalmente es casi la mitad del que ganaba el año pasado”, explicó. “El ajuste es terrible”.
Zícari también reflexionó sobre el ataque del gobierno de La Libertad Avanza a la educación pública en general, y al sistema universitario en particular. “La universidad pública argentina es un claro ejemplo de cómo se refutan las ideas libertarias, y por ahí en esto radica el odio de Milei. Para él, siempre el sector privado es mejor y más eficiente que el público. Sin embargo, es la universidad pública la que tiene cinco premios Nobel, y una serie de logros que ninguna universidad privada ni por asomo es capaz de ofrecer, ni hacerle sombra a ninguno de los grandes méritos que tiene nuestro sistema universitario estatal”, afirmó.
En la marcha también estuvieron los no docentes, que con su labor son indispensables para el funcionamiento de las universidades. Héctor es empleado en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). “Desde que asumió Milei, cada vez cobramos menos, y cada vez hay más diferencia con el aumento del costo de vida”, afirmó y sostuvo que “se hace imposible trabajar así”. A su vez, consideró que es “una vergüenza total” que Milei pretenda vetar la ley de financiamiento universitario. “Este tipo no tiene idea de lo que es la educación pública argentina, sino no estaría haciendo lo que hace”.
La marcha fue tan masiva que hasta los automovilistas que circulaban por la zona tuvieron la posibilidad de formar parte. A unas de la zona del Congreso, sobre la avenida Belgrano, un grupo de estudiantes jóvenes esperaba para cruzar la calle. De repente, comenzaron a cantar. "Tocá bocina si apoyás la educación", se escuchó. La respuesta no tardó en llegar. La mayoría de los autos hicieron guiño y acudieron al llamado con bocinazos de respaldo.
Informe: Juan Pablo Pucciarelli